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Nextcloud 14 en la Raspberry Pi con PHP 7.2 (1). Pasos previos

Cables y conexiones

La Raspberry necesita unas cuantas cosas para poder arrancar:

  • Cable miniUSB de carga de al menos 2V. Ojo, que no todos los cargadores de móviles valen, aunque sean miniUSB, por el voltaje. Hace poco se me estropeó este cable, merece la pena utilizar uno bueno, que dure.
  • Cable de red Ethernet o adaptador wifi USB para tener red.

Puesto que vamos a usar la Raspberry como servidor Nextcloud, necesitamos mucho espacio de disco duro. Aunque ya hay tarjetas SD de por lo menos 128 Gb, es preferible tener un disco duro externo y conectarlo. Si tienes un disco externo que no necesite carga, sería ideal, pero como no suele ser el caso también viene bien un concentrador (hub) USB que dé carga y, a ser posible, con USB 3.0 para que vaya más rápido. Yo uso uno de Amazon Basics.

También es recomendable tener un teclado y ratón USB, no valen los antiguos PS2, y un cable HDMI para conectarla a un monitor. Los usaremos solo la primera vez que arranquemos la Raspberry, pero sin ellos no podremos continuar.

Preparación de Raspbian

Si queremos empezar desde cero nuestro servidor, la opción más sencilla es descargar el sistema operativo de la web de la fundación Raspberry. Después de haber probado varias opciones, no veo muchas ventajas a NOOBS, que es teóricamente el sistema más sencillo, así que recomiendo instalar Raspbian directamente. Si te asusta que no haya un escritorio, puedes instalar la versión completa pero es preferible la versión lite porque gasta menos memoria, que queda libre para el resto de cosas que queramos instalar: servidor web, base de datos, servidor de búsqueda, reconocimiento óptico de caracteres, etc.

La forma más fácil para descargar cualquiera de las dos versiones es ir a la web que he enlazado antes, seleccionar Raspbian (o ir directamente aquí) y pulsar en “Download ZIP”. Puede ser incluso más rápido bajarlo por vía torrent pero para ello necesitamos un cliente como uTorrent en Windows o Transmission en Linux.

Una vez descargado, hay que descomprimir el archivo .zip: hacemos doble clic sobre él y, se abra lo que se abra, buscamos la opción “Descomprimir”; lo más sencillo, en el escritorio.

Una vez tenemos un archivo con extensión .img, hay que grabar esa imagen en una tarjeta SD de, al menos, 4 Gb. Se puede usar SDFormatter en Windows y Mac; y Etcher en Windows, Mac y Linux.

Es fácil: abrimos SDFormatter, metemos nuestra contraseña si nos lo pide o pulsamos Sí y, en la ventana, seleccionamos “Option”. Ahí cambiamos FORMAT SIZE ADJUSTMENT a ON por si acaso la tarjeta tuviera varias particiones. Varias letras (F:, G:), para entendernos. De esta forma las eliminamos y la tarjeta queda como nueva.

sdformatter

La letra (G: en este caso) puede variar

Luego con el Win32DiskImager, algo parecido: metemos nuestra contraseña si nos lo pide o pulsamos Sí y, en la ventana, seleccionamos la tarjeta en la casilla Device (se puede comprobar la letra en el Explorador de Windows si no estamos seguros) y el archivo .img pulsando el icono de la carpeta.

win32

Por cierto, que si no tienes un portátil con adaptador SD, se puede comprar un adaptador USB por menos de un euro en Deal Extreme.

En Etcher, el proceso es todavía más sencillo.  En el primer paso, seleccionamos el archivo que nos hemos descargado (en este caso, no hace falta descomprimirlo, Etcher funciona con el zip) y en el segundo probablemente no tengamos que hacer nada si solo tenemos una unidad extraíble insertada. En caso contrario, selecciona la unidad que sea pulsando en “Change”. Y pulsamos “Flash”. Pedirá confirmación y/o la contraseña de administrador y se pondrá a la tarea.

ventana principal de EtcherUna vez ha concluido con éxito la copia del archivo .img a la tarjeta SD, llega el momento de insertarla en la Raspberry apagada y solo después de asegurarnos de que ha quedado bien insertada la arrancamos enchufando el cargador miniUSB y conectando con un cable HDMI la Raspberry a un monitor.

El sistema ya está instalado y, si hemos optado por la versión Lite, veremos esto.

arranque de Raspbian Lite

Puede asustar o, si tienes una edad, recordarte a los viejos ordenadores Amstrad, Spectrum o Commodore. La ventaja de no tener un escritorio es que se gasta mucha menos memoria. Pero si te decidiste por la versión con escritorio, lo único que tendrás que hacer en posteriores entradas es abrir la aplicación terminal y escribir ahí los comandos.

«Huelga» de taxis

Estoy leyendo muchas noticias y muchos comentarios en Twitter sobre la «huelga» de taxistas de Barcelona, que se ha extendido a otras partes de España, Madrid incluida. Pongo huelga entre comillas porque técnicamente se trata de un cierre patronal, al ser autónomos son empresarios, no asalariados como sería en el caso de una verdadera huelga.

Y estoy leyendo muchas críticas a cómo han aprovechado la legislación vigente en su propio beneficio, y cómo van en contra del libre mercado, y muchas críticas más. Nos yo un defensor de los taxistas, un servicio que no uso nunca, pero me chirrían varias cosas.

En primer lugar, eso de que van contra el libre mercado. Es cierto, el taxi es una concesión administrativa y no se debería permitir especular con ella. Sin embargo, la solución no es entregar el servicio público a un par de empresas como Uber o Cabify para crear un oligopolio que seguro concertaría precios, sino ampliar el número de licencias y prohibir la cesión entre particulares. Si te jubilas, la licencia vuelve al ayuntamiento. También prohibiría que una sola persona pueda tener varias licencias, para evitar la creación de flotas privadas. ¿Esto haría que se incrementaran los precios? Claro, pero a la administración no le costaría nada llegar a acuerdos globales con proveedores para ofrecer a todos los taxis un precio de reparación menor, habida cuenta del volumen de negocio que implicarían tales acuerdos, una central de compras centralizada desde lo público.

Hablando de flotas y de taxistas empresarios, he leído varias veces que pagan sueldos de mierda a los conductores que contratan. Es curioso haberselo leído muchas más veces esto de las pymes del taxi que de Uber o Cabify, que no es que lo hagan habitualmente, es que es su modelo de negocio. Si inicias una hilo de Twitter diciendo «Uber es el mal», pero te tiras 15 tuits hablando de los taxistas, está claro qué te interesa. Es el equivalente al «Yo no soy racista, pero…» en el sector del transporte privado de viajeros.

Está claro que el taxi es un sistema anticuado, que debería renovarse y empezar a poner énfasis en cosas como el confort del pasajero. Es sintomático que se hable con asombro y admiración de que los conductores de Uber te pregunten qué estación de radio quieres escuchar, cuando debería ser un mínimo. Pero la solución no es tirarse a los brazos de una multinacional, porque ya sabemos que pasaría. Recordemos las alzas de precios de Uber siempre que hay algún evento. De hecho, leí una vez (pero no recuerdo dónde y no lo encuentro) que los precios de Uber tendían a ser muy similares, porque compensaban una mayoría de viajes más baratos con otros más caros debido a cómo interpretan ellos la demanda, que es una caja negra que solo conocen ellos.

Está claro que no hay una solución fácil, pero los taxistas no son los malos de esta película, la sociedad no va a mejorar si los sustituimos por Cabify. Y la labor de los políticos es ofrecer soluciones, y no he oído a ningún partido proponer nada concreto, la verdad.

 

Cómo colaborar con el software libre si no eres informático

Hoy he conseguido unos de los hitos que llevaba años anhelando sin atreverme nunca: junto con Leo, hemos hecho el Anillo ciclista enterito, de punta a punta y vuelta por el otro lado.

Ahora mismo soy una patata casada asada, o así me siento del cansancio acumulado, pero estoy contento. La adrenalina ha fluido con fuerza durante la gran mayoría de los 75 kilómetros que hemos acumulado (récord personal con gran diferencia) y ha sido una experiencia bonita.

Ha sido también una aventura. A la altura de la A-3 nos hemos despistado y hemos seguido rectos por el Parque Lineal de Palomeras en lugar de torcer para seguir por el Anillo y nos hemos equivocado un par de veces hasta que hemos recuperado el camino correcto .Y lo hemos hecho con la ayuda de Osmand, una app de mapas y navegación GPS que llevo años utilizando.  He decidido dejarla puesta y un poco más adelante, pasada la M-23, nos hemos vuelto a pasar y Osmand nos ha mostrado el camino. También es verdad que en medio de estos dos momentos ha habido un punto en el que me he pasado de listo y Leo ha sido quien me ha corregido, pero esto no interesa (cara de «si cuela, cuela»).

A Leandro le ha gustado la idea de Osmand, y esto me ha llevado a pensar en que el software libre, aparte de serios problemas de márquetin por no gastar un duro (que deberían), es algo en lo que a veces participamos solo cuatro friquis, aunque haya millones de personas usándolo, desde el núcleo Linux de Android a la inmensa mayoría de los servidores web. Claro, la pregunta es clara: si yo no soy informática y no solo no sé programar sino que no tengo ni la más remota idea de cómo se hace una aplicación, ¿cómo puedo colaborar? Se me ocurren varias maneras.

La primera es económica. Después de años de uso, hoy he donado algo de dinero a los desarrolladores de DAVdroid, una app que uso cada día en el móvil para sincronizar calendarios y contactos. Es software libre, no hace falta pagar por ella, pero se puede donar. No estoy seguro de si este modelo de negocio (forma pija de llamar al ganarse la vida) es sostenible, e incluso tengo ciertas dudas sobre la ética asociada, pero esta es la forma más sencilla: si uso software libre (Firefox, WordPress, yo qué sé, y pongo ejemplos muy grandes e incluso uno controlado por una empresa), se puede dar algo de dinero.

La segunda es informar de errores. Una vez tuve un problema con Osmand: quería descargarme una actualización del mapa de España (sale una vez al mes con todas las novedades: radares, carreteras, edificios, direcciones, cambios de nombres en calles franquistas…) y no me dejaba. Osmand decía que se necesitaban unos 600 Mb y yo tenía prácticamente un giga, más de un 50% más, pero me daba un error de falta de espacio.  Y decidí decirlo, por si podían arreglarlo y ayudarme a mí y a cualquiera a quien le pasara lo mismo.

En aquel momento era más complicado, ahora se puede hacer en Github, siempre que estés registrado. Pulsas en New Issue y rellenas todos los datos que puedas. Yo lo hice y tras un par de días resultó que el problema era muy tonto: el mapa se descarga como un archivo comprimido en .zip que se descomprime y luego se borra. Pero en el intervalo entre la descompresión y el borrado hace falta aproximadamente el doble de espacio. En mi caso, los 600 Mb del zip se convertían en 1300, con lo que no me quedaba espacio. Y gracias a que yo avisé, ahora la app te avisa de que necesitas el doble del espacio libre.

Otra opción es ayudar a traducir la aplicación a tu idioma. En español suele ser más fácil, pero a mí me asombra la cantidad de software libro traducido no a lenguas con menos hablantes como el gallego o el catalán, sino a lenguas con números diminutos como el asturiano. Esto es una gran idea para potenciar el uso de un idioma, y las grandes empresas se mueven solo por rentabilidad. En cambio, un voluntario dentro del software libre lo hace porque le apetece y aunque, lógicamente, menos gente a a usar Nextcloud en asturiano que quienes lo usamos en español, la tarea es otra y mucho más admirable, me parece.  Cada aplicación usa sistemas de traducción diferentes, desde traducciones arcanas con archivos .po y .mo (como las extensiones de WordPress) a sistemas muy intrincados (el Pootle de Libreoffice, que me parece un horror) a sistemas muy sencillos de usar como Transifex, que usan Nextcloud y Owncloud.

Traducir software tiene bastante de maldición de Sísifo, nunca se acaba a no ser que deje de desarrollarse el programa, pero puedo decir por mi experiencia que es una forma muy buena de descubrir las posibilidades que tiene la aplicación que estás traduciendo. A mí me ha servido para convertirme en todo un experto en Nextcloud y descubrir nuevas y creativas maneras de cargarme mi nube…

La última forma que se me ocurre de colaborar con el software libre es esto que estoy haciendo ahora mismo: hablar de él, hacer publicidad, darlo a conocer. Y esta última forma es gratis y muy sencilla.

Y tú —como decían en Barrapunto en tiempos más sencillos—, ¿ya has colaborado hoy con el software libre?

Te echo de menos

Te echo de menos en mi vida
y soy feliz.
Me siento hipócrita
¿o lo era antes?

Oigo a Javi,
oigo a Félix,
leo a Jesús,
me acuerdo de cómo era

mi vida.
De cómo era

yo.

Me irrita mi incapacidad
de explicar y de explicarme
que no soy quién fui
y sin arrepentirme,
lo echo de menos.

No soy el mismo que era.
No soy quien otrora quise ser.
No estoy donde quise llegar
y no me cambiaría por nadie.

Qué tontería.
Intentar explicar
lo que no entiendo.
Qué soberbia.
Y sin embargo…

¿Me entiendes?

La ducha

En la ducha repaso el día
o pienso en lo que debo hacer
y lo que debí haber hecho.
Suena bien pero es falso
Mi ducha es mi placer,
ese placer de no pensar,
ese placer de solo sentir.
El chorro dividido se encarniza
en mi frente y el agua
recorre mi cuerpo caliente
desde la nuca hasta los talones.
Y me siento en paz con mi cuerpo,
con mi vida, con mi mundo.

Y apagar el grifo es lo que
más me cuesta del día
(no cuento despedirme de ti),
me cuesta más que encenderlo
porque me deja sin agua
para saciar mi sed de paz.

Escribid

Ahora que hemos perdido la costumbre
y las palabras no aparecen
ni en nuestras notas ni nuestras palabras,
escribir vuelve a ser un lujo que nadie parece permitirse.
Y quienes se aprovechan de nuestro cansancio,
de nuestra ausencia,
respiran satisfechos porque se saben a salvo.
Por eso,
escribid, escribid como si vuestras palabras provocaran el viento
que respiramos, que nos mueve.

Ahora que las palabras nos engañan
porque queremos dejarnos enganar
y que las falacias vuelan más alto, más lejos, más grandes
que la simple, humilde, blanca verdad,
sentimos que escribir vuelve a ser un lujo
para ociosos, desocupados, ¡vagos!
Quienes nos roban hasta el aliento
y nos hurtan nuestra alegría, nuestro derecho
respiran aliviados porque no los revelamos
y ya nunca nos rebelamos.
Por eso,
escribid, escribid, como si la poesía siguiera siendo
un arma cargada de esperanza.

Ahora que ya todo es precario
y los jóvenes se desmayan sobre sus pupitres,
ahora que la policía es el enemigo
y no persigue a los cuatreros en que tú y yo pensamos…
Ahora que el mercado nos oprime con su mano
invisible y homicida de psicópata
y los parlamentos son incómodos teatros
donde malos actores con malos libretos
representan malas farsas que nadie quiere ver,
y pensáis que el nihilismo
es lo único que tiene sentido
porque el sentido de vuestra vida
nunca es hacia arriba,
escribid.
Pero escribid, demonios, escribid.
Escribid como si os fuera la vida en ello
porque la vida nos va en ello.

Banda sonora: Viajando al fin de la noche de Los Suaves

¿Sabes?

Te has levantado de la cama
con la risa temblando en las caderas
y mis ojos han seguido a tu melena
hasta que la puerta te ha ocultado.

¿Y sabes una cosa?
Con tu cintura llena de vida
me has devuelto
lo que no sabía
que echaba de menos.
Y ahora entiendo esa fuerza
que me abre el pecho tras besarte
y me exprime el diafragma
y me quiere sacar un hálito de voz.

Ahora vuelves a mi lado
pero ¿sabes?:
siento que nunca te habías ido
después de haberte reencontrado.

Autopista de peaje

A Luis Alberto de Cuenca, cuya charla en el Príncipe Felipe lo inspiró

El volante en las manos.
La congoja en el pecho.
El salpicadero devora las líneas discontinuas.
El arcén sin quitamiedos.
La autopista sin carteles.
Un sol que agoniza entre mis pestañas.
Conduzco desde la mañana, no me preguntes a dónde,
Junto a mí una mujer blanca, pálida y muda,
Con los ojos fijos en el horizonte
por no mirarme.
No puedo recordar cuándo entré
a la autopista, ni dónde.
Solo sé que he pagado el peaje.
Y lo sigo pagando.
La autopista sin carteles,
el arcén con cruces siniestras.
Ni una curva en el trayecto,
mi compañera aún en silencio.
Una nube en el horizonte,
o quizás en mi estómago.
Una chimenea de ladrillo
se erguía en el oeste
y ya me estoy alejando
sin haber llegado a ella.
Un milano que nos sobrevuela
con ojos ciegos y pico ensangrentado.
Ya cae la noche, ya me va a mirar la pálida dama.
No hay salida en esta autopista
y  quizás todavía no he pagado el peaje.

Una pintada en Portugal

En realidad, técnicamente es un stencil, pero eso no es lo importante. La vi en Portugal hace casi un año y la tenía guardada en el móvil.

Otras apps de Nextcloud que uso

Weather

App graciosa, de esas que no es que sea útil pero que está bien resuelta y tiene, como Gpxpod, su nicho ecológico. Permite comprobar el tiempo en los lugares que decidas.

Si la instalamos y activamos, veremos que aparece en blanco. Debemos añadir ciudades.

Pero claro, si no tenemos clave API, tendremos que crearla. Tranquilidad, es gratuita para uso personal.

Para crear la clave, vamos a Openweathermap y nos registramos.

 

Una vez lo hemos hecho, vamos al apartado de API y pulsamos en el enlace «API key».

Creamos una clave y nos aparecerá un aviso azul sobre que tardará unos minutos en funcionar.

La copiamos y ya podemos ir a la configuración de Nextcloud. En «Configuraciones adicionales, buscamos el apartado «Temperatura» y copiamos la clave.

Passman

Esta app me parece muy interesante. Se trata de un gestor de contraseñas que permite manejar, guardar, editar, etc., nuestras contraseñas. Dos son las cosas que me gustan sobre todo de Passman:

  • Los datos y contraseñas están en tu servidor y no se los das a nadie (con la contrapartida de que tienes que asegurarte de que tu servidor sea razonablemente seguro, claro).
  • Tiene extensiones para Firefox y Chrome y el embrión de una app para Android. Esta última todavía no tiene mucha utilidad, pero cuando la desarrollen más será útil.

El uso es muy sencillo. Tras instalarla entramos desde el menú superior y veremos una pantalla como la siguiente pero solo con la opción «+ Create a new vault» (por cierto que me he dedicado a traducirla y en la próxima actualización ya debería aparecer en español). Las vaults (cajas fuertes) permiten organizar las contraseñas. Yo solo tengo una creada, como se puede ver..

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Al entrar veremos una pantalla vacía,en la que podremos crear nuestras contraseñas pulsando el botón +.

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Nos aparecerá la pantalla para rellenar los datos. Tenemos la opción de apuntar la contraseña o de decirle a Passman que cree una más complicada. No hay que aprenderla, con la extensión del navegador no nos hará falta.

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

La etiqueta sirve para reconocer de qué sitio es la contraseña, la podemos cambiar como queramos.  El campo importante es la URL.

Según vayamos guardando contraseñas, la lista crecerá. Al pulsar en una de las entradas saldrá a la derecha un resumen con los datos. Pulsando en el ojo podremos ver la contraseña.

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Y para utilizarlo de forma más cómoda, tenemos que instalar la extensión. Hay para Chrome también pero como yo uso Firefox me referiré a este navegador.

Se instala desde https://addons.mozilla.org/en-US/firefox/addon/passman/ y permite rellenar nuestras contraseñas en los sitios web que hayamos guardado. Tras instalarla nos aparecerá un icono nuevo en la barra de herramientas, un escudo azul con una nota en rojo. El rojo significa que está bloqueado y no se pueden leer contraseñas.

La primera vez que lo usemos debemos dar los datos de nuestra nube y crear una contraseña maestra para cifrar la información de conexión. Esta contraseña maestra se puede guardar, pero es recomendable no hacerlo. Yo solo la guardo en mi ordenador de sobremesa (si me roban la torre esta extensión será el menor de mis problemas) pero en mi convertible Chuwi no la guardo, por si acaso.

Cuando entramos en un sitio del que tengamos la contraseña guardada, el icono de Passman mostrará un número equivalente al número de cuentas guardadas para ese sitio. Si pulsamos el icono nos saldrá la lista de opciones.

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Además de desde la barra, la extensión se integra con los formularios de Firefox, en los que aparece el mismo icono de Passman. Veámoslo:

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Al pulsar sobre el formulario nos saldrá un menú desde el que podremos escoger la cuenta. Actualmente hay un bug en la extensión que hace que se vea así, mezclándose la opción de guardar contraseñas nativa de Firefox con el menú de Passman, pero se arregla volviendo a pulsar en el campo de Usuario.

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

Passman (app de Nextcloud) sobre Firefox

News

Lector de noticias RSS. Básico, pero funciona y te evita tener que instalar un servidor propio como TinyTinyRSS o depender de servicios externos. También dispone de app para Android.

Al entrar veremos los siguiente: News en Nextcloud

 

Si nos aparece un aviso amarillo en la parte superior, es que no hemos habilitado el soporte de 4-bits para emojis. Se puede hacer siguiendo este tutorial, traducción de las instrucciones que aparecen. Si has seguido todos mis pasos, te aparecerá, y deberás seguir las instrucciones para MariaDB, un poco más largas. Después de hacerlo ya no aparecerá el aviso.

News en Nextcloud

También nos debería aparecer un aviso del navegador como este:

Al darle que sí, cuando pulsemos en el icono típico de RSS (Icono RSS) nos aparecerá lo siguiente:

Nextcloud News

Pulsando en «Suscribirse ahora» nos iremos a nuestro Nextcloud, donde comprobaremos que ya lo podemos guardar pulsando en «Subscribirse» (cambiará, espero, la traducción en la próxima versión y perderá esa B):

Nextcloud News

Y ya lo tendremos cargado:

El blog de aburrido en News de Nextcloud

Votaciones (Polls)

App pequeña y útil, muy similar a Doodle, ese servicio que permite crear un cuadrante de días y horas para organizar reuniones de varias personas.

Votaciones en Nextcloud

Esto es lo que vemos después de instalar y activar la app. Al pulsar en el botón «+» pasaremos a la siguiente pantalla, donde podremos decidir el nombre de la votación, la descripción, quiénes pueden verlo (solo usuarios de la nube, oculta o pública), si se pueden hacer votaciones anónimas y cuándo expira, cuando se cierra la votación. A la derecha escogemos los días entre los que queremos escoger y las horas, si queremos varias opciones dentro de un día. Un detalle mejorable es que hay que pulsar en las X rojas para convertirlas en verdes y que se activen. Me parece que tendría que ser al revés, pulsar solo si queremos desactivar alguna opción, como se ve en el 3 de mayo a continuación. También podemos borrar opciones pulsando sobre ellas (como el 4 de mayo).

Votaciones en Nextcloud

También podemos crear encuestas sin fechas, solo con opciones, como se ve en la siguiente captura de pantalla.

Polls Nextcloud

Y para compartir la encuesta y que la gente pueda votar, en la lista de votaciones pulsamos en el menú de los tres botones y escogemos «Copy link» (Copiar enlace). Si la hacemos pública, no hace falta que sean usuarios para votar.

Votaciones en Nextcloud

 

Radio

App sencilla que permite centralizar diferentes estaciones de radio para escucharlas. Depende de un servicio externo, radio-browser.info y no tiene todas las cadenas, pero es curiosa. En mis pruebas, he visto que en ocasiones hay que probar con varios nombres para encontrar la cadena. Por ejemplo, con la Ser en Madrid:

Nextcloud Radio Nextcloud Radio

Pero sí hay bastantes emisoras, también españolas, como por ejemplo estas:

Nextcloud Radio

Eso sí, no se puede cerrar la pestaña ni cambiar de página, así que si queremos usar otra cosa a la vez, tendremos que abrir una pestaña nueva.

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