Camino de Santiago
Qué mentiroso soy… Había prometido no continuar, pero aquí estoy otra vez. Ahora, sin embargo, el objetivo es otro. La semana que viene salgo hacia Ribadeo para hacer unos 180 kilómetros del Camino de Santiago, por la ruta del Norte.
No estoy en mi mejor momento, y espero que esto me sirva para reordenar mis ideas y seguir adelante, que es lo que necesito ahora mismo. Mi idea, ahora mismo, es llevar a cabo un diario durante todos estos días, y cuando vuelva a casa, irlo pasando por aquí. Para quien le interese, si es que hay alguien.
1 de julio, 9:15
Salimos bien de Madrid. El viaje, como era de prever, se hace largo y aburrido, muy pesado. Sólo lo amenizan unas señoras quejándose del retraso (casi una hora hasta Ribadeo, se acabó lo de ver la playa de las Catedrales). Desayuno y me planteo hacia dónde ir.
1 de julio, 12:55
Llegamos a Vilamartín Pequeno. En la fuente que hay a la entrada me encuentro con dos alemanas que vienen de Gijón. Por lo que he entendido, van a cachos desde San Sebastián y empezaron en 2003. Me acuerdo de una canción destroy que oíamos de jóvenes.
He pasado por Vilela, donde dos hermanas mayores me dan conversación, donde un hórreo recién restaurado, y me ofrecen un vaso de agua. Se me olvidó llenar la cantimplora, y no sé dónde voy a comprar pan. Ya veremos.
Seguimos por Vilar, Celeiros, Esfolado y A Ponte. Una subida me fuerza el bajón, pero a Vilamartín llego bien.
Estaba terminando de escribir, pero llegan las alemanas por el camino, las dejaré otra vez tiempo, prefiero no adelantarlas. Aunque si se paran a coger fruta poco van a adelantar.
1 de julio, 14:10
He llegado más lejos de lo que pensaba, al refugio de Gondán, pero está cerrado. quería, más que nada, que me sellaran la credencial y comer, un paisano me había dicho que había mesas. Como lo uno no puedo, me limitaré a comer, y sin pan. Bueno, menos da una piedra.
He adelantado a las alemanas. A ver si llegamos todos a Lourenzá y nos presentamos.
La ruta. He pasado Vilamartín Grande y he querido bajar un poco, y he llegado sin darme cuenta a Gondán. No hay encuentros que reseñar.
1 de julio, 17:30
Llegamos a Lourenzá. Una pareja y las alemanas. Buen ambiente: me he ido de cañas con Kepa e Inés y hemos comprado comida entre todos para cenar: ensalada y pasta, qué típico. Por cierto, parece ser que en Lourenzá se come muy bien en el Galaxia.
La pareja vienen de Gijón, y es la primera vez que ella hace el Camino. Parecen muy majos.
Hemos visto también la iglesia-monasterio de aquí, con un museo (2 € que merecen la pena).
Después de comer me ha dado un bajón, tengo que intentar pensar en Patri lo menos posible (pero es que cada vez que la veo me pongo malísimo). Menos mal que, como pronto, hasta el 23 nada.
Cómo me gustaría dejar de quererla, pero va a ser complicado. Menos mal que con el cansancio poco va a pasar esta noche.
He comprado comida para evitar el problema de hoy. No sé si va a caber en la mochila, que está a punto de estallar, pero apretando y metiendo todo en la tartera espero que no haya mucho problema.
2 de julio, 11:35
He dormido más de lo que quería, pero lo necesitaba después del autobús.
Ayer cenamos a gusto. La alemana rubia come como una lima, nos da 10 vueltas a Kepa o a mí. Nos hemos acostado y me he levantado a las 8:30. Salí un pelín más tarde de las 9 y he llegado ya hace un rato a Mondoñedo. He visto la catedral, muy sencilla y coqueta, y estaba en unos soportales de la plaza mirando un cartel sobre «el mago Merlín de Mondoñedo» y ¡le he visto! Es un hombrecillo curioso, que habla muy bajo. Estaban limpiando la plaza para una fiesta o algo así y no le he entendido la mitad de las cosas que ha dicho. Ya le había visto antes, me lo he cruzado al salir de la catedral, y me había llamado la atención la vestimenta.
Tengo que ver si encuentro la farmacia para comprar Betadine. Por ahora seguiré pasando sin protector solar.
2 de julio, 17:50
He llegado a Abadín. Qué asco de etapa. Hasta Mondoñedo muy bien, pero luego perdí el camino y acabé en la nacional sin una puta sombra. Comí en una cuneta y eché el aislante para dar una cabezada y en media hora la sombra ya se había ido. Al final he recuperado el camino, pero la solana ha sido brutal. He llegado hasta las pelotas, la verdad; no muy tarde, como a las cinco, pero no tenía ganas de seguir. Miraré mañana o pasado para dormir al raso.
Me he encontrado con las alemanas. No llevan aislante, y el polideportivo de Abadín es cutrre de pelotas. No tiene colchonetas, así que cogerán el autobús para Vilalba y Santiago, lo dejan aquí por este año.
Hay dos señoras aquí, catalanas. Empiezan mañana. También les ha encantado mi guía.
Me dedicaré a mirar el dinero que voy gastando.
3 de julio, 14:30
Hoy no he escrito en ninguna parada, estaba distraído calculando cuánto tendría que andar por la mañana para ir desahogado y llegar mañana a Miraz. He salido a las 8, pero no encontraba el móvil, y he vuelto varias veces a buscarlo al polideportivo. Joé, qué cutre era. La primera vez he visto la toalla, que ya me la dejaba.
He ído despacito al principio, probando la planta del pie izquierdo, que me está molestando. He parado a desayunar en un cruce, buscando la luz. hoy se ha despertado nublado el día, y ahora incluso está desapacible, pero estoy en una terraza entre el parador y la iglesia de Santa María de Vilalba (el pueblo de Fraga).
Es muy bonito el pueblo de Goiriz (Goiri+Góriz, jejeje). La iglesia es de las pocas porticadas, seguramente porque es de las pocas que se hicieron pensando en los peregrinos. El cementario, aunque raro, es también muy bonito. Eso sí, hay un inenarrable monumento a los caídos en la santa cruzada.
En Goiriz he alcanzado a las catalanas, y eso que salieron con una hora de adelanto y yo tuve que volver. Creo que se quedarán en el albergue de aquí, que es totalmente atómico. No sé si funcionaba, pero tenía un puesto informático de información peregrina.
Es bonito Vilalba aun teniendo un busto de Fraga (Raga, ponía) de ¡1970!
Hoy he pensado menos, y eso que pensé ayer que hoy tocaría desahogarse, pero el estar pensando en cuánto hacer y en pillar a las catalanas, que siguieron andando mientras yo veía Goiriz, me ha distraído. A ver si estar tarde hago 10 o 15 kilómetros y mañana no tengo que hacer demasiado hasta el refugio.
Como anécdota, una vaca se ha enamorado de mí y me ha seguido por toda la finca en la que estaba. También, llegando a la glorieta de entrada a Vilalba, he pasado debajo de unos cables de alta tensión que sonaban como si fueran a empezar a soltar chispas de un momento a otro. Ha sido un momento sobrecogedor.
Ah, y he rezado por primera vez en mi vida el Benedictus, que creo que es la versión católica del Shemá Israel. Ha sido algo nuevo.
3 de julio, 18:55
He andado algo más de lo que pensaba. Calculaba hacer 28 kilómetros y al final habrán sido 31 o 32. He salido de Vilaba por el mal camino, y he dado un rodeo hasta Puente Rodríguez, pero no habrá sido más de un kilómetro perdido.
La verdad es que ya ando un poco grogui, sobre todo desde hace una hora. Me he cruzado con un abuelo y al saludarme ha hecho gesto de pararse. He estado veinte minutos hablando con él., primero recordando cómo eran los «barrios» de San Juan de Alba, y luego del exceso de libertad, con los «mosesuales» y todo. Me ha hablado de su familia, el típico caso de éxodo rural moderno: un hijo suyo trabajó en la central de As Pontes y mandó a los dos nietos a estudiar la carrera a Coruña. Pues al hijo le prejubilaron y decidió, por ahorrar, irse con los nietos a Coruña, y hasta el abuelo suele parar por allí. El hombre estuvo en el ejército, debe de ser la típica vida normal de la que se podría hacer una película.
Estoy en un prado, junto a una gasolinera de Agip, donde voy a pasar la noche. Estoy un pelín acojonado, porque ha habido un momento en que parecía que iba a empezar a llover, pero ha paredo, a ver cómo es la noche.
4 de julio, 13:00
Parece que ya se ha convertido en costumbre no escribir hasta la parada para comer.
Esta ha sido una noche de perros. No es que haya llovido demasiado, excepto un ratito, pero no encontraba la postura y he dado muchas vueltas. ¿Cuál ha sido la consecuencia? En una de estas, toda el agua que había sobre la capa de agua se me ha vertido encima, por la cintura y los pies. La cintura se ha secado, pero los pies no, no sé qué haré esta noche en Miraz. Además he pasado frío, empecé la noche en pelota y acabé con pantalón largo.
El día, sin embargo, ha sido provechoso. no estoy madrugando, he empezado a andar a las 8:30, pero hasta las 12:45 que he parado aquí, no he parado más que a desayunar en Baamonde y un par de escalas técnicas.
He sacado unas cuantas fotos: en Baamonde a la iglesia y el calvario, a algún cruceiro y también una comparativa: feísmo frente a imaginación. En los tres kilómetros de N-VI han pasado por la vía paralela un regional cortísimo, el expreso Barcelona-Coruña y un mercancías. He cruzado la vía cerca de la ermita y fuente de San Alberte.
Después, el camino se ha alejado de la N-VI y de la autovía nueva, y ha sido muy tranquilo, pasando por pistas cómodas hasta aquí, pasando por Santa Leucadia o Aldar. He ido cantando canciones del campamento.
Ahora, a ver si como y encuentro una sombra donde echarme un rato y seguimos los cuatro kilómetros que quedan hasta Miraz.
4 de julio, 17:40
Llegamos cómodamente a Miraz. Me da rabia no haber salido antes, si llego a madrugar y a haber comido aquí, me habría planteado llegar a Sobrado. Pa cojones, los míos.
El albergue de aquí no es la mierda de refugio que anuncian todas las guías. Este año lo ha cogido una fraternidad inglesa y lo han dejado muy aparente, con ducha, agua caliente, lavadero y una cocina bastante bien equipada.
Yo pensaba que no los veía hasta Santiago si eso, pero aquí estaban Kepa e Inés. Me alegro de verles. Hemos estado compartiendo experiencias. Tienen más ellos; supongo que las «buscan» más que yo, que básicamente quiero experiencia de silencio y soledad. Han visto el museo de Baamonde, y sabían que el castaño del calvario es milenario, y donde el elefante hablaron con el escultor, la estatua es para una urbanización de Tenerife y le van a dar 4 kilos de nada.
5 de julio, 16:30
Rompiendo la costumbre, hoy no escribo hasta después de comer.
La etapa no tenía mucho: un comienzo pestoso y lioso, aunque sin mucha pérdida, y mucha carretera, el antiguo Camino Real. Era bastante corta, salía las ocho menos cinco de Miraz y a la una y media estaba en Sobrado. Lo único casi que reseñar es que el tobillo izquierdo ha estado a punto de decir basta; demasiado tiempo forzando posturas con el bastón, me parece. He estado puteado, pero en cuanto he colgado el bastón lo peor ha pasado.
Ayer llegó otra pareja que todavía no ha llegado a Sobrado. Se les va a hacer largo hasta Santiago, yo me levanto tarde, pero ellos más todavía.
El hospitalero de Miraz es un inglés cincuentón y muy simpático. Trajo a su sobrino, un adolescente pelirrojo con orejas de soplillo, y nos contó en el bar que se había peleado con Conchi, la hospitalera de Baamonde, por haber mandado a 40 a Miraz…
Cenamos todos juntos pasta que habían traído Kepa e Inés. Va a haber que comprarles algo, miraré en la tienda del monasterio.
«Enhiesto surtidor de sombra y sueño», dijo Gerardo Diego al ciprés de Silos. Aquí no parecen cipreses, parecen arbustos a lo bestia. Hay 4 en este claustro, el de los medallones, y 2 en el de peregrinos.
Sobrado es precioso. Se nota que estuvo abandonado, pero es precioso. Lástima que el techo del claustro de los peregrinos no esté acabado.
La iglesia parece salida de una leyenda de Bécquer. No hay nada, excepto arquitectura: casi ni velas, ni un retablo ni nada. Sólo las bóvedas y las capillas, y tres sepulcros, además de las tumbas de los frailes en el presbiterio. Todo muy adornado a lo neoclásico y muy, muy bonito. Bueno, mentí, sí hay una maqueta de la catedral de Santiago en resina, enorme, de quizás cinco metros de lado.
Dan menos cuarto. Las campanadas se meten en los oídos y resuenan. Un pájaro baja a picar al calustro y dos niños de visita se ríen. Miraré a ver si hay visitas guiadas y luego seguiré.
5 de julio, 17:05
No parecía que hubiera visitas, así que me vengo para la habitación. Me recuerda al refugio de Góriz, en Ordesa; en un espacio pequeñito entran 16 literas con medio metro de pasillo.
Lo cierto es que estoy cansado. 24 kilómetros por la mañana. Es cierto que cada día tiro más, pero el tobillo me preocupa.
Hemos pasado por bastantes pueblos. Era mucha carretera (LU y AC-937, creo), pero no había nada que ver, al revés que ayer, hasta aquí, claro. Además, como iba un poco pendiente del tobillo, no iba mirando mucho. Uno de los desvíos para no hacer carretera en Misión me lo he comido con patatitas.
Por la mañana ha caído un calabobos pesao, y cuando la chaqueta ha empezado a calar porque caía un poco más fuerte, he parado a ponerme la capa de agua. Murphy, evidentemente, ha acudido al rescate y a los dos minutos ha parado.
Creo que, en lo que toca al motivo por el que estoy en Sobrado escribiendo en lugar de estar en el Centro montando cosas, voy llegando a una conclusión, pero esperaré a llegar a Santiago para confirmarlo.
5 de julio, 21:10
No pensaba volver a escribir hoy, pero he rezado vísperas con la comunidad y ha sido una experiencia muy bonita. Nunca lo había hecho, y ha merecido la pena, aunque sé que hacerlo todos lo sdías me acabaría crispado.
Cantaban casi todo, menos la larga lectura del libro de la Sabiduría que ha leído una monja que vive también aquí. No era gregoriano, pero con el órgano daba mucha paz. La verdad es que me he emocionado en algunos momentos.
Es cierto que el canto de los monjes ayuda a rezar.
Luego me he acoplado con la visita guiada para el grupo de jesuitas de Bilbao. El monje era muy simpático y la sesión final de preguntas ha sido muy interesante, sobre todo cuando ha explicado su vocación. Me pareció que lo explicaba muy sencillo: lo conoció y penso que aquello «era lo suyo». Son trapenses, de la orden del Císter.
He comprado unos regalitos para Álex y David (se los daré el día de la familia) y unas tarjetas de Ibn al-Arabí para Kepa e Inés. Las escribiré y, si los veo en Santiago, se las daré (si me atrevo, que para esas cosas soy muy cortado).
6 de julio, 21:55
Un día menos. Hemos salido a las 7 de Sobrado, unas vistas preciosas. El principio de la etapa está bastante bien, pero en cuanto llegas a Boimorto y coges la puta CP-0603, es una carretera nueva, trazada con tiralíneas por medio del monte, en línea recta subiendo y bajando.
A la hora o así me encontré con Inés y Kepa, se habían despistado y les había adelantado por el camino. Hemos ido juntos.
En Boimorto tuvimos problemillas para encontrar pan, y eran casi las 10 de la mañana. Al final encontramos unas «bolas», como roscas muy planas.
Hemos cogido el atajo hacia Santa Irene, y ha sido un ritmillo curioso, por no decir que hemos ido a todo tren. Después de para a comer algo de pan con queso, hemos cogido una «pala», como dicen los pamploneses, y dos horas subiendo por la carretera.
7 de julio, 16:25
Ayer era muy tarde cuando empecé a escribir y preferí irme a cenar.
La subida de ayer fue mortal, y entre Inés y yo fuimos marcando un ritmo que para qué contar. Cuando creíamos que ya habíamos llegado arriba, porque el monte se acababa, la carretera torcía a la izquierda y seguía para arriba.
Creí que me moría, pero seguimos y paramos a beber algo cuando llegamos arriba. Creíamos que nos quedarían al menos un par de horas, eran como las dos, pero a los 10 minutos encontramos el cruce con la N-547 que nos llevaba de vuelta al Camino, ya el Francés. Nos quedaba menos de la mitad de lo que pensábamos, y llegamos a Santa Irene sin mucha novedad. Comimos y nos duchamos, y yo me eché una siesta que duró dos horas y media. Mientras tanto había juerga, pero no me enteré de nada. A las 6 me desperté, noté que me dolían las caderas y seguí hasta las 7.
Subimos a tomar unas cervezas y llegó el trío calavera: los alemanes y el calvo. Se pidieron una botella de Coto y se quedaron allí a cenar. Nosotros tres bajamos y quise escribir y me puse, pero había que cenar, y nos dieron las 11.
Y hoy me he despertado a las 6. Bueno, más bien me ha despertado Inés, porque el móvil me sonó a las 5:30 pero ni lo oí.
Salí todo lo fuerte que pude, después de 5 minutos muy flojos para que calentara el tobillo, porque quería llegar con tiempo a la catedral, y pasé muy rápido Arca, Lavacolla, San Marcos y el Monte do Gozo. Me hizo gracia llegar a un punto, donde recuperamos la N-634, que conocía de pasar en coche. El día era fácil, la subida al Monte no tiene más que dos rampas fuertes, y son cortas.
Paré y eché una foto en el monumento al peregrino, pero no vi la catedral. Siempre me pasan estas cosas, no sé mirar, supongo.
Un poco antes me había encontrado con el alemán loco. El hijoputa iba en chanclas, con calcetines y a toda hostia… He ido un rato hablando con él, pero en seguida le he dejado irse para adelante. La historia de cómo pasó Picos fue divertidísima, según lo contó ayer, pero tuvo que ser duro.
Llegando a Santiago me ha pegado la hebra un tipo del Francés, pero sus historias eran historias de viejos autosatisfechos y la verdad es que no me interesaban demasiado, así que le he dejado en un semáforo y he llegado hasta la catedral. Los pelos de punta, la verdad.
He entrado en la cripta, he asistido a la misa del peregrino (la gente aplaudió después del botafumeiro, a mí me pareció una falta de respeto, estábamos en misa) he entrado por primera vez en el claustro y me llamó mi tío Chus.
Me recogió en el convento de San Francisco y vinimos a comer a Bertamiráns. Esta tarde iré a Rianxo, pero eso es mi camino, y no el Camino, así que lo dejaremos aquí.
¿La conclusión a que había llegado? Pues que la quiero y la echaré de menos, pero que no quiero hipotecar mi vida por ella. «Si tenemos que volver, ya volveremos»…
Creo que el Camino del Norte es una experencia que merece la pena. De verdad. A mí me ha ayudado y me ha dado muchísimo.
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