Te empapaste en la oscuridad.
Ha estado lloviendo en el parque pero mientras tanto,
al sur del río te detienes y contemplas todo.
Una banda está tocando dixie a ritmo de dos por cuatro.
Todo está bien cuando oyes esa música sonar.
Entras de un paso pero no ves demasiadas caras
saliendo de la lluvia para oír el jazz caer.
Demasiada competeción, demasiados otros lugares
pero no muchos cuernos pueden hacer ese sonido
en el camino que baja a sur, el camino que baja al sur, Londres ciudad.
Compruebas la guitarra. George, él se sabe todos los acordes,
Mind, él marca estrictamente el ritmo, no quiere hacerla llorar o cantar
y una vieja guitarra es todo lo que puede permitirse.
Y él se levanta bajo las luces para tocarla.
Y a Harry no le importa si no llena el escenario,
él tliene un trabajo de día que hace bien
él puede tocar honky tonk como nada,
reservándolo para el viernes noche
con los sultanes, con los sultanes del swing.
Y hay un grupo de chicos, están tonteando en la esquina,
bebidos yvestidos con sus mejores bombachos y plataformas.
No dan una mierda por ninguna banda que toque la trompeta,
no es lo que ellos llaman rocanrol.
Y los sultanes tocaban creole.
Y entonces el hombre, se dirige al micrófono
y dice al final justo cuando suena el timbre
«Gracias, buenas noches, es hora de irse a casa».
Y lo hace rápido con una cosa más.
Somos los sultanes del swing.
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