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Louis Armstrong – Give a Kiss Before You Leave Me

Dame un beso para construir un sueño
y mi imaginación
florecerá según tal beso.
Mi dulce corazón, no pido más que esto:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso antes de dejarme
y mi imaginación
alimentará mi hambriento corazón.
Déjame una cosa antes de separarnos:
un beso para construir un sueño.

Cuando estoy solo con mis ilusiones
estaré contigo
tejiendo romances,
haciendo creer que son ciertos.

Oh, dame tus labios sólo un momento
y mi imaginación
hará vivir ese momento.
Dame lo que sólo tú puedes dar:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso para construir un sueño
y mi imaginación
florecerá según tal beso.
Mi dulce corazón, no pido más que esto:
un beso para construir un sueño.

Dame un beso antes de dejarme
y mi imaginación
alimentará mi hambriento corazón.
Déjame una cosa antes de separarnos:
un beso para construir un sueño.

Cuando estoy solo con mis ilusiones
estaré contigo
tejiendo romances,
haciendo creer que son ciertos.

Oh, dame tus labios sólo un momento
y mi imaginación
hará vivir ese momento.
Dame lo que sólo tú puedes dar:
un beso para construir un sueño.

Creo en los reyes, pero no en Dios

Copio y pego (poniendo un par de mayúsculas y eliminando la imagen por no hacer hotlinking como únicos cambio) un artículo de La pureza está en la mezcla, el blog de Martín Varsavsky en El Mundo.

El día de Reyes recordé una discusión que tuve con un íntimo amigo español cuando me mudé de Nueva York a Madrid. Resulta que mi amigo madrileño, que curiosamente no cree en Dios, pero se llama Jesús, sabía que mis hijos estaban enterados de que los Reyes Magos eran los padres y estaba preocupado por que le revelaran la verdad a sus hijos. A Jesús le encantaba el mágico momento que sus chicos se despertaban y encontraban los regalos dejados por los camellos.

Al mismo tiempo, a Jesús no le parecía contradictorio nunca hablarle a sus hijos de Dios, pero sí hablarles con tanto entusiasmo de los Reyes Magos. Es más, cuando le saqué el tema me dijo: «si yo no creo en Dios, cómo les voy a hablar de Dios». Claro, pensé yo, me imagino que sería complicado para Jesús si les hablara de Dios a los chicos y un día tener que revelarles que no sólo él era un Rey Mago, sino también el único Jesús que existía. Pero igual me parecía de incoherente este tema de defender a los Reyes Magos por encima del niño Jesús que supuestamente recibía sus regalos. O todo o nada pensaba yo. Y en mi caso era claramente nada.

La idea de mentirle a un chico, digamos hasta los 7 años, no tenía mucho sentido. Creo que mentir o ser incoherente deja secuelas en la educación infantil. Pero cuando salí a buscar aliados para defender mi postura, fracasé rotundamente. Hice una encuesta informal entre mis otros amigos españoles y descubrí que la mayoría de ellos no eran creyentes, pero si les contaban el cuento de los Reyes Magos a sus hijos tan convencidos como Jesús. El tema fue debatido en una excursión de bici de montaña por la Sierra Pobre y mi postura quedó sin ningún apoyo. Miguel, Amaro, Christoph, Antonio… todos estaban con Jesús. No a Dios, pero si a los Reyes Magos era el eslogan de la Peña.

Finalmente, intimidado por las circunstancias, junté a mis 3 hijos y les dije que ni se les ocurriera revelarle a sus amigos que los Reyes Magos no existían. Eso sí, les aclaré que con Dios no tenían nada de que preocuparse. Su existencia podía ser cuestionada sin problema.

¡Oh, Capitán, mi Capitán!

Este poema es uno de los más conocidos de Walt Whitman en España… Mentira. El primer verso es el verso más conocido de Walt Whitman en España, gracia a El club de los poetas muertos. Lo que no es tan conocido es que es una elegía a Abraham Lincoln, el estadista que acabó, al menos legalmente, con la esclavitud en EE UU y fue asesinado por ello.

Una traducción posible sería esta:

1

¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro temible viaje ha terminado;
el barco ha arrostrado cada cabo, conseguimos el premio que buscábamos.
El puerto está cerca, las campanas oigo, toda la gente exultante,
mientras los ojos siguen la quilla firme, el velero siniestro y atrevido.;
pero ¡oh, corazón, corazón, corazón!
Oh, gotas sangrantes de rojo,
donde en el camarote yace mi Capitán,
caído, frío y muerto.

2

¡Oh, Capitán, mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate, por ti ondea la bandera, por ti resuena la corneta;
por ti hay adornos y ribetes, por ti hay muchedumbres en las costas;
por ti claman, las masas se inclinan, volviendo sus caras impacientes.
¡Aquí, Capitán! ¡Querido padre!
El brazo bajo tu cabeza;
es algún sueño en el muelle,
has caído, frío y muerto.

3

Mi Capitán no responde, sus labios están pálidos e inmóviles;
mi padre no nota mi brazo, no tiene pulso ni voluntad;
el barco ha anclado sano y salvo, su viaje completo y terminado;
desde un viaje temible, el barco victorioso entra con su objetivo cumplido.
¡Exultad, oh, costas! ¡Y sonad, oh, campanas!
Pero yo, con mi paso afligido,
entro en el camarote donde yace mi Capitán,
caído, frío y muerto.

El diario rojo de Flanagan (Reseña personal)

El libro en cuestión es El diario rojo de Flanagan (de Andreu Martín y Jaume Ribera) y lo único que puedo decir es que ojalá lo hubiera leído hace años.

Es uno más de la serie de novelas detectivesco-juveniles protagonizada por Juan/Joan Anguera, pintoresco detective de una indeterminada barriada barcelonesa… y no es uno más. Es un curioso cruce de novela en forma de diario y ensayo y va, como quizá se puede deducir por el título, de sexo.

Sexo con adolescentes… Podría ser escabroso, pero  no lo es. El protagonista, conoce a una chica que tiene un  proyecto: un diario con información sobre el sexo. Y él, atraído por Carlota, la chica, decide hacer lo mismo. Asistimos a un carrusel de cifras, (quizás demasiadas para un libro juvenil) y a un carrusel de sentimientos mezclados con sexo, que son los peores y los mejores a la vez.

Como profesor, me parece que la idea es interesante, «envolver» un tema importante en un continente más frívolo (aunque como ya he dicho, quizás hay demasiada información), y como lector que ya conocía a Flanagan, ha sido emocionante. Flanagan está pasando una crisis en su larga relación con Nines y conoce a Carlota, que le atrae (verbo importante en el libro) con fuerza.

Carlota también está involucrada en una relación difícil (¿algo más fácil que estar saliendo a distancia con un nadador holandés?).  Flanagan emprende con fuerza el proyecto del diario rojo, pero se le cruzan las hormonas, y la atracción que siente por Carlota. Es un libro real más que realista, porque no trata de parecerse a la vida, sino que la vida es así.

Los autores tratan a sus personajes con cariño, pero sin paños calientes. Carlota y Flanagan están hechos un lío en su vida y el sexo, como suele pasar, complica todavía más las cosas. Y son adolescentes realistass. Inteligentes, pero adolescentes. La primera vez que se acuestan, no sólo ella queda insatisfecha, sino que el calentón les hace olvidarse del condón (por cierto, que el posible embarazo de Carlota pasa de puntillas por el libro).

Un personaje importante en el libro es el doctor Bardet, al que acude Flanagan en busca de información. No sólo le da, vía correo-e y en persona, abundantes datos, sino que le escucha y la aconseja en sus dudas y problemas. Y de este personaje salen perla tras perla de sabiduría, de esas frases que seguramente están desgastadas por el uso, pero que siguen cortando si las miras con atención.

Una lectura recomendabilísima para cualquier educador y para cualquier adolescente con ganas de saber más.

Las 101 entradas

Es un número «mágico», o algo así. A mí me recuerda, más que los puñeteros dálmatas de Disney, las 1001. No la colección oriental de relatos, sino la recopilación de las mejores canciones que hace años intentamos hacer unos amigos y tomó esa cifra «mágica».

Pues este es el post 101. Es bastante, y seguramente es el proyecto que, sin involucrar a otras personas, más tiempo he mantenido.

A esos poquillos que llegáis por aquí (y seguramente no leéis la portada sino que san Google os ha traído, así que no leeréis esto), GRACIAS.

Seguiremos informando.

Una de Sabina

Hacía mucho que no la oía y hoy la han puesto en el Tranvía, no sé en qué radio.
Me parece precioso el silbido del final, tan meláncolico, tan joven y tan viejo.

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.

Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.

Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).

Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.

Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.

Vía joaquinsabina.net

Ignorancia glorificada

Hace tiempo, estoy hablando del siglo pasado, salir en la tele era algo importante. Y si salías habitualmente, más. Es decir, para ser periodista televisivo había que tener una cierta formación.
Bien pues hoy he descubierto, gracias a La Sexta, que los Reyes Magos no hacen alocuciones o dan discursos, no… Eso es del siglo pasado. Los Reyes Magos en Madrid dan un speech. Tócate los pies. Claro que lo dijo una reportera, no quise leer su nombre, que cree que se dice «poco agua» y un par de patadas al siempre venerable y poco venerado DRAE*.

* El autor manifiesta que es más «fans» del DEA, pero este es más pedante…

Estadísticas del año

Visitantes únicos 1878
Visitantes que vuelven 179, de los cuales:
Sistemas operativos
Windows XP 46 (66%)
Windows Vista 20 (29%)
Linux 2 (2,9%)
MacOS X 1 (1,5%)
Navegadores de los visitantes
Microsoft Internet Explorer 56 (81%)
por versión Explorer 6.0
Explorer 7.0
Explorer 8.0
33 (48%)
21 (30%)
1 (1,5%)
Mozilla Firefox 11 (16%)
por versión Firefox 3.0
Firefox 2.0
10 (14%)
1 (1,5%)
Apple Safari 1 (1,5%)
Google Chrome 1 (1,5%)
Países de los visitantes
España 38 (55%)
México 12 (17%)
Estados Unidos 6 (9%)
Perú 5 (7%)
Ecuador 2 (2,9%)
Argentina, Chile, Alemania, Colombia 1 (1,5%)
Desconocido 2 (2,9%)

Desde que hace poco más de un mes instalé las estadísticas en el blog, he recibido sorpresas, sobre todo que haya visitantes que vuelven (mi más sincero agradecimiento a todos los que venís, y a los que volvéis, más todavía).

Como ya señalé en otro post, la inmensa mayoría de las búsquedas (18 de las 20 primeras) tratan de la anorexia y la bulimia. Lamentable. Por otro lado, parece que atraen más las traducciones de canciones (las 2 búsquedas que completan las 20 primeras) que el resto de temas del blog. Debido a esta tendencia, el post más leído ha sido, por supuesto, ESTE.

La gran mayoría de los visitantes sólo están menos de medio minutos en el blog. La duda que tengo es si son tan eficiente que no hace falta más para encontrar lo que se busca o si en cuanto leen tres palabras, huyen despavoridos.

Las únicas webs que han mandado más de una visita son mi-blog y codigogeek, mientras que en los búscadores, Google arrasa con un 89% de las búsquedas, MSN tiene un pequeño 7% y Yahoo! como Live sólo presentan un testimonial 2% cada uno.

U2 – I Still Haven’t Found What I’m Looking For

Esta canción me recuerda dos cosas: a Matías, que la tenía como mensaje en el Messenger, y a aquella vez en que Xandra me pidió que cambiara de emisora. Y ninguna de las dos cosas tiene mucho que ver con el significado de esta canción.

Las palabras Reino y Tú las escribo en mayúsculas siguiendo las normas de tildación de la RAE.

He escalado las montañas más altas,
he corrido a través de los campos
sólo para estar contigo,
sólo para estar contigo.

He corrido,
he nadado,
he trepado esas murallas,
esas murallas,
sólo para estar contigo.

Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.
Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.

He besado labios de miel,
he sentido la curación en sus dedos.
Quemaba como fuego
este deseo abrasador.

He hablado la lengua de los ángeles,
he tomado la mano de un demonio.
Era cálida en la noche,
yo era frío como la piedra.

Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.
Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.

Creo en la llegada del Reino,
cuando todos los colores se fundirán en uno,
se fundirán en uno.
Sí, bien, aún sigo corriendo.

Rompiste los lazos y Tú
arrancaste las cadenas.
Cargaste con la cruz
de mi vergüenza,
de mi vergüenza.

Sabes que lo creía,
pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.
Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando.
Pero aún no he encontrado lo que estoy buscando…

Siempre se ha hecho así

La primera vez que lo leí lo mandó Alberto Sanz  a animadoreslabalsa. Sigue siendo verdad, una de esas cosas que hacen gracia y no deberían.

LA FORMA DE HACER DE LOS MONOS
Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.
Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.

Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos.
Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo.
Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera.
Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar.
El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo.
Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso.
El cuarto y, finalmente, el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos.

Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.
Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».

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