Huelga decirlo, estamos en huelga.
En huelga de celos, en huelga de vida.
Encendemos la tele
y no hablan de nosotros.
Porque esta huelga no interesa,
no interesa a nadie.
No hay nadie que quiera saber
que tú y yo ya no trabajamos,
que hemos dejado nuestra labor,
que nuestras almas están en el paro,
perdidas, sin esperanza,
sin nuestros cuatrocientos veintiséis
euros,
sin nada.
Nada más que nada
nada oscura, nada espesa
que nos ahoga, que nos oprime
que aprovecha los tiempos inciertos
para robarnos hasta nuestra crisis.
Y quisiera ir a las barricadas,
colgar pancartas que expresen
nuestra crisis;
pero no encuentro papeleras que ardan
tanto como arde mi huelga;
tanto que su luz ilumine mi caída.
Anda, busca en tu interior,
quizás basten
para construir mis barricadas
tus huesos polvorientos
y sirva como yesca
tu corazón seco.
Madrid (España), 2010-11
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