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Porque le veían desnudo y, amablemente se ofrecían a taparle

No tengo ni la menor idea de por qué, pero a una de mis cuentas de correo me llegan diariamente correos de un talibán fundamentalista ultramontano español. Cree que el PP es el demonio con piel de oveja, para situarlo al hombre. Y hoy me ha llegado uno con una cita del ínclito Esparza de Intereconomía.

(…)Por ejemplo, en esta tierra nuestra hemos tenido que lidiar con papas abiertamente antiespañoles como Clemente VII o Pablo IV, el siniestro Gianpietro Carafa, y no por eso España dejó de ser martillo de herejes. De ahí viene aquello de “más papistas que el papa”. Carlos I y Felipe II debieron de tener siempre muy presente aquel pasaje de la Biblia en el que Noé se emborracha y queda en pelota picada, y sus hijos, afligidos, no regañan al anciano, sino que le tapan amorosamente con un manto.

A propósito de lo que decía en Twitter Jesús Rojano el otro día, este no ha enseñado la patita, sino que la ha metido hasta el fondo. Qué curioso estos talibanes que son más papistas que el Papa …cuando les conviene a su ideología. Aunque a veces pienso que eso también lo hacemos los de otras posiciones.

Pero comparar a un Papa que ha traído ilusión y que está acercando a mucha gente a la Iglesia con Noé borracho y desnudo pasa al terreno del insulto del que ve que se ha quedado atrás.

Lo llaman ser de izquierdas y no lo es

A ver, que no me entero. El SPD, el partido de Marx y Engels (como dijo Alberto Garzón), tiene a estas horas la posibilidad de entrar en el gobierno liderando una coalición con Die Linke y Die Grünen o ser el socio menor con la CDU/CSU. Traducido al español, el PSOE puede pactar con IU y Equo o con el PP.

¿Y su opción preferida es la derecha? ¿El SPD prefiere ser cola de león que cabeza de león (porque en ambos casos estaría en el gobierno? No lo entiendo.

O es que algunos partidos socialdemócratas ya no son socialdemócratas.

Mi netbook es sensible

Esta semana pasada, aprovechando la calma de antes de la tempestad del inicio de curso, he aprovechado para trastear un poco con el netbook. Como leí el otro día, acaba de salir la primera beta de Ubuntu 13.10, así que decidí intentar instalarla. Y no pude, al actualizar se fue al carajo el sistema.

Ya que estábamos, decidí probar con Lubuntu, la versión ligera, porque la verdad es que Unity va a a pedales en mi Dell. Pero tampoco. Esta vez llegaba a arrancar y se veía el cursor sobre el escritorio, pero no funcionaba nada. Ooootra vez a formatear.

A la tercera he probado con Lubuntu 13.04 y, la verdad, va muy pero que muy bien. Bastante más fluido que Ubuntu con Unity, aunque le he instalado mi fiel Firefox y LibreOffice para el curro, Abiword se me queda pequeño.

Cuando salga la versión definitiva, intentaré actualizarlo porque, la verdad, funciona muy bien. Eso sí, echo un poco de menos lanzar aplicaciones escribiendo el nombre, me suena que hay algo como Synapse pero no sé qué tal andará en LXDE. En el primer puente que tenga tiempo libre investigaré.

Spam, spam everywhere

La madre que me parió. Estos días, antes de que empiece con los chavales, estoy intentando afinar mis herramientas virtuales y vi ayer que en mi hosting había un problema: aunque solo tengo como 500 megas de archivos, el panel de control me decía que tenía ocupados cerca de 900.

Mirando mirando, se me ocurrió mirar las bases de datos y resultó que la de los blogs era un monstruo mostrenco de casi 200 megas, y eso no es normal. Ni medio normal. Así que después de googlear unos minutos, vi que el problema era un blog de aula viejo que, por lo que sea, tenía abiertos los comentarios y tenía cerca de 30 000 de ellos, de los cuales solo 2 eran legítimos. Otra búsqueda, un par de plugins bien aplicados y la cosa se ha reducido de 175 megas a 16, que es algo mucho más coherente. Pero me cago en los espameadores.

10 distopías que dan miedo

Toni Solano tuitea un artículo de Psicópatas Corp. con este título. Son las siguientes:

  1. Jack London en El talón de hierro (1908), describe una sociedad donde el capitalismo industrial-colonial norteamericano consigue perpetuarse mucho más allá del siglo veinte. No la conocía.
  2. Nosotros, de Yevgeni Zamiatin (1921).Describe un mundo de edificios completamente transparentes sin privacidad ni individualismo, una humanidad regida bajo un único imperio, que nunca parece equivocarse y que extiende sus perfectas “matemáticas sociales” a cualquier precio. Tampoco había oído hablar de ella.
  3. Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932).Una de las distopías más famosas de la literatura universal. Manipulación genética, drogas accesibles, sexo barato y hobbies caros.
  4. 1984 de George Orwell (1949). Sin duda la que más me ha inquietado. Cada vez que la he leído, cada vez que he visto la película, me asombro de que alguien se atreviera a llamar ‘Gran Hermano’ a un programa de la tele. Férreo control de la información, vigilancia panóptica y omnipresente… Pero lo que más acojona es la idea de que el régimen también controle a la supuesta disidencia.
  5. Fahrenheit 451 de Ray Bradbura (1953). Se supone que es la temperatura a la que arde el papel. Tiene la diferencia frente a las dos anteriores, con las que forma seguramente el podio de distopías famosas, que el final no es tan terrible (un suicidio, un lavado de cerebro total). Los libros están prohibidos y los bomberos se encargan de quemarlos, otra vez el tema del control de la información.
  6. Mercaderes del espacio de Frederik Pohl (quien acaba de fallecer) y Cyril M. Kornbluth. Sátira divertidísima (mucho mas que sus secuelas) y a la vez aceradísima del capitalismo al que veían abocado a EE UU. El Gobierno es controlado, lógicamente, por las grandes empresas y en la obra se llevan al extremo técnicas que ya existen. ¿Quién no ha oído esas redes de prostitución que ofrecen un préstamo con un interés tan alto que la mujer nunca puede escapar? Salarios bajos y crédito fácil para que una selecta elite controle a la población. ¿De qué me sonará?
  7. THX-1138 de George Lucas. La única película de la lista. Que no adapta un libro, quieren decir. No la había visto, así que la he incluido en las pelis que quiero ver este año. Presenta un futuro capitalismo extremo que mezcla sus principios de mercado como una religión.
  8. Johnny Mnemonic (1981) de William Gibson (el autor de Neuromante) juega también con la idea del control de la información. El artículo de Psicópatas Corp. no puede evitar recordar PRISM.
  9. Snow Crash de Neal Stephenson (1992). Una novela cyberpunk con una curiosa presentación de internet como una realidad virtual con calles y edificios, un poco en la línea del juego de rol (¿Cómo que qué juego de rol?). Además, es un paraíso ancap [anarcocapitalista] en el que las grandes empresas o la mafia, que igual da, controlan la mayor parte del territorio de EE UU frente a la impotencia del gobierno federal. Aquí en España podríamos poner todo el norte de Madrid en manos de Florentino, desde el Bernabéu hasta Valdebebas y las Cuatro Torres; Nuevos Ministerios para el BBVA que tiene allí la sede, y así sucesivamente. Un detalle que todavía no pude decidir si es genial o pueril es que el héroe protagonista se llama Hiro Protagonist.
  10. Leyes de mercado, de Richard Morgan (2004). Describe un decadente 2049 inmerso en un capitalismo global desatado, cruento y despiadado. Lo difícil para muchos (quizá incluso para el autor) era creer que semejantes descripciones acabasen siendo contemporáneas. Escrito no mucho antes de la crisis internacional, hoy es puro deja-vu. En este caso, ni siquiera conocía al autor.

Ya tengo unos cuantos libros que buscar y leer para cuando me aburra de ver películas.

Napalm

¿Hueles eso, hijo? Es típex. ¡Me encanta el olor a típex por la mañana!

Películas que quiero ver

Llevo unos meses pensando que me faltan muchas películas por ver. Este vernano verano me he puesto las pilas con unas cuantas, pero una noche no podía dormir y se me ocurrió buscar pelis clásicas que no hubiera visto. Y me ha salido un centenar largo. Intentaré durante este curso 2013-14 (joder, cómo pasa el tiempo) ir tachando títulos. Y si se te ocurre alguna que falta, déjala en los comentarios.

  • Metrópolis, de Fritz Lang.
  • La dolce vita, de Federico Fellini.
  • Ser o no ser, de Ernst Lubitsch.
  • Sucedió una noche, de Frank Capra.
  • El tercer hombre, de Carol Reed.
  • La quimera del oro, de Charles Chaplin.
  • Tiempos modernos, de Charles Chaplin.
  • La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock.
  • Cantando bajo la lluvia, de Stanley Donen y Gene Kelly.
  • Psicosis, de Alfred Hitchcock.
  • Los pájaros, de Alfred Hitchcock.
  • Uno de los nuestros, de Martin Scorsese.
  • El ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica.
  • Los siete samuráis, de Akira Kurosawa.
  • Gilda, de Charles Vidor.
  • El exorcista, de William Friedkin.
  • La diligencia, de John Ford.
  • Río Bravo, de Howard Hawks.
  • Río Rojo, de Howard Hawks.
  • Río Lobo, de Howard Hawks.
  • Tener y no tener, de Howard Hawks.
  • Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock.
  • El sueño eterno, de Howard Hawks.
  • El acorazado Potemkin, de Sergei Einsestein.
  • El halcón maltés, de John Houston.
  • El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone.
  • El hombre que pudo reinar, de John Huston.
  • Moby Dick, de John Huston.
  • Adiós a las armas, de Frank Borzage.
  • Rebeca, de Alfred Hitchcock.
  • Primera plana, de Billy Wilder.
  • La vida privada de Sherlock Holmes, de Billy Wilder.
  • Bésame, tonto, de Billy Wilder.
  • La tentación vive arriba, de Billy Wilder.
  • La naranja mecánica, de Stanley Kubrick.
  • Ciudadano Kane, de Orson Welles.
  • Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan.
  • Origen, de Christopher Nolan.
  • Dogville, de Lars von Tier.
  • Muerte entre las flores, de los hermanos Cohen.
  • Memento, de Christopher Nolan.
  • El caballero oscuro: la leyenda renace, de Christopher Nolan.
  • Sin perdón, de Clint Eastwood.
  • Te doy mis ojos, de Iciar Bollain.
  • Inside Job, de Charles Ferguson.
  • Buenas noches y buena suerte, de George Clooney.
  • Las uvas de la ira, de John Ford.
  • Los santos inocentes, de Mario Camus.
  • El jardinero fiel, de Fernando Meirelles.
  • Perros de paja, de Sam Peckinpah.
  • El viaje de Chihiro, de Hayo Miyazaki.
  • Eva al desnudo, de Josheph L. Mankiewicz
    Eva es uno de los personajes más interesantes que he visto en una película. Al acabar la película todavía no tenía claro si había algo de ingenuidad en ella o no, quizás porque el ingenuo soy yo. Otra de esas películas del periodo clásico que hablan del mundo de los actores, de esas que casi no hay ahora (últimamente la única que se acerca, y tangencialmente, es The Holiday). Película amarga desde el primer minuto, con esa voz que se oye hablando del premio.[/important]
  • Testigo de cargo, de Billy Wilder
  • Yojimbo, de Akira Kurosawa.
  • La muerte tenía un precio, de Sergio Leone.
  • Caballero sin espada, de Frank Capra.
  • Juan Nadie, de Frank Capra.
  • El séptimo sello, de Ingmar Bergman.
  • El chico, de Charles Chaplin.
  • Ran, de Akira Kurosawa.
  • Sed de mal, de Orson Welles.
  • La quimera del oro, de Charles Chaplin.
  • Extraños en un tren, de Alfred Hitchcock.
  • Mi vecino Totoro, de Hayao Miyazaki.
  • La caza, de Thomas Vinterberg.
  • El discurso del rey, de Tom Hooper.
    En España no sabemos hacer películas como esta, con personajes históricos convertidos en verdaderos héroes. Vamos a ver, que el discurso de marras fue solo un discurso, no es el «Sangre, sudor y lágrimas» de Churchill. Pero esta película nos hace simpatizar con el pobre rey, que encima de ser rey —pobre—, era tartamudo. Por supuesto, la película es deliciosa, la ambientación inmejorable y los actores lo petan, claro.[/important]
  • Los mejores años de nuestra vida, de William Wyler.
  • Donnie Darko, de Richard Kelly
  • Grupo salvaje, de Sam Peckinpah.
  • Mayor Dundee, de Sam Peckinpah.
  • La vida de Pi, de Ang Lee.
  • Nausicaä del valle del viento, de Hayao Miyazaki.
  • La semilla del diablo, de Roman Polanski.
  • El discreto encanto de la burguesía, de Luis Buñuel.
  • Bienvenido Mr. Marshall, de Luis García Berlanga.
  • El espíritu de la colmena, de Víctor Erice.
  • La colmena, de Mario Camus.
  • El bola, de Achero Mañas.
  • Camino, de Guillermo Fesser.
  • El verdugo, de Luis García Berlanga.
  • La vaquilla, de Luis García Berlanga.
  • La cabina, de Antonio Mercero.
  • Viridiana, de Luis Buñuel.
  • Atraco a las tres, de José María Forqué.
  • Un perro andaluz, de Luis Buñuel.
  • El bosque animado, de José Luis Cuerda.
  • Muerte de un ciclista, de Juan Antonio Bardem.
  • La tía Tula, de M. Picazo.
  • La torre de los siete jorobados, de Edgar Neville.
  • Eloísa está debajo de un almendro, de R. Gil.
  • Bella de día, de Luis Buñuel.
  • La venganza de don Mendo, de Fernando Fernán Gómez.
    Simple adaptación al cine del astracán de Muñoz-Seca, con Fernán Gómez en mallas y melenita rubia. Desternillante a pesar de (¿o habría que decir «debido a»?) algunos de los ripios más terribles de la literatura española.[/important]
  • Calle Mayor, de Juan Antonio Bardem.
  • Las Hurdes, tierra sin pan, de Luis Buñuel.
  • Lolita, de Stanley Kubrick
  • Apocalyse Now, de Francis F. Cppola.
  • La carretera, de Hillcoat.
  • La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero.
  • R.E.C., de Jaume Balagueró.
  • Historias de Filadelfia, de George Cukor
  • Lepa sepa lepo gore, de Srđan Dragojević

Enlace 1

http://www.eldiario.es/zonacritica/Ofelia-resiste-ultimas-horas_6_169093093.html

Viaje a Londres (con retraso)

Vamos a empezar la crónica del viaje a Londres, aprovechando que hice mogollón de fotos, que me van a servir de apoyo mnemotécnico, porque mi memoria es tirando a cutre y tiende a mezclar las cosas.  Con la galería se puede seguir un poco el viaje.

La lluvia fina cala

Pues sí, lo de UGT sigue siendo un absoluto escándalo. En fin: «a las mariscadas, a las mariscadas…» Y luego, «unas cañitas». Menos mal que siempre quedarán los sindicatos realmente luchadores, aunque sean minoritarios.

Visto en el Facebook de DRY

Lo de las mariscadas es chungo, cierto. Pero no porque sea marisco, sino porque sea con dinero público. Y lo de «unas cañitas» demuestra que el PP y Goebbels tenían razón, si lo repites lo suficiente una mentira cala.

Si los anarcas de Democracia Real Ya han caído en lo de las cañitas, nos queda derecha para rato. Nos quedamos en la anécdota, en lugar de ir a la raíz del asunto.

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