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Noticias en la prensa

  • Vicenç Navarro en Público: Motivos para la huelga general. Es mu rojo el tío. Me gusta.
  • En  versvs.net: Stephenson, Mongoliad y las novelas por fascículos. Esta me recuerda que tengo por ahí pendiente una apasionante (para mí y nadie más, me temo) entrada sobre la televisión, el cine y la literatura, asín en general.
  • Pseudópodo en consumehastamorir.com: Objetos personales. Una crítica al consumismo que me ha emocionado.

El Chojin – El final del cuento de hadas

Esta canción la escuché por primera vez en el coche, yendo a trabajar a Villalba, en la Cuesta de las Perdices. Y me dejó los pelos de punta como, creo, ninguna canción ha hecho. Nunca he visto una canción que trata el maltrato de una manera tan directa, tan realista y, sobre todo, mostrando de una manera tan contundente cómo es el final: el corte en la base que hay tras las puñaladas.

Aquí van la canción y la letra, sacada de musica.com.

—Sé que no le gusto a tus padres, pero ellos qué saben,
no eres tan pequeña y yo no soy tan grande,
te he demostrado que te quiero durante este tiempo,
acepta mi anillo, cásate conmigo.
—¡Es precioso! Claro que acepto, mi vida.
—Oh, me haces tan feliz, sé que eres mía,
estabas destinada a mí lo supe ,desde el primer día.
Abrázame, comparte mi alegría.

Así comenzó el cuento de hadas,
ramos de flores, bombones, paseos y dulces miradas,
lo que opinen los demás no vale nada,
un hombre bueno mantiene a una mujer enamorada.
Los días pasan como en una fábula,
vestidos de novia, lista de boda, planes, nueva casa,
ella es la reina, ella es el ama,
ella le ama, ella le aguanta…
—Quizás no deberías beber tanto…
— ¿Me estas llamando borracho?
— No, no, claro.
— Pues cállate, mujer, ¿eh?,
que yo sé bien lo que hago.
Anda, sube al coche y borra esa cara de inmediato.
— Claro…

Ella y él se casan,
el tiempo pasa, una llamada…
— Mamá, ¡estoy embarazada!
No hay mayor motivo para ser feliz que un niño,
él lo celebra saliendo con sus amigos.

— Dónde has estado? Me tenias muy preocupada
— No empieces…
— Porque no coges mis llamadas?
— No empieces!
— Es que siempre me dejas sola en casa
y vuelves a las tantas. Además,
hueles a colonia barata.
— ¡Calla!

El primer golpe fue el peor,
no tanto por el dolor como por el shock de la situación,
esa noche él duerme en el sofá, ella no duerme nada,
sueños rotos, lagrimas en la almohada…

Quién iba a decir que sería así… El final del cuento de hadas
Todo iba bien hasta que llegó… El final del cuento de hadas
Nunca penso que podría pasar… El final del cuento de hadas
A otra ella le tocó vivir… El final del cuento de hadas

—Perdóname por lo de ayer, no sé que paso,
Es que… no sé, es el estrés del trabajo,
el cansancio, estaba un poco borracho,
perdóname, lo siento, sabes que te amo…

Tras unos días ella recuerda el tema,
como si fuera una lejana pesadilla,
pensó en contarlo a sus amigas,
pero no lo entenderían,
además, son cosas de familia.

— Él me quiere, esas cosas pasan,
y es verdad que a veces soy un poco bocazas…

Nace el bebé, una pequeña preciosa,
pero él quería un niño y echa la culpa a su esposa.

— Lo haces todo mal, y estás gorda,
¿como pretendes que no me vaya con otras?
— Pero…
— Pero nada! Todo el día en casa acumulando grasas
¿y no eres capaz de tener la cena preparada?
— Pero…
— Calla!
— Pero…
—¡ Calla! Mira ¡no me obligues a que lo haga!
— Pero…
— Calla! ¡Te avisé! ¡Ahora habla! ¡Habla! ¡Habla! ¡¡Habla!!

Esta vez no se supo controlar,
ella acaba en el hospital,
tras tres días por fin escucha a sus amigas,
y denuncia a la policía su tortura.
La vida vuelve a sonreírle poco a poco,
ella y la niña rehacen sus vidas casi del todo,
un nuevo chico, un nuevo trabajo,
un nuevo futuro, en un nuevo barrio.
Pero el papel de un juez no es suficiente para detenerle a él,
y un día de vuelta al portal,
él la espera con un puñal, y la acuchilla doce veces.

Fue el final del cuento de hadas,
un cuento real que se cuenta en cada ciudad, cada semana,
es la nueva plaga,
es el final del cuento de hadas…

Quien iba a decir que sería así, el final del cuento de hadas
Todo iba bien hasta que llegó, el final del cuento de hadas
Nunca penso que podría pasar, el final del cuento de hadas
A otra ella le tocó vivir, el final del cuento de hadas.

¡Satán es mi señor!

Y después del susto de que alguien católico, apostólico y romano como yo diga eso, lo explico. O mejor, lo leéis en Vicisitud y Sordidez.

Los cinco sentidos: olfato

Hoy me he decidido a tomar un café con hielo y ghotas* después de comer. Fuera de Galicia, al café con ghotas se le llama carajillo.

Y al meter la nariz en el vaso, me ha subido el olor del café mezclado con el orujo y ese olor ha disparado un recuerdo en mi cabeza. Es curioso, no era el recuerdo de un momento, ni de una persona, sino de un lugar. El café con orujo me huele a Dodro, a mi pueblo.

No recuerdo dónde leí, quizás en un cuento de Asimov, que es curioso comprobar cómo el sentido al que menos caso hacemos habitualmente sea capaz de disparar un recuerdo con tal fuerza. Porque la asociación café –> Dodro fue automática, sólo después de pensar en mi pueblo me di cuenta de por qué estaba pensando en él.

A mí me parece que el olfato es un sentido que, como solo funciona en las distancias cortas, se puede asociar a momentos de cercanía. Y la cercanía física suele asociarse a la cercanía emocional, por lo que los olores se asocian a elementos emocionales intensos. ¿No es lógico, acaso, que la circunstancia en la que más funciona el olfato sea el sexo?

Las maravillas de la mente humana son tan maravillosas que a mí me maravillan. Y espero que nunca los neurólogos sean capaces de entender todos estos mecanismos de la memoria, porque me da la sensación de que se perdería la magia.

* Es gallego con geada, significa «gotas» (no era difícil, ¿verdad?) pero se pronuncia «jotas», [xótas] en transcripción fonética. En mi pueblo, además, más que gotas se echa un chorretón de orujo.

Religión, respeto y pubs irlandeses

Este fin de semana Juan, entre otros sitios, nos llevó a un pub irlandés llamado The Church. La verdad es que yo suponía que la católica Irlanda era más católica de lo que ha resultado ser. Según la Lonely Planet de Ángel, Dublín es mucho más cosmopolita que el resto, y así ha resultado ser. Pero estoy divagando.

The Church es un pub (no muy irlandés, según los estándares de aquí) montado en lo que fue una antigua iglesia. Parece ser que en Dublín sobran iglesias y se les están dando otros usos: museos, salas de exposiciones, apartamentos e incluso este pub. Mantienen el órgano y algunas pinturas murales, me llamó la atención la de «Haced esto en memoria mía», quizás por su ironía.

Y es llamativo que, mientras que a mí me parecía una iniciativa simplemente curiosa, a Ángel le pareció falta de respeto. Quizś precisamente porque yo estoy más metido en una religión organizada, puedo tomarme esto con menos seriedad, mientras que a una persona no religiosa pero respetuosa con la religión puede costarle más. Y yo habría supuesto que sería más bien al revés. Es curioso.

Maldita grabadora

Ángel, Alberto, ¿de qué os dije que iba a escribir al volver, que no me acuerdo?

Escalofrío

He leído en el blog de la doctora Jomeini (eso es un nombre original y no lo del aburrido) una historia que me ha puesto los pelos de punta: una adolescente con síndrome de Down a la que tienen que anestesiar y, claro, tiene miedo. La residente le pregunta a qué tiene miedo y la niña responde: «Al futuro».

¿Y qué le respondes? Si ya es jodida la vida sin problemas añadidos, teniendo Down…Pero qué huevos.

Olé los huevos de esos niños-hombre, como los llama Ata Serrano.

Gracias, finlord

¿Para qué están los amigos? Para las ocasiones. Estaba yo ahíto, mudo y disperso, superado por los problemas técnicos que han tenido cerrado el blog del aburrido desde hace una semana, hasta que apareció por mi casa finlord al rescate, dejándome absolutamente obnubilado. Si alguna vez me habéis oído decir que sé algo de informática, era mentira. Nunca había experimentado la sensación de ver a alguien trabajar y no entender absolutamente nada de lo que estaba haciendo.

Y bien está lo que bien acaba, y gracias a Álex esto vuelve a funcionar sin haber perdido nada (creo). Seguiremos escribiendo.

Hoy

Y el caso es que no me acuerdo. Lo llevo pensando toda la mañana y no caigo.

Ya desde que me he despertado lo tengo en la punta de la lengua, y no hay cosa que más me joda. ¿Cómo se llamaba el hombre?

Me hablaron de él hace unos meses: un tío misterioso, con nombre extranjero. Todavía no lo conozco en persona, pero es sólo cuestión de tiempo, si no me engaño.

En cuanto me hablaron de él, algo me dijo que iba a tener algo que decir en mi vida pero nada, que no me acuerdo.

Me ha echado una mano mi hijo a vestirme —se pensará que no soy capaz, y estoy mayor pero todavía no chocheo— y he bajado como siempre a desayunar al Tranvía. Lo he estado pensando mientras untaba la tostada y no me ha dejado leer con tranquilidad El País, y no hay cosa que más me joda. Después me ha fastidiado el paseo, iba con un despiste tal que se me ha fastidiado el paso: casi acabo en Plaza Castilla en vez de en Cuatro Caminos.

Ha venido mi hija a comer y la he notado triste, seguro que ha tenido bronca con el marido. Y mira que es buena gente, pero a estos matrimonios de ahora les falta aguante. No la he querido decir nada de mi pequeño problema por que no se preocupe más, que bastante debía de tener con lo suyo.

Por la tarde he cogido el libro, a ver si los Apuntes de Cela me distraían, pero nada. Me he sentido como esos neófitos que corren sin saber por qué. Y es que no hay cosa que más me joda que tener algo en la punta de la lengua y no ser capaz de recordarlo.

Sólo cuando ha venido mi yerna con mi nieta he conseguido alejarme de la cabeza esta obsesión. Hemos salido a dar una vuelta por el parque y ha sido muy relajante, sobre todo cuando ha llegado mi hijo, hacía un par de días que no le veía. Pero cuando he vuelto a casa me ha vuelto a venir a la cabeza lo del hombre este y se me ha amargado la tarde.

Por la noche he visto el partido de baloncesto. No sé ni con quién jugaba España pero es un deporte que me gusta desde siempre. Luego, cuando me he metido en la cama, he estado dando vueltas, intentando recordar el nombre, y no hay cosa que más me joda que no dormirme a la primera. He vuelto a coger el libro y al final sí he cogido el sueñecito. Pero cuando estaba a punto de caer, por fin he recordado su puñetero nombre.

Alzheimer.

Prohibido prohibir

Entresaco el título de un artículo de Jorge Barraza sobre el tema estrella de esta semana. Ayer hablaba con Ángel sobre el tema y nos poníamos de acuerdo en que no nos poníamos de acuerdo. Y hoy lo mismo con Justo.

Y, puesto que no soy antitaurino, pondré un solo argumento en contra de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Según parece, yo estaba equivocado y esta iniciativa no ha surgido de ERC sino diversas entidades civiles, más ecologistas que nada. Pero, y es un pero muy gordo, resulta que la ley aprobada ayer sólo prohíbe la lidia, mientras que los correbous y cosas así no sólo no se prohíben sino que se promueve su protección. Y, contra lo que yo pensaba, no se trata de encierros, sino de esto (lástima del último párrafo, que mancha la información con opinión). Así que parece que lo que yo suponía es más verdad de lo que parecía: no se prohíben los toros no por ser crueles y violentos, porque los bous embolats siguen ahí.

Así que ¿por qué se prohíben?

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