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Trump

He visto ya bastantes chistes sobre la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses. Me preocupa.

Supongo que al final no pasará nada, a las elites no les interesa ahora mismo una guerra porque para EE UU el enemigo real no es Rusia, que no tiene un duro, sino China y no se ve que vayan por ahí los tiros, pero Trump es quien es y representa lo que representa. Es un peligro real, y veo mucha gente pensando que ahora se va a tranquilizar y no va a ser para tanto. Pero lo que ha prometido es racista, xenófobo, machista y violento, en orden aleatorio.

Y me da miedo que dentro de unos años los historiadores se fije en que, durante estos años, la gente hacía chistes en lugar de, primero, tomárselo en serio y, segundo, hacer algo por cambiarlo.

Viaje al Hexágono (3). Rouen y Le Havre

La siguiente fase de nuestro apasionante (para nosotros, no para ti, desocupado lector, me temo) nos llevó a Rouen. A Ruán, en cristiano.

El viaje hasta Ruán aparentaba ser más corto pero, quizás por el cansancio de la migración por España y Francia, fue bastante cansado. Una cosa que me gustó mucho ver es la cantidad de gente que conduce en Francia con bicicletas en el coche. Una cosa que hemos descubierto es que nos encanta la idea de turismo con bicicletas. Evidentemente, para grandes distancias no nos puede servir, pero para movernos en ciudades y quizás para ir a sitios cercanos es una idea buenísima. Además de barato, te sientes bien por las endorfinas. Y las ciudades europeas, en general, carecen de las cuestas que caracterizan a Madrid.

Pero volviendo a lo que decía… Muchos coches en carreteras y autopistas con portabicis. Nos llamó la atención. Y sobre todo, nos llamó la atención la, digamos, originalidad de algunos con las matrículas

No se acaba de apreciar bien porque tenía la cámara del móvil mal configurada y está pixelado, pero la matrícula está escrita a mano. Y no fue el único caso que vimos, pero este nos pilló en una retención y pude inmortalizarlo.

Llegamos a Ruán muy cansados y no hicimos gran cosa, solo dar un paseo por el centro, afortunadamente el hotel, un Ibis, no quedaba lejos de la zona peatonal. Eso sí, estaba en el límite de civilización: a la manzana en la que estaba no se le podía dar vuelta andando porque un lado era una autovía que marcaba el fin del mundo. Sin embargo, al otro lado estaba el Champ de Mars, una explanada chula con césped y una fuente. Sin embargo, la única foto que le saqué fue de de madrugón (estábamos en el filo de los parquímetros y según la manzana donde dejáramos el coche había que pagar o no y la mañana que saqué dicha foto fue porque había que moverlo) y con el madrugón la foto se convirtió en un un primerísimo plano de un dedo mío. Pero a lo que iba: dimos un paseo por el centro y descubrimos que en la catedral se proyectaba un espectáculo audiovisual y, después de cenar en un Quick (cadena de hamburgueserías que, como su nombre no indica, es francesa y, por lo tanto, me apetecía probar), nos fuimos a verlo. Y era precioso.

 

De hecho, había dos espectáculos. El primero, el mejor en nuestra opinión, tenía como tema los vikingos (véanse el barco de la primera foto y la proa de drakkar que aparece en la segunda). El segundo era menos espectacular, solo la última foto pertenece a él.

El siguiente día fue una paliza. Se me fue la mano y quise llegar a visitar demasiadas cosas. Lo hicimos, pero con mucha prisa y sin llegar a disfrutarlo como podríamos. El primer lugar al que fuimos es la ciudad portuaria de Le Havre. Fea. Lo más bonito que vimos entra en la categoría de satánico, sin duda: la iglesia de Saint Joseph. Aunque reconozco que a mí el ambiente del interior sí me gustó, y el hecho de que, como en casi todas las iglesias que visitamos, hubiera carteles informando sobre la historia del edificio.

La torre de la iglesia de Saint Joseph

Sí, se parece a eso que estás pensando: es un gran faro. No, no he confundido la R con la L. Bueno, un poco sí.

Interior de Saint Joseph

El baldaquino de Saint Joseph. ¿Cómo? No, no he puesto la palabra para alardear de cultura

Ah, bueno, tampoco era fea la plaza del ayuntamiento. Bueno, no es que fuera bonita, pero comparada con el resto, sobresalía. Unas esculturas de aves acuáticas muy… originales, se puede decir.

El ayuntamiento también es satánico, qué duda cabe

El ayuntamiento también es satánico, qué duda cabe

Quizás no se aprecia bien en el segundo plano de la última foto, pero esos edificios son, se supone un atractivo turístico, muestra de cierta arquitectura racionalista. Me reservo mi opinión. Bueno, no, que son gabachos: manda bemoles la orquesta que la oficina de turismo tenga que recurrir a este tipo de cosas para sacar «atractivos». Pero ejque si la ciudad es fea, pues es fea.

Y esto es solo un parte de un día. Otro ídem seguimos.

La gracia que no quiso darme el cielo

Releyendo mi entrada sobre nuestra visita relámpago Hendaya, San Juan de Luz y Bayona, me doy cuenta de que no he sabido transmitir lo que pretendía, la sensación que tuvimos en aquellas hermosas localidades.

Esa es la diferencia entre un escritor y alguien como yo. Juntar palabras es fácil, todos podemos hacerlo aunque muchos —como la mayoría de mis alumnos— crean que no son capaces. Pero lo difícil es que las palabras digan e incluso hagan ver. En fin, seguiremos intentándolo con proximas entregas.

Viaje al Hexágono (2). Iparralde

El País Vasco francés ha sido para nosotros una sorpresa, quizá mayor no solo por lo inesperado sino por el contraste con otras partes de Francia. La conciencia de ser algo diferente al resto del departamento de Pirineos Atlánticos saltaba a la vista y la profusión de ikurriñas (banderas vascas) y de lauburus (cruces vascas, con cierto parecido con el triskel pero de cuatro brazos) era casi abrumadora. A pesar de que en Francia no hay más lengua oficial que el francés, en todo el País Vasco la señalización es bilingüe y en algún lugar incluso trilingüe: francés, euskera y gascón. Para dos personas a las que les encantan los idiomas, aquello era para disfrutarlo.

La primera noche del viaje la pasamos en Ciboure. Ambiente de pueblo, tranquilo y agradable. Mucho menos calor que el que dejamos en Madrid, así que la tarde invitaba a dar un paseo antes de cenar. Paseamos por el centro del pueblo  y llegamos hasta el puerto, donde descubrimos lo cerca que está San Juan de Luz —por cierto, como puede verse, utilizo en cada caso el topónimo que me suene mejor por costumbre, sin otro tipo de consideraciones—, tanto como cruzando un puente de 20 metros.

El puerto de Ciboure es un puerto pequeño, coqueto y tranquilo, anima a pasear por él y en cuanto te quieres dar cuenta ya has salido del puerto, hasta un monumento erigido a la virgen patrona de los pescadores.

Monumento a la Virgen en CiboureVolvimos hacia el pueblo y buscamos un lugar donde cenar. Acabamos en la plaza del pueblo, tomando una cena ligera atendidos por un camarero vascoespañol un poco peculiar, mientras veíamos un partido de pelota vasca en el frontón, que estaba justo enfrente. A diferencia de los frontones que yo conozco de pueblos castellanos, este solo tenía la pared del fondo, no una lateral. A mí me pareció una experiencia muy chula, de inmersión en el lugar, porque no éramos los únicos; parecía que medio pueblo estaba de tapeo.

El frontón de CilboureAl día siguiente desayunamos en el puerto y antes de seguir viaje fuimos a comprar algo al Casino, que —como su nombre no indica— es un supermercado, donde vimos algunas de las Hoegaarden más raras que he visto nunca. Ojo, que no era un hipermercado inmenso con dos lineales llenos de cervezas; era una tiende pequeña, de proximidad, y aun así tenía cosas como estas:

HoegaardenMe quedé con las ganas de llevarme alguna. De hecho, más adelante, casi al final del viaje, me desquité llevándome una caja de Hoegaarden Rosée, después de haberla probado en las playas del desembarco de Normandía.

San Juan de Luz, que vimos por la mañana, es un pueblo muy bonito. Dimos una vuelta por el centro del pueblo. Muy turístico, con muchas tiendas de ropa. También nos acercamos a la playa.

Mucho calor allí, estuvimos buscando sombras todo el rato; hasta llegamos a atravesar una iglesia solo para cruzar al otro lado por sombra. Allí vimos, como nota curiosa, unas lápidas funerarias puestas en pie, no sé si para que se las pise o para verlas mejor:

LápidasPor la tarde nos acercamos a Bayona. Tenía catedral aunque yo no lo sabía, como varias de las ciudades en que hemos estado. Bonita, pequeña, claro. Como en todas las iglesias con planta de cruz latina que vimos, el altar se había adelantado hasta el crucero, no solo hasta el centro de la girola. Tenía unas vidrieras bastante curiosas, aunque menos que otras que hemos visto después (casi todas modernas, debido a la destrucción de la II Guerra Mundial).

Catedral de BayonaDimos una vuelta hasta la sinagoga, que estaba cerrada. Decidimos irnos para el coche con una cocacola para retirarnos al hotel, en Mont de Marsans, donde solo vimos el hotel. Y así salimos del País Vasco francés.

Lo que más nos sorprendió fue el fortísimo sentimiento vasco. No sé si independentista o regionalista, pero la presencia de banderas, lauburus, especialidades vascas, bares vascos, gastronomía vasca, tiendas vascas… era constante. Aparte de esto, lo bonito que es. En la costa, nos gustó más Hendaya que San Juan de Luz; Hendaya ha conservado mejor el aspecto de la primera línea de playa mientras que en San Juan había cosas más feas. Y nos quedó pendiente Biarritz, pero todo no pudo ser. Para la próxima.

Viaje al Hexágono (1)

Nuestro viaje a Normandía y Bretaña ha sido una experiencia larga (4 850 km) y muy exhaustiva: cerca de 20 lugares visitados, 8 hoteles diferentes en otras tantas localidades, visitas a lugares bélicos, religiosos, civiles, prehistóricos… Largo y divertido,a pesar del cansancio con que hemos venido.

Nuestra intención es realizar un diario de viaje, para no olvidar todos los sitios en que hemos estado, compartir algunas de las miles de fotos que hemos hecho y —para qué negarlo— dar un poco de envidia.

El primer día fue la primera mitad del gran desplazamiento. Puesto que de Madrid a Ruan hay más de 12 horas en coche, decidimos hacer el viaje fraccionado. De esta manera, yo aprovechaba para visitar a mis tíos de Hendaya y podíamos ver el País Vasco francés, que ninguno de los dos conocía.

El road trip hasta Hendaya fue tranquilo. Paramos cerca de Lerma para echar gasolina y compramos dos paquetes de galletas (unas Oreo y otras de Cuétara sabor limón) que nos iban a acompañar para el resto del viaje en un hueco del coche. Lerma es un pueblo que, las pocas veces que he pasado por allí, me he quedado con las ganas de conocerlo, el duque debió de hacer cosas bonitas allí pero no era nuestro objetivo. Lo mismo me pasa con Atapuerca: pasar tan cerca del yacimiento y museo y no parar me dio penilla, pero decidimos dejarlo para el viaje a Éibar para la boda de Óscar e Idurre.

Llegamos a Hendaya después de pasarnos la salida en el peaje francés en lo que, según nos dijo mi tío Paco, se ha convertido en una tradición familiar. Vi a los tíos mejor de lo que esperaba, teniendo en cuenta que tienen más de 80 tacos y mi tía Vitoria está con Alzheimer. Incluso se animaron a dar un paseo por la playa con nosotros, aunque Vitoria se cansó rápido, la pobre. Tonto de mí que no me hice fotos con ellos, solo una metafoto a una que tenían de mi familia paterna, esta:

la familia de papá

Mi padre es la cabeza que asoma sobre mi abuela y a la derecha de mi abuelo.

Después de despedirnos de los tíos, nos fuimos al hotel a Ciboure, pueblo que desconocíamos ambos y que resulta que es ya un barrio de San Juan de Luz, situado al otro lado del puerto.

Pero el País Vasco francés es un mundo aparte y se merece una entrada aparte.

Cierre de la línea 1

Pues parece que la gente de Nación Rotonda, quienesquiera que sean (escribo esto solo para escribir la palabra «quienesquiera»), piden que se enlace su última obra, sobre el cierre de la línea 1 de Metro de Madrid. Así que lo hago. Ya sabéis, para enteraros de lo que pasa con el cierre de la línea 1 en 2016, seguid los enlaces.

Error de clamav en Raspberry

Si al intentar instalar el antivirus clamav en tu Raspberry con Raspbian aparece el siguiente error o similar:

dpkg: error al procesar el paquete clamav (--configure):
 problemas de dependencias - se deja sin configurar
Configurando pulseaudio (5.0-13) ...
/usr/sbin/useradd: error while loading shared libraries: libsemanage.so.1: wrong ELF class: ELFCLASS64
adduser: `/usr/sbin/useradd -d /var/run/pulse -g pulse -s /bin/false -u 111 pulse' devolvió el código de error 127. Saliendo.

La solución está en bajarse los paquetes libsemanage1 y libsemanage-common del archivo de Debian Jessie armhf, que están en estos enlaces:

Mis apps de F-Droid

F-Droid es una tienda de aplicaciones para Android. Lo cual dudo que se entienda muy bien pero es fácil entender de qué va la cosa si decimos que es una app similar a la Play Store, pero con ciertas peculiaridades. Una es negativa: es más coñazo actualizar las apps que instalas con ella porque carece de un botón de «Actualizar todas». Y la otra es muy positiva: solo admite aplicaciones de software libre, es decir, cuyo código se puede inspeccionar (si sabes programación, claro) y se pueden redistribuir de forma legal. No existe el mal llamado «pirateo» en estas aplicaciones.

Y en esta tienda he encontrado algunas apps muy interesantes. Por desgracia, muy pocos desarrolladores de apps usan software libre porque no han encontrado la forma de ganarse la vida con ella (aunque hay empresas tan grandes como Canonical o Red Hat que lo hacen), así que hay menos variedad y, sobre todo, menos juegos. Pero estas son mis apps de F-Droid, en riguroso orden alfabético:

  • 2048. Un juego muy apropiado para cuando tienes un minutillo perdido. Hay miles de versiones, todas basadas en el original de Gabrielle Cirulli (que sacó app propia, pero yo ya tenía esta instalada).
  • AdAway [root]. Es un bloqueador de publicidad. Requiere tener el móvil rooteado, pero es de uso muy sencillo.
  • Andor’s Trail. Un juego de rol sencillito. Lo instalé por probarlo.
  • Authenticator. Versión libre de la app de Google que sirve para usar la verificación en dos pasos, para registrarse en sitios con más seguridad.
  • Barcode Scanner. El clásico de clásicos, al que le sigue faltando una opción para compartir directamente los resultados.
  • Bubble. Nivel de burbuja. Lo instalé en mi primer móvil porque no me acaba de creer que algo así pudiera funcionar de verdad.
  • Calendar Import/Export.  Lo uso para exportar los calendarios y tener una copia de seguridad, por si acaso. Se crea un archivo .ics que se puede importar en Nextcloud o en Google.
  • Calendula. Para manejar prescripciones de medicamentos. Tiene un buscador de medicinas y puedes crear recordatorios unidos a rutinas (desayuno, comida, etc.) o a horas. Me ha parecido muy interesante.
  • Catan Dice Game. Versión de móvil del famoso juego de mesa.
  • ConnectBot. Cliente SSH para cuando quiero jugar con la Raspberry.
  • DAVdroid. Para mí, imprescindible. Tanto, que estoy planteándome comprar la versión de Google Play para hacer una donación. Sirve para conectar el móvil a un montón de servidores, y yo lo uso con mi nube de Nextcloud ownCloud, un sofware que me he instalado y sirve como reemplazo de Dropbox, de los contactos de Google, de las tareas, de Google Calendar… Si quieres que Alphabet/Google no sepa tanto de ti, no puede faltar.
  • DroidLIfe. Una versión del Juego de la Vida.
  • DroidZebra. El reversi.
  • Easy xkcd. Lector de este webcomic. Muy cómodo.
  • Etar. Aplicación de calendario muy sencilla, con Material Design. Aunque suelo usar aCalendar+, ya que la compré, esta no está nada mal.
  • F-Droid. La propia «tienda» de aplicaciones.
  • FBReader. Lector de ebooks. Sencillo y cumple perfectamente.
  • Firefox. Últimamente leo cosas de Chrome que no me gustan demasiado, y parece que Firefox funciona mejor. Además, es el navegador que uso también en mis ordenadores. Me gusta.
  • Impress Remote. Para manejar presentaciones con LibreOffice Impress. Funciona vía Bluetooth o WiFi.
  • K-9 Mail. Cliente de correo. Funciona a la perfección tanto con cuentas de Google como con otras, como las mías privadas de polkillas.net.
  • Mandelbrot. Sirve para ver este famoso fractal y disfrutar de su rara belleza.
  • Muzei. En ruso significa «Museo». Es un cambiador del fondo de pantalla que toma imágenes de cuadros famosos.
  • NASA APOD for Muzei. Complemento de la anterior que sustituye los cuadros por la Imagen AStronómica del Día de la NASA.
  • KeePassDroid. Gestor de contraseñas que todavía no me he lanzado a usar.
  • Nextcloud. Cliente móvil para mi nube privada.
  • Notes. Para sincronizar las notas con Nextcloud. Antes usaba MyOwnNotes.
  • Numix Circle. Pack de iconos redondos. Le faltan bastantes de las apps que uso, pero está muy bien.
  • OCReader. Lector de noticias (RSS) de ownCloud y Nextcloud.
  • OpenDocument Reader. App para leer, e incluso editar de forma rápida, archivos OpenDocument. Funciona bastante mejor que las apps oficiales, al menos hasta ahora.
  • OpenTasks. Gestor de tareas. Con DAVdroid, puedes usar ownCloud como servidor.
  • Osmand (+Parking+Contour Lines). Navegador GPS con mapas de Openstreetmap. Funciona muy bien, y tiene una opción que me salvó la vida en EE UU: mapas offline, es decir, que te los bajas con wifi y no necesitas conexión.
  • ownCloud News. Lector de noticias que funciona como una app dentro de ownCloud/Nextcloud.
  • ownCloud-SMS. Para hacer copia de seguridad de estos mensajes. Aunque ahora ya no se usen, qué no habría dado yo por algo así hace unos años.
  • Puzzles. Un conjunto de juegos básicos pero muy entretenidos, me gusta mucho Net.
  • Remote for VLC. Mando para este reproductor.
  • Simple Dilbert. Lector de este cómic. Mucho más rápido que la web.
  • Sky Map. Versión a medio quitar la marca de Google de este programa que sirve para localizar planetas, constelaciones… en el cielo. Para una noche romántica.
  • Telegram. Como WhatsApp, pero mejor en casi todo, excepto en que nadie lo usa.
  • Twidere.Cliente para Twitter. Le falta, como a todos (que yo sepa) soporte para encuestas, pero tiene lo que yo busco.
  • Vespucci. Editor de Openstreetmap, para corregir o añadir datos en este mapa y base de datos libre.
  • WordPress. Para gestionar blogs creados con esta plataforma.
  • µg UnifiedNIp (no GAPPS). NPI. No sé por qué está, supongo que era dependencia de alguna otra app que pidió que se instalara.

Y estas son. Esta es una de esas entradas que me sirven sobre todo a mí, pero que espero que a alguien le pique la curiosidad, por lo menos.

Para mí que era Sarria

No me dieron la respuesta que esperaba, la verdad. Sin embargo, si todas las calles del barrio del Pilar son localidades gallegas, ¿a qué se debe esta anomalía de origen catalán? Chi lo sa.

La autoridad de los directores

¿Cómo va a ejercer el poder ejecutivo su autoridad o imponer una sanción sobre un pueblo que lo elige y con el que además tendrá que trabajar?

Suena raro, ¿verdad? Casi… Casi antidemocrático. Pues tengan, un extracto del programa de Ciudadanos sobre educación:

¿Cómo van a ejercer [los directores] su autoridad o imponer una amonestación sobre un profesorado que los elige y con el que además tendrán que trabajar? (negritas mías)

¿Qué es eso de mezclar con el populacho, con la plebe, con los que trabajan en las trincheras. No, señor. Los equipos directivos deben estar por encima para imponer su autoridad. Porque sancionando profesores es como se acabará con el fracaso escolar. La ausencia de incentivos al estudio, la constatación de que en España muchísima gente cree que hay jóvenes demasiado preparados (como si eso fuera posible), que sobran universitarios, etc., tuviera algo que ver.

Si creemos que el sistema educativo es donde se aprende a vivir en sociedad y creemos que no debe ser democrático, ¿en qué clase de sociedad queremos introducir a nuestros jóvenes? ¿En qué clase de sociedad cree Ciudadanos?

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