El concepto “generación perdida” o “generación ni-ni” es el término que se da a los chicos entre 16 y 29 años en paro o con poca preparación académica. Pero, ¿de verdad somos la generación perdida? Por supuesto que sí.
Al menos en España hay 1,4 millones de personas con esas características y muchas de ellas, al acabar sus estudios, se tiene que ir fuera de aquí a buscar, en varios casos, su primer empleo. Gente que ha estudiado más horas de las que tiene el día para que al final esas horas las malgaste en una cola esperando su turno. O gente que ni siquiera puede seguir con sus estudios porque no hay becas para todos y por consecuencia, sin conseguir ese título que te ayuda a dar el paso al mundo laboral.
Valoramos más un aprobado que un aprendido y para ello memorizamos sin saber, olvidándonos de eso al día siguiente del examen. Somos lo que nacimos con la tecnología y los que mejor la conoce, pero no nos podemos separar de ella para darnos cuenta qué es lo que está pasando. Somos los que salimos con nuestros amigos y acabamos todos con el móvil en la mano, sin mirarnos y sin hablar.
¿A caso no nos estamos perdiendo?
Es circular porque la tesis está en el principio como una pregunta que se contesta como un «sí» y se vuelve a preguntar lo mismo al final; mientras que los argumentos están en la mitad.