Mis Navidades… Ningún año me ha dado por analizar mis vacaciones ya que ningún año me ha pasado absolutamente nada extraordinario. Este tampoco, pero tengo que hacerlo.
Tras quince años de vida no he conseguido aprenderme las fechas en las que son las fiestas oficiales. Pero si he conseguido darme cuenta de lo bonito que es la ilusión y la inocencia, y desgraciadamente, lo que sospechaba desde hace ya unos años, se confirma, la gran hipocresía que hay en esta época. Y no me gusta, pero creo que hay que cumplir un pequeño protocolo (o al menos en mi familia es así) y parecer que sí, te gusta la Navidad y te lo pasas genial con tu familia, la que no se preocupa en todo el año por ti pero ahora, mágicamente, les produces un mínimo interés.
Lo mejor de mis Navidades ha sido que ha venido una de mis mejores amigas de Irlanda ya que esta estudiando este curso allí. Lo que la echaba de menos. Y lo que me ha costado despedirme de ella. Me he dado cuenta de lo que necesito a cierta gente y de lo que me sobran o sobraban otros, por mucho que quisiese negármelo y hacerme creer que eran necesarias cuando lo único que conseguían era hacerme ir más lento. Borrón y cuenta nueva. Año nuevo y vida nueva, gente nueva y propósitos nuevos, que ya que estamos, no estoy cumpliendo demasiado, pero bueno, tengo un año entero.
Por cierto, odio el turrón.