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Resistencia al cambio (?)

Estos días he tenido dos experiencias bastante satisfactorias sobre la resistencia al cambio y la adopción de nuevas tecnologías. En realidad, las estoy teniendo, porque esto suele ser un proceso.

La primera experiencia es laboral. La página web del instituto en el que trabajo está anticuada y es complicada de manejar y actualizar, por lo que hemos decidido crear una nueva con Joomla. En general, un profesor no tiene formación en este campo ni, en mi opinión, tiene por qué tenerla. Que yo tenga una página web propia no es porque crea que cada profesor deba hacerlo, sino porque en los institutos en los que he estado no había otra posibilidad. Pero mis compañeros, pese a no tener mucha idea, sí tienen ganas de tener una web que, por lo menos, funcione y dé posibilidades de uso. Y hay un grupo de gente interesado en colaborar con el TIC y conmigo, que somos los que algo de idea tenemos.

Y la segunda experiencia es en el Centro Juvenil. Gracias a una fuerte subvención que recibimos este año, hemos podido modernizar los equipos informáticos y hemos aprovechado para instalar Linux en ellos. La mayoría de los ordenadores funcionan con Ubuntu 10.10 e incluso en uno de ellos, un ordenador viejo con recursos limitados, el animador que se ha encargado de todo ha instalado Lubuntu, una versión «exótica». Nuestros destinatarios son chavales, en general, de nivel educativo medio-bajo y bajo y, sin embargo, ninguno de ellos ha tenido ningún problema para manejar Linux, ese monstruo desconocido.

Muchas veces, la resistencia al cambio se debe más al miedo a los desconocido que a otra cosa. El refranero castellano lo expresa bien con «Más vale malo conocido…». Pero en la práctica, cambiar y modernizarse es más fácil de lo que podemos pensar.

Luna

¡Luna ha llegado a la Tierra!
Las placas tectónicas se alegran del peso;
y Madrid encuentra una sonrisa entre la crisis;
y las chispas de sus ojillos entrecerrados
iluminan la habitación y el mundo entero.

¡Luna ha llegado a la Tierra!
Ante una sorpresa tan esperada
la vida ha vuelto a cobrar sentido
para mí, para ti, para todos.

¡Luna ha llegado a la Tierra!
Aunque aún no sabes nada
de lo que te espera,
te juro que has tenido
suerte, sobrinastra.

Luna ha llegado a la Tierra.
Aunque a un día triste
siguió un día de nieve
tu llegada, Luna
tan esperada,
ha traído belleza
y un nuevo sonido
a este mundo,
a nuestro mundo.

 

Otro homenaje-plagio

Este va con una dedicatoria y —para qué negarlo— un poco de mala leche. Primero el original.

EPIGRAMA
SABER SIN ESTUDIAR

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».

Y ahora mi versión. Fui incapaz de hacerlo en octosílabos, así que hice lo que pude. El primer verso me cruje, pero no he sido capaz de mejorarlo.

EPIGRAMA
TO KNOW WITHOUT TO STUDY

Una docente quizá con Una española llena de clichés
se admiró de ese misterio que encierra
que los niños más simples de Inglaterra
sean capaces de hablar tan bien inglés.
Y pensaba «Cosa del diablo es»
mientras en su blog seguía escribiendo
«que para aprenderlo yo esté sufriendo
y me esté haciendo vieja sin pillarlo
y cualquier niño en Londres, sin pensarlo,
lo más raro en inglés está diciendo».

Quizás

Quizás esta vez lograré lo que busco.
Puede que esta vez encuentre gardenias blancas
y no los elefantes blancos que suelo encontrar.
A lo mejor el sol me dará luz verde
atravesando las nubes de amargura tóxica que cubren el cielo.
Tal vez esta vez será la última vez
y «última» significará «definitiva»
en lugar de ser la estación término
donde van a morir todos los trenes.
Quzás esta vez me darás tu dirección
para cambiar el sentido de mi viaje
y poder sentir el aire fresco que entra por la ventanilla
mientras escucho Nothing else matters.

Quizás.

Dos días

Esta guardia me ha llevado dos dís meterla en la ducha. Y al final no ha sido tan difícil. Esa es la paradoja del amigo alemán: que lo que una vez te cuesta mucho, otras es suave como la seda. Y viceversa, que es lo malo.

Y así seguimos, adelante y a la vez hacia abajo.

¿Alguien se atreve a decir el tema?

En el silencio he podido entrever
cómo mi corazón sale a tu encuentro.
En el silencio he vuelto a descubrir
que creyendo mirar he estado ciego.
En el silencio he vuelto a revivir
que mi alma sigue aquí aprisionada y muero.
En el silencio he vuelto a comprobar
cómo vuelve a brotar si la riegas de nuevo.
En el silencio, en el silencio…

En el silencio la luz de tu verdad
ha vuelto a iluminar tu pensamiento.
En el silencio la triste oscuridad
ha dado paso ya a tu misterio.
En el silencio he vuelto a sonreír
pues he podido ver que me habitas por dentro.
En el silencio ha vuelto ya a latir
mi errante corazón porque ha arribado a puerto.

En el silencio…

Celebremos Django

Acaba de salir la versión 3.1 de WordPress y, por una de esas felices casualidades que a veces suceden, este magno evento coincide con la finalización de una de mis tareas sisíficas (¿se dirá así?): he terminado de recuperar todas las entradas que se habían perdido en el apocalipsis aburrido de 2010. Así que, de nuevo, El blog del aburrido está completo y a vuestra disposición.

Dar al público lo que quiere

Pues según parece, El canal GH 24 horas ya tiene menos audiencia que CNN+. Esto no significa necesesariamente que el canal informativo fuera rentable (es más caro hacer noticias de calidad que poner cámaras en una casa), pero sí podemos decir que la audiencia española no es tan borrega como nos tememos. Casi no me lo creo.

Fuente de la noticia: El Descodificador.

Penumbra

Ayer fui con mis excompañeros del Patarroyo a ver Penumbra de Animalario en el Matadero de Madrid. Bueno, y a tomar unas cañas antes y después.

Y la sensación que me ha dejado es contradictoria. La escenografía es minimalista y potente: una casa en la playa hecha sólo con vigas de madera, plásticos de pintor que acaban dando mucho juego gracias a los ventiladores y el mobiliario mínimo. Los efectos de sonido (no puedo evitar pensar que usar grabaciones en el teatro es hacer trampa) son efectistas pero también efectivos. Los actores están muy bien, sobre todo quien hace de niño, que es precisamente el más mayor de los cuatro que actúan. Y el argumento, ay, el argumento…

El argumento, según el programa, nace en un taller de los que organiza Animalario y se basa en una pregunta: «¿Qué es lo que más miedo te da?». Y en el argumento se entrecruzan el maltrato infantil, la tetraplejia, la incomunicación en la pareja, decepcionar a tu hijo, los viejos…

Penumbra consigue un ambiente claustrofóbico. A mí me recordó la sensación que tuve viendo 21 gramos, de absoluta desorientación espaciotemporal. Pero, a diferencia de esta película, cuando la obra acaba, a los escasos 70 minutos, la desorientación sigue ahí.

En las cañas post-función, no conseguimos ponernos de acuerdo sobre la obra. Quizás esta sea su virtud, y a la vez su defecto. Como digo a mis alumnos, una obra maestra lo es, entre otras cosas, por permitir varias lecturas. Pero tantas como Penumbra… No sé yo.

Mis últimas adquisiciones

Dentro de la campaña Construir un hogar (o al menos una casa a la que no dé vergüenza invitar a gente), las últimas adquisiciones han sido unas cuantas plantas para dar algo de color a la casa (ese gotelé blanco de 2 cm es muy frío).

Las plantas son una gardenia con flor  y todo, un cactus que se supone da flor con facilidad, una menta para los mojitos y una cuyo nombre ya se me ha olvidado y no venía con ella. ¿Algún biólogo que sepa qué planta es?

Mis fichajes

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