Se acercaba cada vez más la hora de las uvas, aquella en la que toda la familia estaba espectante en sus uvas y la televisión, aquella en la que toda familia se concentra en comenzar bien el año, yendo uva a uva, paso a paso para obtener un buen comienzo. Bueno, todas las familias…excepto la mía. Es ya tradición en mi familia que para tomar las uvas se haga una cadena, una cadena en la que al mismo tiempo que te encargas de meterle al de al lado una uva, te está entrando otra en la boca. Hasta aquí todo bien, no es una tarea demasiado complicada. El problema viene a partir de la cuarta o quinta uva, aquello se convierte en un desmadre. Es aquel momento en el que comienzan a lloverte uvas en la frente, en la nariz e incluso en los ojos. Ves como las uvas se aproximan a tu cara con una gran rapidez de parte de tus tíos, primos, etc.
En definitiva, dudo que haya algún año en el que alguien de mi familia consiga tomárselas todas sin recibir alguna herida de uva.
jajaja me parto
Eso pasa por comer uvas, yo probaría con otro alimento…