Ayer me tiré un rato hablando vía Facebook con un amigo sobre la huelga del 14N y sus consecuencias. Es una persona de ideología conservadora, pero muy decepcionada con el PPSOE. Intentaré resumir su pensamiento.
Básicamente, la idea de una huelga general no sirve para nada. ¿Cuál es el motivo? Que no existe el derecho a huelga. Por ejemplo, en su empresa se sabe que quien la secunde estará automáticamente despedido. Da igual que eso sea ilegal, da igual que el juicio por despido improcedente estuviera ganado. Porque te ves en la calle y ahora mismo es dificilísimo encontrar trabajo.
La culpa de esto, curiosamente, no es de la empresa. Si todos los trabajadores secundaran la huelga, no podrían despedirlos a todos. La empresa se hundiría. La culpa es de esos trabajadores alienados que son incapaces de mirar más allá de sus narices y entender que hacer huelga a cortísimo plazo significa perder un día (y pico) de sueldo pero a largo plazo puede significar la diferencia entre que sigan los recortes o no.
Mi amigo, que no es muy amigo de los sindicatos tradicionales porque estos nunca han hecho nada en su empresa, ha intentado mover a sus compañeros para organizarlos, pero no lo ha conseguido. Así que, para ser el único que hace huelga y verse perjudicado sin poder conseguir nada, ha decidido no secundarla.
Y, curiosamente, su conclusión es que la huelga no sirve para nada. Te quitan un derecho constitucional y la culpa no es de quien arrambla con tus derechos, sino del derecho. Maravilloso.
Historias así hay, literalmente, millones. Millones de personas que se quejan, que no están de acuerdo con el rumbo que ha tomado este país pero que luego creen (lo creen honradamente) que no pueden hacer nada para cambiarlo. Y hasta que no les convenzamos de que sí podemos, «ellos» seguirán teniendo carta blanca para devolvernos al siglo XIX.
Comentarios recientes