https://paquita.masto.host/polkillas

Congreso «Software libre y democracia»

Leo en el Boletín Salesiano que a finales de octubre tuvo lugar el Congreso Internacional «Software libre y democratización del conocimiento» en Quito, Ecuador, y me sorprende encontrar una noticia así en una revista de información religiosa, hasta que me doy cuenta de que se ha celebrado en la Universidad Politécnica Salesiana.

Me parece muy interesante que una universidad religiosa, con todo el conservadurismo que suele conllevar, apoye y promueva el software libre. Parece que poco a poco se van consiguiendo cosas.

Y si encima son los salesianos, miel sobre hojuelas.

Otra cita

En demasiadas ocasiones la excesiva generosidad es el disfraz del más absoluto egoísmo. Hay personas que siempre se apresuran a ofrecerlo todo, con objeto de crear en los demás la sensación de estar en deuda con ellos y obtener beneficios tangibles a cambio de un espejismo. Estas personas no suelen tener nada que ofrecer, y seguramente sea ésta la causa primera de su egoísmo.

De igual modo, las personas que se apresuran a amar en exceso, con frecuencia solo buscan satisfacer la necesidad desesperada de ser amados. El origen de esta desesperación es, de nuevo, la nada: son personas que no se aman a sí mismas, que están llenas de un hambriento vacío.

Probablemente no se amen porque sepan que no lo merecen, por saberse débiles, cobardes, mezquinos. Así, en ocasiones el amor no es mas que una trampa en la que creemos haber tenido la fortuna de encontrar un tesoro, y acabamos devorados por un vacío cobarde. (…)

Desde Alfredo de Hoces.

Fiestas religiosas

Es noticia enEl País que la fiesta del Cordero será oficial en Melilla. Leyendo la noticia, parece ser que ya era habitual que los musulmanes practicantes hicieran fiesta ese día y no fueran a la escuela o a trabajar.

Y me he puesto a reflexionar sobre el asunto de las fiestas religiosas en España. Como católico practicante, es un tema que me afecta en dos sentidos: el laboral y el religioso.  Empezaré por este último.

Pensando en aspecto religioso, parece claro que para que la libertad religiosa exista en la práctica hace falta que los creyentes de cualquier religión puedan celebrar sus fiestas de un modo apropiado. En cualquier lugar que se me ocurra, las fiestas religiosas llevan consigo ciertas obligaciones para los creyentes: asistir a ciertas celebraciones, cumplir ciertos ritos, etc.

Y esto me lleva al aspecto laboral. En una sociedad que se dice multicultural (aunque yo creo que hoy en España,ciñéndonos al aspecto religioso, podemos reducir esto a tres «culturas»: católica, musulmana y laica, pero sobre esto pensaré en otra ocasión), la multiplicación de fiestas religiosas es, sencillamente, inviable. Otra opción sería optar por algunas fiestas cristianas, otras musulmanas y otras laicas, a lo que se podría replicar que los laicos quedan marginados. Además, ¿quién decide qué número de fiestas merece cada religión, o qué fiestas merecen ser vacaciones? En la wikipedia se pueden consultar las fiestas y aparecen dos fiestas musulmanas aparte del mes de Ramadán y ¡más de una decena! de fiestas judías!. Otra crítica, más inteligente en mi opinión, es  que las fiestas laicas son, en realidad de todos. Así que, ¿qué hacemos con las fiestas?

Mi opinión es que deberíamos tender hacia un modelo mixto: un conjunto de fiestas nacionales de carácter no religioso: 6 de diciembre (Día de la Constitución), 12 de octubre (Día de la Hispanidad)… e incluso crear fiestas nuevas si hace falta (¿qué tal celebrar el cumpleaños del Rey o algo así?) Y ADEMÁS dejar un número de fiestas que cada uno pudiera coger cuando quiera. Así, un cristiano puede cogerse el Triduo Pascual, un musulmán celebrar el fin del Ramadán y un ateo cogerse vacaciones cuando le parezca bien. Además, esto redundaría en una mayor flexibilidad para organizar vacaciones, algo que en la vida moderna es muchas veces difícil.

Nuevo tema del blog

He estado usando durante bastante tiempo el tema Berri Ocaso de Berriart, y me ha gustado, pero me parecía ligeramente demasiado estridente, y ahora he cambiado a Winter Styled de Specky, que me parece más discreto.

Esta vez me he animado a mirar las tripas del tema para castellanizarlo por completo y creo que lo he conseguido. Todavía deberé cambiar el tamaño de la letra, que me parece demasiado pequeño. Pero me gusta.

Frase en Everwood

Dijo Ephram Brown en cierta ocasión:

El caso es que sí sé lo que pasaría; sería exactamente como siempre lo había pensado: perfecto. Nunca me había preocupado por lo que pasaría si estuviéramos juntos. En el fondo sabía que esa parte funcionaría, sólo llegar hasta allí parecía imposible, era incapaz de imaginarnos en el mismo punto al mismo tiempo.

Y no creo que nadie se pregunte por qué me he sentido durante mucho tiempo identificado.

Silencio y oración

No sé cómo he encontrado este texto que habla de teología y de ciencia. Es un texto bastante largo, pero al final da una de las mejores definiciones de qué es (o qué debería ser la oración).

El ombligo y el lenguaje de Adán
Seguro que habréis oído muchas veces el siguiente acertijo: Un hombre se muere y va al cielo. Allí se encuentra a todas las personas que han muerto, pero están desnudas. De repente, se topa con una pareja de jóvenes e inmediatamente se da cuenta de que son Adán y Eva. ¿Cómo lo supo? Creo que todos sabéis la respuesta: no tenían ombligo.

Seguramente, encontraréis esto como una trivialidad, que es una pregunta irrelevante o que se tiene que tomar en sentido metafórico. Pero cuidado: para los que creen que la Biblia es históricamente exacta esta no es una pregunta trivial: si Adán y Eva no tenían ombligo, no eran seres humanos perfectos; pero si los tenían, entonces los ombligos implicarían un nacimiento con parto que ellos jamás experimentaron.

Ha sido un tema que ha preocupado a diferentes personas a lo largo de la historia. Bruce Felton y Mark Fowler son los autores de The Best, Worst and Most Unusual (Galahad Books, 1994). En este interesante libro de referencia, dedican varios párrafos a lo que ellos llaman “la peor disputa teológica”. Según estos dos autores, en 1752 se publicó en Alemania el tratado definitivo sobre el tema. Se titulaba Untersuchung der Frage: Ob unsere ersten Uraltem, Adam und Eve, ciñen Nabel gehabt. Tras discutir todos los aspectos de esta difícil cuestión, el autor, el doctor Christian Tobías Ephraim Reinhard, llegaba por fin a la conclusión de que la famosa pareja carecía de ombligo.

Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, pintó a Adán siendo creado por el dedo de Dios, y tiene ombligo. En 1857 (dos años antes de aparecer el famoso Origen de las Especies, de Darwin), un zoólogo británico llamado Philip Henry Gosse publicaba Onfalo: Un intento de atar el nudo geológico (omphalos es una palabra griega que significa “ombligo”).

Gosse intentaba reconciliar esa clara contradicción entre el Génesis bíblico y el registro fósil. Si Dios había creado a Adán y Eva con ombligo, implicando un parto que jamás había tenido lugar, ¿no podía, con la misma facilidad, haber creado un registro de historia de la vida en la Tierra que jamás había existido, excepto en la Mente Divina? Comprendió que no era una mera cuestión de ombligos: Adán y Eva tenían huesos, dientes, pelo, uñas y toda clase de órganos que contenían evidencias de un crecimiento anterior.
Concluyó que si Dios creó la Tierra tal como se describe en la Biblia, debió crearla como una “empresa en funcionamiento”. Con esta argumentación ya se podía explicar todo: las huellas de pisadas de animales prehistóricos, la lenta erosión, el plegamiento e inclinación de los estratos, los fósiles, los círculos concéntricos del tronco de un árbol, las líneas de crecimiento de las conchas, el ombligo de Adán y Eva, etc.

El mismo Gosse afirmaba que con esta argumentación podemos incluso suponer que Dios creó el mundo hace tan sólo unos minutos, con todas sus ciudades y registros, y con recuerdos en las mentes de las personas, y no existe una manera lógica de refutar esto como una hipótesis posible (como ya os expliqué. Ahora, la pregunta era si el creador había dejado todo ello con la intención de engañarnos. ¡Pobre Gosse! Quería quedar bien con todo el mundo y su libro no gustó ni a los creyentes ni a los ateos.

Pero bueno, todo lo dicho hasta ahora es harto conocido. La razón por la que os escribía este artículo es que si el ombligo es un problema, entonces, el idioma en el que hablaba Adán con Dios o con Eva también es un problema. Os dejo con la explicación sacada del libro “El científico curioso” (al que en un futuro dedicaré un artículo para comentarlo) de Francisco Mora Teruel, catedrático de Fisiología Humana de la Universidad Complutense de Madrid.

¿Qué lengua utilizaron por primera vez Adán y Eva en sus conversaciones en el Paraíso y con el mismo Dios? ¿Acaso Dios no debió darles su propio idioma, el lenguaje a partir del cual derivaron todas las demás lenguas? ¿En qué idioma habló Dios a Moisés en el Monte Sinaí? ¿Lo hizo en hebreo? ¿Habló Dios a Jesús en arameo? Estas preguntas, a todas luces ingenuas para nosotros hoy, no lo fueron tanto para muchos Reyes y filósofos que a lo largo de la historia se preguntaron y reflexionaron sobre cuál sería, entre las miles de lenguas habladas, el idioma más natural del hombre. Es decir, aquel que lejos del aprendizaje del padre, de la madre o del entorno social, Dios dio al hombre en el inicio de su despertar como hombre para comunicarse por primera vez con sus semejantes.

Se han descrito muchas experiencias en las que se ha buscado descifrar y dar contestación a este enigma. Unas proceden de la fantasía. Otras, más documentadas, de experimentos realizados con niños. Otras, definitivas, las obtenidas más recientemente en seres humanos aislados completamente de otros seres humanos en los primeros años de su existencia. Se cuenta que tratando de contestar a esta pregunta un faraón de Egipto, Psammenthicus, y varios reyes, entre ellos el Rey Jaime IV de Escocia, aislaron a niños recién nacidos para comprobar después con qué idioma se expresaban y descubrir así el idioma más genuinamente humano y por tanto el más cercano a Dios. Pero quizá la historia más documentada es aquella del emperador Mogol Akbar Khan, a principios del siglo XVI, que mandó aislar varios niños recién nacidos al cuidado de personas sordomudas y con la prohibición absoluta de que nadie tuviese ningún contacto verbal con ellos. Cuando los niños crecieron los mandó llamar a su presencia. El Emperador, según describió un jesuita en su Historia General del Imperio Mogol en el año 1708, se rodeó previamente de gentes conocedoras de todas las lenguas para entre todas poder descifrar el lenguaje de los niños. Y fue entonces cuando el emperador descubrió que los niños no hablaban nada. Eran mudos. El idioma genuino del hombre, si acaso, era claramente el silencio. Hoy hay recogidas documentalmente historias de niños completamente aislados por sus padres o perdidos en la selva cuando no debían tener más de un año de edad. Cuando algunos de estos niños fueron encontrados con edades entre 4 y 6 años no hablaban absolutamente nada.

Se expresaban con contracciones extrañas de los músculos de la cara, raras vocalizaciones y gesticulaciones explosivas de los brazos. El caso de Johan recogido por unas monjas en un orfelinato de Burundi es ilustrativo. Se perdió en el período guerra entre watusi y hudu en los alrededores del lago Tanganika, allá por los principios de los años 70 y fue recogido por unos pastores que lo descubrieron viviendo en una colonia de chimpancés. El niño era mudo y andaba apoyado de brazos y piernas. A pesar de un intenso aprendizaje durante años no logró aprender a hablar. Y es que el lenguaje, el habla, no es algo con lo que se nace. Ciertamente, se nace con la potencialidad de hablar, es decir, se nace con un cerebro que alberga los circuitos neurales para el lenguaje, pero esos circuitos nunca van a funcionar a menos que se registre en ellos el habla de nuestros semejantes.

Sólo el aprendizaje logra convertir en hecho aquello que existe en potencia. Se nace con un disco cerebral en el que poder grabar pero que nada contiene si no se graba en él. En otras palabras, el habla no es patrimonio de un hombre único y aislado. El habla es un patrimonio social, es un bien común de todos los seres humanos. Bien común, además, adquirido a lo largo de varios millones de años de evolución del cerebro y no dado por ningún Dios en ningún momento determinado. Ya en el hombre de hace dos millones de años se ha podido reconocer las trazas de las estructuras cerebrales que posteriormente han dado lugar a los circuitos del habla. Y es posible que tan sólo sea hace unos 100.000 años que la corteza cerebral haya alcanzado los últimos peldaños de esa complicada escalera evolutiva que ha dado lugar al habla.

Sin duda que tanto el emperador Mogol como quienes hicieron estos experimentos desgraciados alcanzaron a contestar la pregunta sobre el origen del habla. Y la contestación es que si algún idioma Dios dio al hombre en sus orígenes es claramente el idioma de los gestos y el silencio. De lo que se deduce además, que no hay libro alguno que exprese, en ningún idioma, el verbo directo de Dios. Dios, si existe, es silencio y cualquier libro que hable de ese silencio ha sido filtrado por el cerebro humano. Y esto nos lleva a comprender que la interpretación humana de ese silencio, su desciframiento y su traducción en forma de lenguaje, es tan individual como lo es cada cerebro en cada uno de los más de seis mil millones de habitantes que pueblan la Tierra.

Vía Taringa!

¿Vuelta al trabajo? Todavía no

Pues eso, que parece que en principio volveré a trabajar, pero después del puente de diciembre.

Cita profunda

Hoy he reiniciado el navegador y al abrirse la pestaña de «Editar entrada» me he encontrado esta cita escrita, de la que desconozco el origen. Misterios del intenné.

Se puede dormir en la misma cama sin tener los mismos sueños.
* Proverbio chino.

Del Vaticano II a los científicos

Este fue el saludo de Pablo VI a los científicos en la clausura del concilio Vaticano II. Ojalá (que en árabe significa «quiera Dios») siempre fuera este el talante en las relaciones entre fe y razón, entre Iglesia y ciencia.

Un saludo especial para vosotros, los buscadores de la verdad, a vosotros los hombres del pensamiento y de la ciencia, los exploradores del hombre, del universo y de la historia; a todos vosotros, los peregrinos en marcha hacia la luz, y a todos aquellos que se han parado en el camino, fatigados y decepcionados por una vana búsqueda.

¿Por qué un saludo especial para vosotros? Porque todos nosotros aquí, Obispos, Padres conciliares, nosotros estamos a la escucha de la verdad. Nuestros esfuerzo durante estos cuatro años, ¿qué ha sido sino una búsqueda más atenta y una profundización del mensaje de verdad confiado a la Iglesia y un esfuerzo de docilidad más perfecto al espíritu de verdad?

No podíamos, por tanto, dejar de encontraros. Vuestro camino es el nuestro. Vuestros senderos no son nunca extraños a los nuestros. Nosotros somos los amigos de vuestra vocación de investigadores, los aliados de vuestras fatigas, los admiradores de vuestras conquistas y, si es necesario, lo consoladores de vuestros descorazonamientos y fracasos.

También para vosotros tenemos un mensaje, y es éste: continuad, continuad buscando sin desesperar jamás de la verdad. Recordad la palabra de uno de vuestros grandes amigos, san Agustín: «Buscamos con el afán de encontrar y encontramos con el deseo de buscar aún más». Felices los que poseyendo la verdad la buscan aún, con el fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás. Felices los que no habiéndola encontrado caminan hacia ella con un corazón sincero; ellos buscan la luz de mañana con la luz de hoy, hasta la plenitud de la luz.

Pero no olvidéis: si pensar es una gran cosa, pensar, ante todo, es un deber; desdichado aquel que cierra voluntariamente los ojos a la luz. pensar es también una responsabilidad: ¡Ay de aquellos que obscurecen el espíritu por miles de artificios que lo deprimen, lo enorgullecen, lo engañan , lo deforman! ¿Cuál es el principio básico para los hombres de ciencia sino esforzarse en pensar rectamente?

Por esto, sin turbar vuestros pasos, sin ofuscar vuestras miradas, queremos la luz de nuestra lámpara misteriosa: la fe. El que nos la confió es el Maestro soberano del pensamiento, del cual nosotros somos los humildes discípulos; el único que dijo y puedo decir: «Yo soy la luz del mundo, yo soy el Camino y la Verdad y la Vida».

Esta palabra os toca a vosotros. Nunca, quizá, gracias a Dios, ha parecido tan clara como hoy la posibilidad de un profundo acuerdo entre la verdadera ciencia y la verdadera fe, sirvientes una y otra de la única verdad. No impidáis este preciado encuentro. Tened confianza en la fe, esa gran amiga de la inteligencia. Alumbraos en su luz para descubrir la verdad, toda la verdad. Tal es el saludo, el ánimo, la esperanza que os expresan, antes de separarse, los Padres del mundo entero, reunidos en Roma en Concilio.

Qué decepción

El otro día vi en Menéame un artículo sobre la canción «I don’t like Mondays» (enlace en inglés), que yo conocía de Boomtown Rats (no sabía que Bob Geldof salió de aquí), y veo que hablan de la traducción. ¡Ah, campos de soledad, mustios collados…! No me citan, yo que la traduje en tiempos mejores…

Mira, creo que es mi primer post ego-centrista.

Cargar más