La respuesta a este tuit del cipotudo Soto Ivars revela el problema lingüístico real que ha existido siempre con el masculino genérico. El autor del tuit se refiere a niños y niñas, mientras que el machista que responde lo ha entendido sin tener en cuenta a las niñas. Por eso se lo teme, porque si pensara en las niñas seguro que no le parecería mal que dibujen muñecas y vestiditos (ay, también, ese diminitivo despectivo…).
No me acaban de convencer ninguna de las soluciones a este problema. La más cercana a lo que los filólogos llamaban antes «el genio de la lengua» creo que sería el morfema -e , pero ni me gusta mucho ni creo que cuaje. Y creo que es una solución española porque ya tenemos tres géneros: masculino, femenino y neutro: este/a/o, así que tener un cuarto género [+ animado – masculino -femenino] no sería el fin del mundo. Pero, evidentemente, la discusión sobre este tema no es nunca lingüística, y pocas veces sociolingüística.
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