https://paquita.masto.host/polkillas

Mi mejor poema

Llevo una temporada con un pequeño proyecto personal: recopilar todas las poesías que he ido escribiendo a lo largo de los años y editarlas en algún servicio online como Bubok o Lulu. Hoy he corregido algún verso, he pasado un par de notas del móvil al ordenador y he releído el que es mi mejor poema, o al menos eso me parece a mí, por la estructra paralelística rota con los paréntesis, que me parecen muy sugerentes. Este es:

Un año atrás
(eje de simetría quebrado)

Un año atrás yo tenía interés,
ganas, ilusión.
Un año atrás.

Pero en estos días inciertos
busco y no encuentro
en mi hígado
fuerzas para continuar
un vivir que ya es morir.

Un rinoceronte rojo
embistió mi costado
desprotegido
y la sangre que brotó
regó un jardín nocturno.

Pirotecnias inesperadas
celebran la muerte
tan callando
y mis pies se deforman
pues no los quiero usar.

Esta vida que no es vida
no es un castigo ni un premio;
pura vida
con su savia perdida
en una herida que no es herida.

Sentí la lluvia mojar
mi rostro al hacer el amor
y ahora
una tormenta de petróleo
me ahoga sin pretexto.
(sin piedad)

Una figura oscura baja el monte.
¿Hombre, espectro, puede ser?
encapuchado
me acecha sin descanso
y yo no puedo descansar.

Desalentadas amapolas
se olvidan de darme descanso
en mi cama
y las voces de la noche
no hablan aunque las escucho.

Lobos sin dientes, búhos
que han perdido sus plumas,
seres humanos
que buscan en sus memorias
y encuentran sólo recuerdos.
(de la muerte)

Los Suaves – Si pudiera

¿Volver atrás para arreglar lo torcido? Suena bien, pero una vez conocí a una chica que decía que sólo hay que arrepentirse de lo que no hiciste. Creo que ahora no piensa lo mismo, pero quizás tenía más razón antes.
Aun así, esta es seguramente, con Pardao, la mejor canción de Los Suaves. Sugerente, poética y «como todas las historias que son verdad, es una historia triste…».

Si pudiera
a la tienda de los sueños
ir a comprar
con poco dinero,
todo lo que hasta ahora pude ganar;
y, si allí vendieran
billetes para el tren
de… «otra oportunidad»,
encargaría
un «ticket» de ida a la estación perdida
donde mi vida fue a descarrilar.
Si pudiera
desde aquel momento volver a empezar…
Ilusiones,
castillos de arena en el fondo del mar,
esperanzas,
así que… ¿eso es todo?
se me pasó el tiempo.
Es ya tarde,
tengo miedo de irme a la sombra del cielo
me queda tan poco y tanto que arreglar.

¿Quién no hizo alguna vez
locuras por una mujer?
¿Quién no quiso alguna vez
algo que no pudo tener?
¿Quién no hizo alguna vez
promesas a una mujer?
¿Quién no hizo alguna vez…?
Si pudiera…

Si pudiera
desterrar de mí la esperanza de verte
y olvidarme
de todo aquello que no se puede cambiar;
despedidas,
si quieres un recuerdo te regalo mi pena
y esta noche
duermo solo y quizás
te encuentre en mis sueños,
que es donde solo te puedo encontrar.

Si pudiera
pasear por las calles sin hacerme preguntas
y en la noche
escuchar a la luz en la oscuridad…
¿Qué me has hecho?
Me quitaste la vida, sólo pienso en la muerte
y esta noche
los pasos se hunden en el aire negro,
ladran las estrellas, llora la ciudad.

¿Quién no hizo alguna vez
locuras por una mujer?
¿Quién no quiso alguna vez
algo que no pudo tener?
¿Quién no hizo alguna vez
promesas a una mujer?
¿Quién no hizo alguna vez…?
Si pudiera…

Defencing from life

A veces la vida puede ser fácil:

La encontré leyendo Baby Blues con un programilla curioso, Buoh, en Ubuntu.

Louis Armstrong – Give a Kiss Before You Leave Me

Dame un beso para construir un sueño
y mi imaginación
florecerá según tal beso.
Mi dulce corazón, no pido más que esto:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso antes de dejarme
y mi imaginación
alimentará mi hambriento corazón.
Déjame una cosa antes de separarnos:
un beso para construir un sueño.

Cuando estoy solo con mis ilusiones
estaré contigo
tejiendo romances,
haciendo creer que son ciertos.

Oh, dame tus labios sólo un momento
y mi imaginación
hará vivir ese momento.
Dame lo que sólo tú puedes dar:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso para construir un sueño
y mi imaginación
florecerá según tal beso.
Mi dulce corazón, no pido más que esto:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso antes de dejarme
y mi imaginación
alimentará mi hambriento corazón.
Déjame una cosa antes de separarnos:
un beso para construir un sueño.

Cuando estoy solo con mis ilusiones
estaré contigo
tejiendo romances,
haciendo creer que son ciertos.

Oh, dame tus labios sólo un momento
y mi imaginación
hará vivir ese momento.
Dame lo que sólo tú puedes dar:
un beso para construir un sueño.

Creo en los reyes, pero no en Dios

Copio y pego (poniendo un par de mayúsculas y eliminando la imagen por no hacer hotlinking como únicos cambio) un artículo de La pureza está en la mezcla, el blog de Martín Varsavsky en El Mundo.

El día de Reyes recordé una discusión que tuve con un íntimo amigo español cuando me mudé de Nueva York a Madrid. Resulta que mi amigo madrileño, que curiosamente no cree en Dios, pero se llama Jesús, sabía que mis hijos estaban enterados de que los Reyes Magos eran los padres y estaba preocupado por que le revelaran la verdad a sus hijos. A Jesús le encantaba el mágico momento que sus chicos se despertaban y encontraban los regalos dejados por los camellos.

Al mismo tiempo, a Jesús no le parecía contradictorio nunca hablarle a sus hijos de Dios, pero sí hablarles con tanto entusiasmo de los Reyes Magos. Es más, cuando le saqué el tema me dijo: «si yo no creo en Dios, cómo les voy a hablar de Dios». Claro, pensé yo, me imagino que sería complicado para Jesús si les hablara de Dios a los chicos y un día tener que revelarles que no sólo él era un Rey Mago, sino también el único Jesús que existía. Pero igual me parecía de incoherente este tema de defender a los Reyes Magos por encima del niño Jesús que supuestamente recibía sus regalos. O todo o nada pensaba yo. Y en mi caso era claramente nada.

La idea de mentirle a un chico, digamos hasta los 7 años, no tenía mucho sentido. Creo que mentir o ser incoherente deja secuelas en la educación infantil. Pero cuando salí a buscar aliados para defender mi postura, fracasé rotundamente. Hice una encuesta informal entre mis otros amigos españoles y descubrí que la mayoría de ellos no eran creyentes, pero si les contaban el cuento de los Reyes Magos a sus hijos tan convencidos como Jesús. El tema fue debatido en una excursión de bici de montaña por la Sierra Pobre y mi postura quedó sin ningún apoyo. Miguel, Amaro, Christoph, Antonio… todos estaban con Jesús. No a Dios, pero si a los Reyes Magos era el eslogan de la Peña.

Finalmente, intimidado por las circunstancias, junté a mis 3 hijos y les dije que ni se les ocurriera revelarle a sus amigos que los Reyes Magos no existían. Eso sí, les aclaré que con Dios no tenían nada de que preocuparse. Su existencia podía ser cuestionada sin problema.

¡Oh, Capitán, mi Capitán!

Este poema es uno de los más conocidos de Walt Whitman en España… Mentira. El primer verso es el verso más conocido de Walt Whitman en España, gracia a El club de los poetas muertos. Lo que no es tan conocido es que es una elegía a Abraham Lincoln, el estadista que acabó, al menos legalmente, con la esclavitud en EE UU y fue asesinado por ello.

Una traducción posible sería esta:

1

¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro temible viaje ha terminado;
el barco ha arrostrado cada cabo, conseguimos el premio que buscábamos.
El puerto está cerca, las campanas oigo, toda la gente exultante,
mientras los ojos siguen la quilla firme, el velero siniestro y atrevido.;
pero ¡oh, corazón, corazón, corazón!
Oh, gotas sangrantes de rojo,
donde en el camarote yace mi Capitán,
caído, frío y muerto.

2

¡Oh, Capitán, mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, por ti ondea la bandera, por ti resuena la corneta;
por ti hay adornos y ribetes, por ti hay muchedumbres en las costas;
por ti claman, las masas se inclinan, volviendo sus caras impacientes.
¡Aquí, Capitán! ¡Querido padre!
El brazo bajo tu cabeza;
es algún sueño en el muelle,
has caído, frío y muerto.

3

Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
mi padre no nota mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
el barco ha anclado sano y salvo, su viaje completo y terminado;
desde un viaje temible, el barco victorioso entra con su objetivo cumplido.
¡Exultad, oh, costas! ¡Y sonad, oh, campanas!
Pero yo, con mi paso afligido,
entro en el camarote donde yace mi Capitán,
caído, frío y muerto.

El diario rojo de Flanagan (Reseña personal)

El libro en cuestión es El diario rojo de Flanagan (de Andreu Martín y Jaume Ribera) y lo único que puedo decir es que ojalá lo hubiera leído hace años.

Es uno más de la serie de novelas detectivesco-juveniles protagonizada por Juan/Joan Anguera, pintoresco detective de una indeterminada barriada barcelonesa… y no es uno más. Es un curioso cruce de novela en forma de diario y ensayo y va, como quizá se puede deducir por el título, de sexo.

Sexo con adolescentes… Podría ser escabroso, pero  no lo es. El protagonista, conoce a una chica que tiene un  proyecto: un diario con información sobre el sexo. Y él, atraído por Carlota, la chica, decide hacer lo mismo. Asistimos a un carrusel de cifras, (quizás demasiadas para un libro juvenil) y a un carrusel de sentimientos mezclados con sexo, que son los peores y los mejores a la vez.

Como profesor, me parece que la idea es interesante, «envolver» un tema importante en un continente más frívolo (aunque como ya he dicho, quizás hay demasiada información), y como lector que ya conocía a Flanagan, ha sido emocionante. Flanagan está pasando una crisis en su larga relación con Nines y conoce a Carlota, que le atrae (verbo importante en el libro) con fuerza.

Carlota también está involucrada en una relación difícil (¿algo más fácil que estar saliendo a distancia con un nadador holandés?).  Flanagan emprende con fuerza el proyecto del diario rojo, pero se le cruzan las hormonas, y la atracción que siente por Carlota. Es un libro real más que realista, porque no trata de parecerse a la vida, sino que la vida es así.

Los autores tratan a sus personajes con cariño, pero sin paños calientes. Carlota y Flanagan están hechos un lío en su vida y el sexo, como suele pasar, complica todavía más las cosas. Y son adolescentes realistass. Inteligentes, pero adolescentes. La primera vez que se acuestan, no sólo ella queda insatisfecha, sino que el calentón les hace olvidarse del condón (por cierto, que el posible embarazo de Carlota pasa de puntillas por el libro).

Un personaje importante en el libro es el doctor Bardet, al que acude Flanagan en busca de información. No sólo le da, vía correo-e y en persona, abundantes datos, sino que le escucha y la aconseja en sus dudas y problemas. Y de este personaje salen perla tras perla de sabiduría, de esas frases que seguramente están desgastadas por el uso, pero que siguen cortando si las miras con atención.

Una lectura recomendabilísima para cualquier educador y para cualquier adolescente con ganas de saber más.

Las 101 entradas

Es un número «mágico», o algo así. A mí me recuerda, más que los puñeteros dálmatas de Disney, las 1001. No la colección oriental de relatos, sino la recopilación de las mejores canciones que hace años intentamos hacer unos amigos y tomó esa cifra «mágica».

Pues este es el post 101. Es bastante, y seguramente es el proyecto que, sin involucrar a otras personas, más tiempo he mantenido.

A esos poquillos que llegáis por aquí (y seguramente no leéis la portada sino que san Google os ha traído, así que no leeréis esto), GRACIAS.

Seguiremos informando.

Una de Sabina

Hacía mucho que no la oía y hoy la han puesto en el Tranvía, no sé en qué radio.
Me parece precioso el silbido del final, tan meláncolico, tan joven y tan viejo.

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.

Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.

Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).

Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.

Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.

Vía joaquinsabina.net

Ignorancia glorificada

Hace tiempo, estoy hablando del siglo pasado, salir en la tele era algo importante. Y si salías habitualmente, más. Es decir, para ser periodista televisivo había que tener una cierta formación.
Bien pues hoy he descubierto, gracias a La Sexta, que los Reyes Magos no hacen alocuciones o dan discursos, no… Eso es del siglo pasado. Los Reyes Magos en Madrid dan un speech. Tócate los pies. Claro que lo dijo una reportera, no quise leer su nombre, que cree que se dice «poco agua» y un par de patadas al siempre venerable y poco venerado DRAE*.

* El autor manifiesta que es más «fans» del DEA, pero este es más pedante…

Cargar más