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Del Vaticano II a los científicos

Este fue el saludo de Pablo VI a los científicos en la clausura del concilio Vaticano II. Ojalá (que en árabe significa «quiera Dios») siempre fuera este el talante en las relaciones entre fe y razón, entre Iglesia y ciencia.

Un saludo especial para vosotros, los buscadores de la verdad, a vosotros los hombres del pensamiento y de la ciencia, los exploradores del hombre, del universo y de la historia; a todos vosotros, los peregrinos en marcha hacia la luz, y a todos aquellos que se han parado en el camino, fatigados y decepcionados por una vana búsqueda.

¿Por qué un saludo especial para vosotros? Porque todos nosotros aquí, Obispos, Padres conciliares, nosotros estamos a la escucha de la verdad. Nuestros esfuerzo durante estos cuatro años, ¿qué ha sido sino una búsqueda más atenta y una profundización del mensaje de verdad confiado a la Iglesia y un esfuerzo de docilidad más perfecto al espíritu de verdad?

No podíamos, por tanto, dejar de encontraros. Vuestro camino es el nuestro. Vuestros senderos no son nunca extraños a los nuestros. Nosotros somos los amigos de vuestra vocación de investigadores, los aliados de vuestras fatigas, los admiradores de vuestras conquistas y, si es necesario, lo consoladores de vuestros descorazonamientos y fracasos.

También para vosotros tenemos un mensaje, y es éste: continuad, continuad buscando sin desesperar jamás de la verdad. Recordad la palabra de uno de vuestros grandes amigos, san Agustín: «Buscamos con el afán de encontrar y encontramos con el deseo de buscar aún más». Felices los que poseyendo la verdad la buscan aún, con el fin de renovarla, profundizar en ella y ofrecerla a los demás. Felices los que no habiéndola encontrado caminan hacia ella con un corazón sincero; ellos buscan la luz de mañana con la luz de hoy, hasta la plenitud de la luz.

Pero no olvidéis: si pensar es una gran cosa, pensar, ante todo, es un deber; desdichado aquel que cierra voluntariamente los ojos a la luz. pensar es también una responsabilidad: ¡Ay de aquellos que obscurecen el espíritu por miles de artificios que lo deprimen, lo enorgullecen, lo engañan , lo deforman! ¿Cuál es el principio básico para los hombres de ciencia sino esforzarse en pensar rectamente?

Por esto, sin turbar vuestros pasos, sin ofuscar vuestras miradas, queremos la luz de nuestra lámpara misteriosa: la fe. El que nos la confió es el Maestro soberano del pensamiento, del cual nosotros somos los humildes discípulos; el único que dijo y puedo decir: «Yo soy la luz del mundo, yo soy el Camino y la Verdad y la Vida».

Esta palabra os toca a vosotros. Nunca, quizá, gracias a Dios, ha parecido tan clara como hoy la posibilidad de un profundo acuerdo entre la verdadera ciencia y la verdadera fe, sirvientes una y otra de la única verdad. No impidáis este preciado encuentro. Tened confianza en la fe, esa gran amiga de la inteligencia. Alumbraos en su luz para descubrir la verdad, toda la verdad. Tal es el saludo, el ánimo, la esperanza que os expresan, antes de separarse, los Padres del mundo entero, reunidos en Roma en Concilio.

Qué decepción

El otro día vi en Menéame un artículo sobre la canción «I don’t like Mondays» (enlace en inglés), que yo conocía de Boomtown Rats (no sabía que Bob Geldof salió de aquí), y veo que hablan de la traducción. ¡Ah, campos de soledad, mustios collados…! No me citan, yo que la traduje en tiempos mejores…

Mira, creo que es mi primer post ego-centrista.

lost+found

He encontrado en casa de mi madre la guía que utilicé cuando hice el camino de Santiago. Y dentro una sorpresa: las tarjetas que compré para regalarles a Álex, David y Patricia, con un texto del escritor andalusí Ibn el Arabi. El texto dice así:

Mi corazón se abre a todas las formas:
es un prado para las gacelas;
un monasterio para los cristianos,
un templo para los ídolos,
el Rábah para los cristianos,
ulas tablas de la Torá y el libro del Corán.

Yo sigo la religión del amor:
cualquiera que sea el camino
que los camellos del amor tomen,
esta es mi religión
y mi fe.

Hoy

El infierno es vivir día a día sin saber la razón de tu existencia.

* Marv (Mickey Rourke). Sin City.

Vía Halón disparado.

OpenOffice 3.0

Estoy gratamente sorprendido con la nueva versión del OpenOffice. Aunque me ha costado encontrarlo para Ubuntu 64 bits, cuando lo he hecho ha sido fácil. Lo he descargado con un formulario que está totalmente escondido en la página de descargas y al final la dirección era

Hay que desinstalar la versión anterior, lo que se puede hacer en Synaptic. Luego, en el terminal hay que ir al directorio donde lo hayas descomprimido y ejecutar sudo dpkg -i *.deb. Si da algún error de dependencias (a mí no me lo dio) con repetir el comando debería valer y ya está instalado.

Pero esto no es un blog de tecnología, sino personal, y lo bonito es que he conseguido que alguna persona (Álvaro, para ser precisos) haya usado OpenOffice. Mi friquismo es feliz.

Vídeo familiar

Lo ha colgado Jesús Mari y aquí lo dejo por tenerlo.

Y para hoy…

Y para hoy ya me he comido mi pequeña ración de esperanza, o sea, mi Esertia cotidiana. Ya sólo me quedan dos cosas para acabar de hacer lo que me dijo Pilar que debía hacer; una es retomar el diario.

Si el hombre pudiera decir lo que ama

Luis Cernuda, el pobre, era homosexual cuando no se podía, y escribió algún poema conmovedor. Me encanta el homenaje a Garcilaso de la estrofa final.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Organización

Mal va El Cerezo si tengo que ser yo quien nos organice…

Por lo menos van respondiendo.

DAT Sur

Tres años después, vuelvo a la DAT Sur. A ver dónde caigo, aunque he de reconocer que me gustaría volver al La Laguna.

Actualizado: Por los pelos. He caído en Parla, pero en el IES Manuel Elkin Patarroyo. A ver mañana, que hoy es fiesta en Parla.

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