Hoy estamos con Bruno Puelles, actor de teatro que va a contarnos un poco cómo ha ido su carrera y cómo se ha desarrollado.
B: ¡Hola!
A: Bueno, Bruno, mi primera pregunta es: ¿cuándo comenzaste a hacer teatro en general?
B: Empecé a los 7 años en una obra del colegio, ya que se inauguraba un edificio nuevo de mi escuela e hicimos una representación para explicar el proceso de cómo se construía el sitio. Yo hacía de una de las plantas que existían en el solar donde después construyeron el colegio. Sí, una historia trágica.
A: ¿Y de verdad cuándo empezaste a actuar?
B: Cuando estaba estudiando bachillerato leí unas obras de teatro de Valle-Inclán que me interesaron mucho y yo, que hasta entonces escribía narrativa, comencé a escribir teatro porque me gustó y me inspiró mucho esa obra en concreto. Y entonces, a raíz de haber escrito ese texto, algunos amigos del colegio dijeron que la querían representar; le pedimos permiso a un profesor y nos confirmó que podíamos interpretarla allí mismo en el colegio, y pusimos en escena esa misma obra que era la tercera que escribí. Nos salió muy bien y, por ello, la movimos a un centro cultural. Luego, poco a poco empezamos a hacer teatro. Y comencé a actuar porque éramos los que éramos, y lo hacíamos todo nosotros: el vestuario, el decorado, la actuación, sencillamente todo.
A: ¿Cuál fue tu motivación para iniciarte en esta actividad?
B: Supongo que la motivación fue empezar a escribirlo, y la motivación para empezar a escribirlo fue comenzar a leerlo, pero en realidad, creo que el impulso para hacer teatro es que siempre me ha gustado mucho jugar a juegos en los que cada uno tiene un rol concreto.
A: ¿Te consideras una persona tímida?
B: No, no me considero tímido. Pienso que soy reservado, pero no tímido.
A: ¿Te resultó complicado hacer frente al público la primera vez?
B: No, para nada, ya que estaba muy metido en la historia, me lo creía mucho y entonces no era consciente de la presencia de la gente mirando.
A: ¿Qué sentiste cuando actuaste por primera vez?
B: Aunque no lo recuerdo con certeza, me acuerdo de que me hacía mucha ilusión esa obra. Fue un proyecto en el que yo estaba muy involucrado porque además me habían dado el papel que yo quería. Además, estaba entusiasmado por un disfraz que me parecía fenomenal (contaba con una especie de gorro con un árbol de cartulina) y entonces me sentía muy contento con eso. También estuvimos jugando con la obra y hablando de aquello años y años después.
A: En términos teatrales, ¿cuál es tu zona de confort? ¿Con qué tipo de personajes te encuentras más cómodo?
B: Me siento cómodo con personajes más textuales que gestuales, a pesar de que este año, que he estado interpretando a Peter Pan, he roto un poco esa barrera debido a que es un personaje puramente gestual. Aún así, yo creo que sigo aferrándome bastante al texto. Sobre todo me encuentro bien con personajes que pueda entender intelectual y emocionalmente. No identificarme, que no tiene por qué, pero sí que tengan una historia que yo pueda comprender y también apropiarme de ella y sentirla dentro, ya sea porque tienen conflictos o porque son personajes muy intelectuales que piensan y reflexionan sobre cosas concretas y yo puedo hacerme una idea de qué es lo que está pasando por la cabeza de esta persona. Me cuestan más los personajes que no dan tanto margen para construir el interior del sujeto.
A: Ahora, ¿qué es lo que más te gusta del teatro?
B: Lo que más me gusta es que es una forma muy potente de contar historias que llega muy bien a la gente. Creo que se debe a que es una manera muy antigua de compartir historias y que entonces nosotros entendemos muy bien ese lenguaje cuando servimos de público en una obra. Eso es lo que me gusta más: el hecho de contar una historia o de escucharla y verla en caso de formar parte de los espectadores.
A: ¿Y lo que menos?
B: Lo que menos me gusta es que, en mi opinión, es un ámbito en el que frecuentemente hay personas con las que es muy difícil trabajar. Lo que pasa es que en el teatro, que es una actividad donde se debe exponerse a sí mismo y luchar para abrirse camino, hay mucha gente muy competitiva (muchas veces, con un ego muy alto, puede que dadas las circunstancias) que se convierte en personas con los que a mí me cuesta trabajar. Luego también hay personas maravillosas que te alegras mucho de encontrar porque es genial trabajar con ellas, pero a veces es difícil encontrarlas.
A: ¿A qué compañía teatral perteneces?
B: Estoy en la compañía Contraseña: Teatro desde su año de creación, 2010.
A: Tengo entendido que tenéis dos obras en activo: la primera de ellas, Peter Pan, en la que das vida al protagonista. ¿Te resulta un personaje complicado?
B: Me costó muchísimo hacerme con el personaje por lo que dije anteriormente sobre que los personajes gestuales me resultan más complicados, pero el hecho de haber hecho danza contemporánea durante un tiempo me ayudó a conseguir la gestualidad de Peter. Es el reto con el que me encontré con este personaje. Otra dificultad de Peter es que tiene muchas variantes: existe el Peter Pan de Disney, que está totalmente edulcorado, el de Barrie, que es un poco siniestro ya que, si lees la novela, piensas que es un personaje muy poco fiable, y el Peter Pan que el público espera que representes, por lo cual has de encontrar un equilibrio entre esos elementos: su lado salvaje, su parte despiadada ya que al ser un niño no entiende lo que hace y la muerte no tiene ningún significado para él, por lo que algunas de sus acciones pueden parecernos bárbaras, pero también un espíritu juguetón y muy inocente porque sólo quiere divertirse y además tiene unos cambios de opinión muy bruscos. También esto supuso un reto; que encontráramos algo con lo que todos estuviéramos contentos porque no queríamos hacer el Peter Pan de Disney, eso seguro.
A: Sabemos que en el teatro es muy importante, así que: ¿cuál es la valoración le ha dado el público a Peter Pan?
B: Esta obra la llevamos haciendo dos años y ha cambiado mucho porque hemos hecho modificaciones en el elenco, hemos añadido partes de danza, hemos eliminado escenas enteras que no funcionaban bien, etc. El primer año en escena nos sirvió para ver qué funcionaba y qué no e ir perfilando, con lo cual ha cambiado mucho: el año pasado teníamos críticas muy positivas y también algunas sugerencias para mejorar, que nos fueron muy útiles, y tras ese lavado de cara, todas las críticas que hemos recibido ahora son positivas.
A: La segunda obra que tenéis en activo es Viajeros al tren. ¿Cuál es su argumento?
B: Trata de un tren que está viajando en una noche de tormenta y se queda parado en mitad del recorrido. Cinco personas de un mismo vagón se quedan encerradas en él sin saber por qué y, al comenzar a preguntarse qué ha pasado y comunicarse entre ellas, se aburren y surge una especie de juego donde intentan adivinar de quién es cada una de las maletas con tan solo mirar su contenido. Pierde el dueño de la maleta al que descubren, lo que pasa es que, cuando las abren, encuentran cosas que no se esperaban.
A: ¿Si tuvieras que escoger entre una de las dos obras, cuál sería la elegida?
B: No lo sé, ya que son muy distintas; Peter Pan es para todos públicos y es un alarde de imaginación tremendo porque el autor es maravilloso, además de que es muy divertida, muy mágica. Y Viajeros al tren es de misterio pero muy desenfadada, no es de misterio siniestro en ningún momento; también es cómica, pero se utiliza un sentido del humor más irónico que en Peter Pan, y es para adultos. Además, «Viajeros» tiene una reflexión sobre el proceso creativo de los artistas, pero para entenderlo tendrías que verla ya que no va ligado al argumento, sino a la puesta en escena, lo cual me parece muy bonito. Entonces no sabría elegir porque son muy distintas. En cuanto a personajes, me divierto mucho haciendo de Peter pero mi personaje en «Viajeros» está en mi zona de confort: es irónico, está cansado y malencarado y tiene muchas cosas en las que pensar, así que a lo mejor me quedaría con él.
A: En general, ¿cuáles son tus obras teatrales favoritas?
B: Peter Pan ha estado siempre entre mis favoritas, Luces de bohemia de Valle-Inclán y La venganza de don Mendo.
A: ¿Qué razón haría que te plantearas dejar el teatro?
B: Lo dejaría si ya no me lo pasara bien haciéndolo.
A: ¿Con qué argumentos animarías a alguien a que comenzara en este mundillo?
B: Suponiendo que yo no sé si a esa persona le gusta o no el teatro o si le agrada contar historias, se lo recomendaría sólo por el hecho de que se pierde miedo escénico, el miedo a hablar delante del resto. Incluso gente muy tímida que conozco que ha hecho teatro ha sido capaz de ponerse ante un grupo de personas y hablarles, desde presentaciones de tesis de fin de máster hasta dar una charla profesional en un momento dado, o incluso afrontar una entrevista de trabajo. Yo pienso que es muy útil tener esa capacidad de solventar ese tipo de situaciones tensas y mantener el tipo y resultar agradable al hablar sin dejar ver que te estás muriendo de los nervios.
A: Por último, ¿hay alguna mala experiencia por la que hayas pasado?
B: Sucedió en un proyecto muy ambicioso, muy difícil de realizar y en el que había mucha gente implicada y con objetivos muy distintos entre sí; algunos querían hacerlo porque les gustaba mucho la idea, otros porque creían que saltarían a la fama con él, otros pensabas que se iban a hacer ricos, algunos más porque querían pasar tiempo con sus parejas (también involucradas en el proyecto), otras personas porque les divertía, o porque simplemente les apetecía probar, y al final se creó una situación en la que algunos no trabajaban tanto como el resto esperaba, ya que su único objetivo era pasarlo bien, y los que querían ganarse la vida con ello colaboraban mucho más de lo necesario y se frustraban porque veían que los demás no seguían ese ritmo. Al final, unos acabaron frustrados porque pensaban que se les exigía mucho, otros porque creían que el resto no trabajaba lo suficiente y todo el mundo acabó cabreado y de mal humor, yéndose de muy malas maneras o entrando en conflicto porque no tenían los mismos intereses. Fue muy desagradable para todos los que estábamos en medio de esa situación.
A: Hemos acabado. Muchas gracias por haber contestado a mis preguntas.
B: Un placer.