Empecemos por el principio. Para detectar si el día, compuesto de veinticuatro horas, se encuentra en el periodo de tiempo denominado mañana, nos podemos guiar con diferentes técnicas.
La más sencilla, y por consecuencia la más habitual, es el despertador. Cacharro mecanizado que lleva la cuenta de las horas del día y que emite un irritante sonido a la hora que uno establezca, con el fin de interrumpir el sueño. Lo común es ponerlo sobre las siete de la mañana, aproximadamente.
La siguiente técnica suele ir precedida de la ya descrita. Consiste en acercarse al hueco ubicado en una de las paredes del espacio en el que duermes y abrirlo, ya que normalmente permanece cerrado y/o tapado durante el periodo de sueño. Tras abrirlo, se comprueba que hay alguna persona desangelada, similar a tu estado en ese momento, en la calle (ese lugar que habitualmente está al otro lado del hueco de la pared). Si por defecto vives en un lugar poco transitado, no será muy fiable el recurrir a dicha técnica, por lo que deberás fiarte de la cantidad de luz que hay en la calle. Esta técnica no es la más precisa, puesto que dependiendo de la estación del año, compuesto por doce meses, divididos cada uno en veintinueve, treinta o treinta y un días (ya expliqué anteriormente lo que era un día), puede variar la cantidad de luz que hay en el exterior, ya que el Sol se encuentra en diferentes posiciones respecto a la Tierra según el mes. Me veo en el deber de explicar qué es el Sol. Coloquialmente, se podría definir como estrella (cuerpo celeste que brilla en el firmamento) de gran tamaño que ilumina y sirve de eje a La Tierra, planeta en el que actualmente te encuentras. Todo a tu alrededor pertenece a La Tierra. A excepción del cielo, el cual podrás detectar proyectando tu cabeza hacia arriba. En el cielo está el Sol. Si bien cuando te asomas a la ventana, la calle está iluminada, claramente ya es de día. Si por el contrario carece de luz, puede que siga siendo de noche y te hayas confundido.
El consejo extra es que, para detectar ágilmente si es hora de despertarse, permanezcas en silencio aguardando escuchar el sonido de las cañerías de los vecinos en pleno funcionamiento. Si logras detectarlo, ¡enhorabuena! Tu día acaba de empezar.