Primeramente, debemos tener las pequeñas láminas que nos salen de los dedos, que para abreviar llamaremos uñas, limpias y totalmente secas. Deben estar en la forma que deseamos y esa forma la podemos conseguir con distintos utensilios, como unas tijeras, o un objeto con la superficie finamente estriada para desgastar las uñas o mismamente con los dientes.
Tras esto, para seguir con el duro proceso, necesitamos el objeto principal, una laca que puede ser de diferentes colores, con rápido secado y un olor muy estridente que te puede enamorar o producirte ganas de arrancarte las fosas nasales. Con una gran habilidad, debemos conseguir destapar el bote, desenroscandolo, y sacar el pequeño utensilio hecho para pintar, con un mango y pelos en el extremo inferior. Lo acercamos a la lámina del dedo que queramos decorar, y con buen pulso, deslizamos las cerdas por nuestra delicada uña. y así, por las 20 uñas que tenemos en nuestro hermoso y bello cuerpo.
Debemos esperar unos minutitos para que la pintura, con ese maravilloso olor, se seque y podamos seguir con nuestra maravillosa vida, ahora con las uñas bien bonitas.