El otro día se publicaba un artículo de Juan José Tamayo en El País en el que analizaba las declaraciones del cardenal Cañizares, flamante prefecto de la Congregación para el Culto Divino (es decir, el español con el cargo más alto en la curia vaticana). Resumiendo mucho, monseñor Cañizares afirmaba que en España la sociedad está enferma por su cristofobia.
Es una palabra curiosa. Consultando el CORDE y el CREA, no aparecen ejemplos. En Google hay cerca de 65 000 menciones, pero, al menos las primeras, se refieren a las declaraciones de Cañizares, incluida una en Webislam, y en general a la polémica sobre la retirada de crucifijos. Así que podemos afirmar que es un neologismo, la referencia más antigua he encontrado una cita de monseñor Montes, obispo de Almería, ya en 2007. Sin embargo, el término inglés aparece mucho más, siempre en contextos de tipo neocón o teocón.
Este neologismo es bastante curioso. Me parece que Tamayo analiza muy bien el hecho de que en España, igual que en prácticamente todo el mundo, la figura de Cristo, Jesús de Nazaret, es generalmente admirada o ignorada, dejando aparte los ataques realizados por ateístas radicales. Tamayo cita los casos de Albert Einstein, del Mahatma Gandhi, de Leibniz o de Oscar Wilde, quienes -desde diferentes posiciones religiosas e ideológicas- expresaron su admiración por Jesús. Quizás, puestos a inventar palabras, sería mejor hablar de cristianofobia, de odio a lo(s) cristiano(s). De hecho, buscando he encontrado una web, conoze.com, que según parece, arrancó durante «la campaña contra la Iglesia Católica desatada en el verano de 2001 en España», con clara referencia a Zapatero en esa Z bastarda.
Y aquí está el error de esta postura ideológica que yo, desde luego, no comparto. Evidentemente hay una postura laicista, que no laica, en la polémica de los crucifijos, pero identificar el rechazo a lo específicamente religioso o cristiano con el rechazo a Jesús-Cristo, es alargar demasiado. Si alguien cree que en España los católicos son perseguidos (en mi opinión, más que perseguidos son tachados de «raros», como cualquier persona creyente de cualquier religión puede atestiguar), el término correcto es «catolicofobia» o «cristianofobia».
Y para terminar: ¿hay cristianofobia en España? Evidentemente, sí. ¿Es una situación generalizada? Evidentemente, no. El problema es que para combatir esos ataques, los portavoces públicoss de la Iglesia se vayan al otro extremo.
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