Tema difícil este, cuando no tendría que serlo. Difícil porque los profesores no estamos formados, porque el currículo oculto huye de la oralidad como de la peste, porque la inercia de una formación centrada en lo escrito es muy difícil de vencer. Pero es necesario.
Aunque desde que empecé a dar clase he intentado dar más importancia a la oralidad (recitado de poemas, debates, etc.), lo cierto es que creo que es uno de mis puntos débiles como profesor de Lengua (¡no de Escritura!). Por ello me pareció tan interesante el curso La oralidad del siglo XXI: del patio a las aulas pasando por las redes organizado por el MECD y la UIMP.
Aparte de pasar una semana muy rica en Coruña escapando del calor torrador de Madrid, el curso ha sido muy interesante, con ponentes tan interesantes como Fernando Trujillo (Universidad de Granada), Fernando Bercebal y Ana Carril (Ñaque), Víctor Sampedro (Universidad Rey Juan Carlos) o de Helena González (Institut de Recerca Biomédica) y Ana Payo (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados) que vinieron por The Big Van Theory, asociación de divulgación científica que acaba de cambiar su nombre a Big Van a secas. Cito solo a quienes más me impresionaron, pero el conjunto fue bastante interesante.
En el curso hubo espacio para elementos más lúdicos, los talleres de Fernando B. y Ana, los juegos que presentó Fernando T., y también para una reflexión más teórica, hasta una conferencia sobre la poesía improvisada en general y en Cerdeña (a cargo de Daniela Zizi). Pero hoy lo que me ha llevado a desempolvar el blog, que estaba demasiado tranquilo y hasta desactualizado, ha sido ponerme a revisar los materiales y volver a ver, esta vez entera, la presentación de Fernando Trujillo, de la que apenas le dio tiempo a mostrar una tercera parte. Aquí está entera, para darle un nada de difusión y para tenerla controlada.
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