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Dónde está el niño que yo fui

Es el título de un libro que hemos mandado leer este año a los alumnos de 1º y 2º de ESO en el instituto. Está bastante bien, con autores conocidos y otros menos famosos (Jaime Ferrán, por ejemplo, que da nombre a otro instituto de Villalba).

Sin embargo, de lo que me he dado cuenta, por si aún no lo tenía claro, es que los chavalines del primer ciclo de la ESO pueden disfrutar la poesía… si se les explica. Hemos estado todos los viernes de la primera evaluación leyendo el libro y a lo mejor hemos leído cuarenta poemas, no más de seis u ocho al día.

No es que los jóvenes no aprecien la poesía. Se aprenden decenas de canciones, cuyas letras no son sino poemas, y estilos musicales como el hip-hop demuestran que no han perdido el gusto por las palabras, pero la poesía culta es difícil. Hay que acompañarles, guiarles. Si se les insiste en las figuras retóricas, acaban detectando fácilmente las anáforas, las enumeraciones, las metáforas, pero hay que acompañarles. No basta con darles textos, hay que ir con ellos.

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Now playing: Electric Light Orchestra – Last Train To London
via FoxyTunes

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