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«Política». Adanismo en El País

Acaba de inaugurar una nueva sección El País. Se llama Política, está pintada de naranja y pretende ser una nueva forma de presentar ciertas informaciones. Por lo que he leído, uno de sus creadores es Gumersindo Lafuente, uno de los periodistas españoles que más ha trabajado en la relación entre periodismo y nuevas tecnologías (y por nuevas tecnologías hay que entender «internet»).

Pero leo en politica.elpais.com una crónica de la manifestación del 15, la madre de todas las manifestaciones (y eso que solo fuimos 15 000). Y me sorprende el primer párrafo:

Por primera vez la sociedad civil española se ha organizado al margen de los cauces establecidos para protestar contra los políticos. Ocurrió ayer, domingo 15 de mayo, en más de 50 ciudades de toda España. Miles de personas convocadas por una organización de apenas unos meses de vida, Democracia Real Ya, a la que se sumaron unas 200 microasociaciones de todo tipo, se echaron a las calles para gritarles a los políticos que están hartos de ellos, que no sienten que les representen y que se han cansado de que a quienes eligen para protegerles, ni siquiera se molesten en escucharles.

Y me llama la atención ese «Por primera vez» y ese «los cauces establecidos». Parece que en España de toda la vida de Dios los partidos han manipulado los cauces establecidos a su antojo, y parece que nadie recuerda que hace 35 años el PSOE era un partido más de la oposición y el PP directamente ni existía. Y es que El País sufre el mismo mal que los partidos: pensar que no hay otra posibilidad, que lo que tenemos es la única opción. Que antes de nosotros no había nada. Adanismo, eso de lo que estuvo de moda acusa a ZP.

El pensamiento único no está solo en la economía. Eso que piensa Zapatero de que no hay más remedio que aplicar políticas neoliberales es mentira, pero es lo que han conseguido que muchos crean. Pero el pensamiento único está también en la sociedad, y es contra lo que se rebela DRY. He leído en blogs de Público sesudos artículos diferenciando entre «democracia real» y «democracia formal». Parece que no se han enterado de que lo único que se pide en Sol y cada vez más en toda España es una democracia social y de calidad. Solo eso.

«Solo» entre comillas, ya lo sé. Pero llegará.

Lighthouse Family – High

Una de esas canciones que no es que sean maravillosas, pero se alojan en el cerebelo y de repente un día te encuentras a ti mismo tarareándola. Y hoy me he descubierto tarareándola. «¿No crees que es hora de empezar/a hacer lo que siempre hemos querido?» 15-M, 29-A, cuando hay que hacerlo.

Cuando estás a punto de llorar, recuerda:
algún día todo acabará,
un día vamos a llegar tan alto,
aunque esté más oscuro que en diciembre,
lo que queda delante tiene un color diferente.
Un día vamos a llegar tan alto:
Y al final del día recuerda los días
cuando estábamos cerca del final
y pregúntate cómo logramos atravesar la noche;
al final del día
recuerda la forma
en que permanecimos
tan cerca del final.
Recordaremos que éramos yo y tú
porque vamos a ser
siempre, tú y yo.
Siempre
seguirás volando alto en el cielo
del amor.
¿No crees que es hora de empezar
a hacer lo que siempre hemos querido?
Un día vamos a llegar tan alto
porque hasta lo imposible
es fácil cuando nos tenemos el uno al otro.
Un día vamos a llegar tan alto…
Y al final del día recuerda los días
en que estábamos cerca del fin
y pregúntate cómo logramos atravesar la noche.
Al final del día
recuerda la forma
en que permanecimos
tan cerca del final.
Recordaremos que fuimos yo y tú
porque vamos a ser
para siempre tú y yo.
Siempre
seguirás volando alto en el cielo
del amor.
Porque vamos a ser
para siempre tú y yo.
Siempre
seguirás volando en el cielo
del amor.
Y al final del día recuerda los días
en que estábamos cerca del fin
y pregúntate cómo logramos atravesar la noche.
Al final del día
recuerda la forma
en que permanecimos
tan cerca del final.
Recordaremos que fuimos yo y tú
porque vamos a ser
para siempre tú y yo.
Siempre
seguirás volando alto en el cielo
del amor.
Porque vamos a ser
para siempre tú y yo.
Siempre
seguirás volando en el cielo
del amor.
Y al final del día recuerda los días
en que estábamos cerca del fin
y pregúntate cómo logramos atravesar la noche.
Al final del día
recuerda la forma
en que permanecimos
tan cerca del final.
Recordaremos que fuimos yo y tú
porque vamos a ser
para siempre tú y yo.
Siempre
seguirás volando alto en el cielo
del amor..

Banda sonora:

Madrileño medio

Un hombre se va de vacaciones a Benalmádena y le deja las llaves de casa al portero para que le riegue los geranios y le recoja la correspondencia. Cuando regresa del veraneo, se encuentra con que el portero ha vendido su casa a otro señor que a partir de ahora se la va a alquilar. Todo son ventajas. Si se rompe el picaporte de una puerta, te la arregla tu casero, tú sólo pagas el alquiler y te desentiendes. A vivir más libre. El hombre coge entonces y llama a la administradora de la comunidad de vecinos y le pide que por favor renueve el contrato del portero por otros cuatro años más. ¿Y quién es este hombre se preguntarán? Este hombre es un madrileño medio.

Gustirrinín internético-costumbrista

Reconozco que el sábado, tras la manifestación de Democracia Real Ya, sentí un extraño gustirrinín al llegar al Tavern Tran (en Facebook) y ver en la puerta esto:

Una sensación rara: ver el cartel de «Prohibido fumar», reconocer al autor (JRMora) y sentirme un poco friki y, a la vez, muy contento.Curiosa sensación, y los batidos supieron aún mejor que de costumbre

Un pequeño homenaje a un gran poeta

Suelo decir, por ejemplo en la introducción a Poesía primera, que la inspiración me suele venir en los malos momentos. A veces me da la sensación de que cuando estás de bajón tienes que exorcizar la pena escribiendo, mientras que los buenos momentos la opción sensata es vivirlos, sin más.

Pero tenía un verso dándome vueltas por la cabeza y en uno de los blogs de El País que leo alguna vez he visto esta viñeta:

Me ha gustado el verso pero no sabía de dónde podía ser. Una rápida búsqueda y he dado con «Inventario de lugares propicios al amor». Y la inspiración ha llegado. Al final, mi verso no ha sido el primer verso, he dejado el dudoso honor a una frase de Celtas Cortos para que el homenaje no sea tan plagiario. Pero no está mal, creo.

Estaba escribiendo el poema en el portátil de mi hermana… Sí, lo sé, un poeta no debería decir que escribe a ordenador, queda poco romántico, mucho menos que usar una pluma rellena de tinta china auténtica, pero es que soy zurdo y cuando escribo con pluma se corre la tinta, así que seguiré con el ordenata… y el portátil se ha apagado sin avisar, así que lo he tenido que reconstruir. No es igual, pero sí parecido.

En estos días inciertos, proclives al odio,
en los que las ordenanzas prohíben las caricias
y el nihilismo es lo unico que resta a los jóvenes,
en que decir «te quiero» es un riesgo
inaceptable y por eso inaceptado,
he encontrado un motivo para buscar
lugares propicios para el amor.

Te he encontrado entre los árboles frutales,
en las ramas de un álamo al que quise trepar
y me perdido en las galerías que hemos visitado,
las que no vi ni en mis mejores sueños.
Mi camino subterráneo me ha llevado a tu figura
medio rubia, alta, espigada, hermosa cuando te miro
y más cuando esquivas mis ojos.

He mirado contrafuertes de viejas ermitas derruidas
parques públicos y el quicio de tu casa,
lugares convertidos en acogedores
por el calor de tu presencia exponencial.
Y aquí donde estoy las piedras de siete
o quizás solo de seis colores ya no son
tropiezos en mi memoria y mis espinillas;
se hace bueno lo malo vivido cuando veo que no son
sino baldosas del camino que lleva a ti.

Lamento que el poeta desfallezca en la esperanza
y se proponga quizás vivir vaciando su alma
al llenarla de hastío e indiferencia,
me he visto reflejado en sus versos tristes.
Alguna vez —no lo negaré— he estado tentado
de vivir olvidando la esperanza
pero siempre he sentido, y he comprobado,
que la esperanza es la ruta que me lleva a ti.

Copying is not stealing (en inglés te lo digo para que no me entiendas)

Booth y Brennan

Brennan: Quiero creer que el amor es trascendente y eterno.
Booth: Llegarás a creerlo.

En el capítulo de ayer de Bones

Ernesto Sábato a los jóvenes

Te hablo a ti, y a través de ti a los chicos que me escriben o me paran por la calle, también a los que me miran desde otras mesas en algún café, que intentan acercarse a mí y no se atreven. No quiero morirme sin deciros estas palabras.

Tengo fe en vosotros. Os he escrito hechos muy duros, durante largo tiempo no sabía si volver a hablar de lo está pasando en el mundo. El peligro en que nos encontramos todos los hombres, ricos y pobres.

No podemos hundirnos en la depresión, porque es de alguna manera, un lujo que no pueden darse los padres de los chiquitos que se mueren de hambre. Y no es posible que nos encerremos cada vez con más seguridades en nuestros hogares. Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro.

Sí, muchachos, la vida del mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra misión. No cabe pensar que los gobiernos se van a ocupar. Los gobiernos han olvidado que su fin es promover el bien común. La solidaridad adquiere entonces un lugar decisivo en este mundo acéfalo que excluye a los diferentes. Cuando nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso nos dará un sentido que nos colocará por encima de la fatalidad de la historia.

Son muchos los motivos, me dirás, podrías decirme, para descreer de todo. Los jóvenes como tú, herederos de un abismo, deambulan exiliados en una tierra que no os otorga cobijo. En este desguarnecimiento existencial y metafísico, sufren huérfanos de cielo y de techo. Comprendo tu congoja, el desconcierto de pertenecer a un tiempo en que se han derrumbado los muros, pero donde aún no se vislumbran nuevos horizontes. Falsas luminarias pretenden cautivar tu voluntad desde las pantallas. Debes de pensar que no hay un cambio posible cuando el valor de la existencia es menor que el precio de un aviso publicitario. El escepticismo se ha agravado por la creciente resignación con que asumimos la magnitud del desastre. La banalidad con que se degradan los sentimientos más nobles, degenerando al hombre en una patética caricatura, en un ser irreconocible en su humanidad.

Por eso te hablo, con el deseo de generar en ti no sólo la provocación sino también el convencimiento. Muchos cuestionan mi fe en los jóvenes, porque los consideran destructivos o apáticos. Es natural que en medio de la catástrofe haya quienes intenten evadirse entregándose vertiginosamente al consumo de drogas. Un problema que los imbéciles pretenden que sea una cuestión policial, cuando es el resultado de la profunda crisis espiritual de nuestro tiempo.
Yo reafirmo a diario mi confianza en los jóvenes. Son muchos los que en medio de la tempestad continúan luchando, ofreciendo su tiempo y hasta su propia vida por el otro. En las calles, en las cárceles, en los poblados chabolistas, en los hospitales. Mostrándonos que, en estos tiempos de triunfalismos falsos, la verdadera resistencia es la que combate por valores que se consideran perdidos.

Durante mi viaje a Albania, conocí a un muchacho llamado Walter, que había dejado su casa en la provincia de Tucumán, para ir a cuidar enfermos junto a la congregación de Teresa de Calcuta. Con cuánta emoción lo recuerdo. Siempre que veo las terribles noticias que nos llegan desde aquel entrañable país, me pregunto dónde estará, si acaso leerá estas palabras de reconocimiento a su noble heroísmo.

Os propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante.

Pensad siempre en la nobleza de estos hombres que redimen a la humanidad. A través de su muerte nos entregan el valor supremo de la vida, mostrándonos que el obstáculo no impide la historia, nos recuerdan que el hombre sólo cabe en la utopía. Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido.

Visto en Patio Salesiano

Los jóvenes como tú, herederos de un abismo, deambulan exiliados en una tierra que no os otorga cobijo. Aunque algunos lo seguimos intentando. A contracorriente, porque solo las cosas difíciles merecen la pena.

Modas en la universidad

Me ha llegado a través de Facebook la oferta de cursos de verano de la Universidad Complutense. No están mal y, por lo que he oído, además de ser interesantes permiten una agitada vida social.

Pero he leído el nombre de uno de los cursos y me he cabreado: Escrito en el tablet: literaturas en la frontera. Porque me da que la gente que organiza estas cosas no tiene mucha idea de qué es una tableta. Primero, porque una vez que ha pasado la fiebre del iPad, nadie habla de tabletas, tablets o similares. Así que seguramente el nombre del curso se deba a una moda, algo que no debería tener cabida en una universidad.

Y segundo, porque un tablet no es para escribir. Un tablet es para ver, quizás para leer. Es decir, para consumir contenidos. No para crearlos. Nadie que tenga dos dedos de frente pretendería escribir nada serio en un tablet. Porque no se puede, es un coñazo. Por lo menos, mientras el reconocimiento de voz siga siendo una mierd[censurado] tan grande. ¿Alguien ha leído alguna vez algo más largo que una entrada de blog «escrito en un tablet»? Yo no.

El título original de esta entrada era «Universidad, cultura, conocimiento», porque (aparte de que la web de los susodichos cursos sea tirando a muy cutre) la sensación que me ha dado es de que hasta en la universidad se está rebajando el nivel. Y no me gusta, no me gusta nada.

(claro, al final la culpa siempre es de los profesores…)

Prueba de concepto

Esta es una prueba para ver cómo se insertan documentos de Issuu.

El relato de Ximena:

Y en Scribd, para descargar:

Andén del tren

Y la presentación de Junior Achievement:

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