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Final de copa

Fue el triunfo de Llull, pero también de un equipo, de un estilo, precioso para el espectáculo, y de un entrenador que ha sabido barrer los complejos, las inseguridades, las barreras psicológicas impuestas por el Barcelona, y sacar brillo de las virtudes de una estupenda escuadra.

Robert Álvarez, en El País

Dos ideas

Salí el martes de Madrid hacia Navalcarnero y me volvió a llamar la atención el comportamiento de los conductores madrileños en las autopistas que utilizo en ese trayecto: la M-30 y la A-5.

La cosa es como sigue. La cifra entre paréntesis es la velocidad máxima en ese punto)

M-30, km 23 (90). Me incorporo a la M-30 desde Sinesio Delgado. Circulo levemente por encima de 90 km/h y la mayoría de vehículos me va adelantando no mucho más rápido de lo que voy yo, quizás a 100-110 km/h.

M-30, km 19,700 (70). Llego a la entrada del túnel y entro a 70 km/h, mientras que el resto de conductores reducen hasta 50-60 km/h. Ya se sabe, «en los túneles hay radares»).

Incorporación desde la M-30 a la A-5 (50). Yo voy a la velocidad indicada y los coches que van detrás de mí se apelotonan y los que van delante se me escapan.

A-5, km 3 (70). Estamos en el túnel de la Avenida de Portugal. Casi todos los conductores van por debajo del límite. Ya se sabe, «en los túneles…».

A-5, km 3,500 (70). Salimos del túnel. Mi velocidad sigue siendo los 70 km/h marcados en el regulador automático y una buena parte de los coches que he ido dejando atrás en el túnel recuperan el espacio perdido, van a 85-90 km/h.

A-5, km 4 (70). Frenazos al llegar a la altura del pórtico en el que está instalado un radar en el carril izquierdo.

A-5, km 4,500 (70). Bruscos acelerones al dejar atrás el radar. Ya no habrá más hasta Navalcarnero. Por supuesto, todos me adelantan.

A-5, km 10 (70). Existe una señal de 80, pero lleva bastante tiempo tapada. Ir a 70 llega a ser peligroso por la diferencia de velocidad con el resto de coches, que van en torno a los 90-100 km/h, aunque se tienen que apartar para dejar paso a algún Audi o Seat León que va aún más rápido.

A-5, km 10,500 (90). Al pasar la M-40, la velocidad permitida aumenta. El resto de coches sigue a la misma velocidad.

A-5, km 11 (120). Los coches que vienen de la M-40 se incorporan en este punto y la velocidad sube al máximo legal. Curiosamente, nadie parece darse cuenta y al subir el regulador a 120, empiezo a adelantar de nuevo coches. Cierto es que en el punto kilométrico 12,800 hay una curva peligrosa con velocidad máxima recomendada de 100, pero la velocidad media no cambia antes, durante ni después de la curva.

A-5, km 14 (120). Vamos saliendo de la conurbación Alcorcón-Móstoles. La autopista ya no está rodeada de polígonos industriales y edificios. Yo sigo a 120 y me vuelven a pasar coches, aunque hay que reconocer que no tantos como antes. Y esta es la situación hasta la salida 29B hacia Navalcarnero.

Se me ocurren dos posibilidades para explicar este comportamiento, a cual peor. La primera es que los conductores ni siquiera miran las señales, por lo que conducen a ojo. Y la segunda, que me temo es más adecuada, es que los conductores sí conocen las señales pero también tienen una idea de dónde están los radares y solo respetan los límites bajo la amenaza de sanción.

¿Qué preferimos? ¿Conductores despistados o conductores mal educados? Porque los límites en la A-5 tienen cierto sentido (los 70 del túnel por seguridad, los 70 en Campamento para producir menos contaminación sonora) y aun así nos los pasamos por el forro.

Y me temo que esa es la cosa: España es un país mal educado, que sigue pensando que los radares son solo para recaudar. Vale, es cierto que algunos tienen carácter recaudatorio, pero nadie piensa en que desde que los radares se empezaron a multiplicar las muertes en carretera han descendido. Y es que en España funcionamos por el miedo a la porra, no porque comprendamos las normas. Así nos ha ido, y así nos va.

[Cómo] Vídeos y Flash no aparecen en Joomla 2.5

Al actualizar polkillas.net a la últimísima versión de Joomla, la 2.5.1, desde la versión 1.5.25, me he encontrado varios problemas: ha habido que hacer una migración de las extensiones, menús que no funcionan, cosas que han cambiado… Y el problema que más me ha costado solucionar ha sido que todos los objetos y reproductores Flash (Youtube, Goear, los de rtve.es…) desaparecían sin dejar rastro al guardar o actualizar una entrada.

Leyendo por ahí, encontré (ahora no recuerdo exactamente dónde) una posible solución. En la Configuración Global hay una pestaña llamada Filtro de textos (Global Configuration > Text filter si está en inglés) donde se puede configurar esto. Cuando un usuario de Joomla escribe un artiçulo, por defecto Joomla elimina ciertas etiquetas HTML, entre ellas <object> y <embed>, que son las que suelen aparecer cuando insertamos vídeos y objetos. La solución más drástica consiste en seleccionar, para los grupos de usuarios que queramos, seleccionar «No filtrado». Otra opción más algo más complicada es hacer una selección más fina, utilizando las casillas de la derecha para seleccionar qué etiquetas permitir (lista blanca) o no permitir (lista negra).

Luchar a veces sirve

Copio un correo que me ha llegado de Kepa. Lo conocí haciendo el Camino de Santiago y mira, algo seguimos sabiendo el uno del otro:

No se si ya lo sabias, pero en donde curro hemos tenido un conflicto con la Dirección de la empresa. Como en muchas otras empresas y a pesar de no irles mal el negocio, han tratado de aprovecharse de la coyuntura general de crisis y el miedo existente en la clase trabajadora para rebajar drásticamente nuestras condiciones laborales.

Desde el Comité de empresa, del que yo soy el presidente, nos pusimos a trabajar rápidamente, informando a la plantilla y desmintiendo los falsos argumentos de la Dirección de la empresa. 

No ha sido nada fácil, pero con organización y lucha les hemos plantado clara y les hemos derrotado.

Para explicarlo brevemente: Nosotros teníamos un Pacto de empresa, que regia todas nuestras condiciones laborales, firmado para 2010 y 2011. Una vez acabado 2011 la Dirección nos dice que esta dispuesta a negociar un nuevo Pacto, pero que mientras dure la negociación aplicará el Convenio nacional. Este convenio es muy inferior en todo a nuestro Pacto y les permitía entre otras cosas, reducirnos un 15% el salario, eliminar nuestro derecho a las jubilaciones parciales, crear dobles escalas (los nuevos trabajadores cobrarían 6.000 euros anuales menos que los actuales), multiplicar la eventualidad, trabajar tres días mas, no tener un calendario anual, y un sin fin de barbaridades. Si lo hubieran aplicado, ademas, habría eliminado la negociación colectiva en la empresa, aplicando las modificaciones que fueran haciendose desde Madrid al convenio estatal. 

Nosotros desde el principio lo tuvimos muy claro, «las condiciones laborales en San Andres se negocian en San Andres por el Comité de empresa de San Andres y no permitiremos que se nos impongan otras condiciones laborales no pactadas». La Dirección debió pensar que no tendríamos valor o fuerza suficiente, por que no nos hizo ni caso y siguió para adelante con su imposición.

Durante finales de diciembre y principios de enero, viendo que la Dirección ni nos escuchaba, ni quería negociar nada, sino imponernos el convenio nacional, empezamos a hacer paros parciales, 18 días en total. Siempre apoyadas por la asamblea de trabajadores y con un trabajo de explicación muy fuerte de nuestra parte, para contrarrestar las mentiras dirigidas de la Dirección.

Viendo que ni así avanzaba el asunto, el 26 de diciembre decidimos hacer empezar una huelga indefinida y «milagrosamente» a partir de ese día la Dirección empezó a escucharnos y a comprendernos. La huelga fue un éxito rotundo y no solo se paro por completo la producción, sino que ningún trabajador acudió a su puesto de trabajo. Al sexto día, tras reuniones maratonianas, conseguimos lo que nos dijeron era imposible: un acuerdo por el cual la Dirección de la empresa se compromete a mantener todas y cada una de las condiciones laborales de nuestro pacto de empresa hasta acordar unas nuevas, que serán recogidas en un CONVENIO de empresa propio, para evitar que en el futuro pueda pasar algo parecido. Por lo que deconvocamos la huelga indefinida.

Con esto hemos mantenido, con mucho esfuerzo, nuestra capacidad de tener una verdadera negociación colectiva en la empresa, pero me temo que en muchas otras empresas esto será imposible. Nosotros lo hemos hecho, aunque por todos los lados oíamos que era imposible. Durante la lucha teníamos una palabra siempre presente «DIGNIDAD», y un lema: ¿Que hay peor que perder el trabajo?, perder nuestra dignidad por mantenerlo.

Ahora estamos negociando el nuevo convenio con la Dirección de la empresa.

No hemos tenido demasiado eco en los medios, pero no nos extraña, ya que en muchas empresas están con problemas. 

Hoy mas que nunca la lucha es el único camino, y desde aquí me gustaría animaros a que defendierais vuestra dignidad, si tuvierais algún problema laboral de este tipo. Organización y lucha.

2073

¿Les suena eso de la #mareaverde? La versión aguirrista es que se ha subido la carga de trabajo dos horas a esos vagos de los profesores (¡funcionarios! e ¡interinos elegidos a dedo!) y han montado un pifostio corporativista, mientras que la versión perroflauta es que el malvado gobierno de EspeonzAguirre nos quiere arrebatar la enseñanza pública.

Dos datos:

a) Empiezan a correr rumores de que el año que viene, en lugar de 20 horas, podrían ser hasta 27, lo cual obligaría a dos cosas:

  1. Ampliar el horario de los institutos (porque si no, no hay horas materiales para tenernos ocupados)
  2. Si este año los últimos de la fila de funcionarios de carrera estamos haciendo sustituciones, vete a saber qué nos harán hacer el año que viene.

Ustedes piensen: si las tristemente famosas 20 horas han supuesto bibliotecas cerradas, patios sin vigilancia, etc., ¿qué pueden suponer las 25 ó 27?

b) Los profesores de Secundaria han perdido un 50% de poder adquisitivo desde 1986 (noticia de El Norte de Castilla). Creo que voy a mandar este enlace a muuucha gente.

Privilegiados que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Sin duda.

P.D.- El título de esta entrada es el número que hace en el blog. Porque si pongo lo que me salía poner a lo peor me cerraban el chiringuito.

 

 

Pantera

La conocí un año antes de morir. Ella era todo lo que un hombre podía desear: alta, hermosa como una mañana soleada, con el pelo castaño y los ojos brillantes como un diamante que reflejaba la luz del sol. Sus brazos eran largos y airosos, como toda ella, y sus piernas le permitían moverse como una pantera, lenta y elegante. Pero todo lo que tenía de hermosa lo tenía de peligrosa.

Pero un hombre no es un hombre si no afronta lo que el destino le pone delante. No me quedó otro remedio que enfrentarme a la pantera. Cuando me devoró, supe que la amaba.

Españistán

España, ese país donde organizar una trama organizada para colarte en el metro te supone una carga de antidisturbios y organizar tramas corruptas te da mayorías absolutas.

Publicidad intolerable

Vamos a partir de una idea básica: hay que distinguir entre publicidad tolerable y publicidad intolerable.

La publicidad tolerable es aquella que no molesta Y que aporta información nueva, verdadera y relevante sobre un producto.

Y la publicidad intolerable es la que molesta (esos banners con sonido, esos periódicos sin portada) O que no aporta información nueva, verdadera o relevante etc. O que promueve el miedo.

Así que vamos a poner algunos ejemplos de publicidad tolerable: Coca-Cola saca una nueva versión llamada Coca-Cola Zero y necesita informar al público de ello, mediante anuncios con famosos en la tele; o una marca desconocida en España como Adidas llega a este país y necesita darse a conocer; o Citroën cambia su programa de descuentos… En estos casos la publicidad es útil (al menos potencialmente) para el receptor de esta publicidad.

Sin embargo, cada vez más predomina la publicidad intolerable. Y pongamos algunos ejemplos de publicidad intolerable: aquel banner del test de la muerte, que pegaba unos berridos terribles. O los anuncios de Danacol: «los excesos de estas fiestas pueden ponernos en riesgo por colesterol». O no, pero eso no lo dicen, claro… O todos los anuncios de cremas de belleza. TODOS. O los anuncios que dicen que un detergente lava 7 veces más blanco. ¿Cómo se mide eso? ¿En kilojulios por página?

Pero el problema no es la publicidad intolerable. El problema es que la gente no tiene el sentido crítico necesario para distinguir un tipo de publicidad de otra. Es curioso cómo el argumento de autoridad «Lo he visto en Internet/la tele» gane al argumento «Alguien con criterio me ha dicho que no me fíe». Lo veo en mis alumnos los (poco) momentos que puedo dedicar en clase a analizar los mensajes publicitarios. Y los alumnos de hoy son los ciudadanos de mañana. Y ese mañana lo veo tirando a chunguillo.

Lectura recomendada: Mercaderes del espacio, de Frederick Pohl y Cyril M. Kornbluth (reseña en ciencia-ficcion.com).

Pizca

Lo hablamos el otro día en una comida familiar: ¿con cuántos dedos se coge una pizca de sal?

Y no nos pusimos de acuerdo.

Interinos

Según Esperanza Aguirre, los profesores interinos son personas escogidas a dedo que jamás han aprobado una oposición. Esto se une al hecho de que todos los profesores son unos vagos que trabajamos 18 horas, que adoctrinamos a nuestros alumnos, que hacemos negocio vendiendo camisetas, que atacamos el derecho a a educación con nuestras huelgas… Quizás no esté de más recordar que Esperanza Aguirre, como presidenta de la Comunidad de Madrid, es la máxima responsable de estos delincuentes, desde hace varias elecciones. Aguirre está admitiendo su fracaso como administradora. ¿No debería dimitir?

Ah, que es que todo esto es mentira. Vale. Mucho mejor. Que siga, que siga.

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