Cuarto Ve

Los servicios de atención a la tercera edad han estado sufriendo problemas de reducción de plantilla, bajas de usuarios… lo cual afecta a uno de los grupos más vulnerables de la sociedad.  Y para mejor información sobre la situación de estos servicios he acudido a mi madre Elízabeth Mantilla, gerocultora de la residencia Amma Valdebernardo, situada en el distrito de Vicálvaro.

PREGUNTA: – Bueno mamá, mi primera pregunta es, ¿en qué consiste su trabajo como gerocultora en la residencia?

RESPUESTA: – Depende del grado de dificultad que tengan para hacer cualquier actividad por sí mismos, mi trabajo consistiría en limpiarlos, el aseo personal, cambios de pañales, levantar siesta, darles de comer, hidratarlos, acostarlos y más.

PREGUNTA: – En la residencia hay cuatro plantas, ¿a qué planta va cada residente?

RESPUESTA: – Como te he dicho antes, consiste en el grado de dificultad que tenga el residente como por ejemplo el grado de dificultad mental como Alzheimer u otras enfermedades musculares y la enfermedad que tenga cada residente como puede ser rotura de cadera, entre otros, marcapasos, parapléjicos, etc.

PREGUNTA: – ¿Usted cree que su lugar de trabajo se encuentra absolutamente capacitado para la realización de sus tareas? ¿Cómo?

RESPUESTA: – Sí, totalmente. Hay desde salas de estar, hasta lavandería, cocina, gimnasio, fisioterapia, biblioteca, capilla, sala de juegos, etc.

PREGUNTA: – En su trabajo, ¿se ha sentido alguna vez menospreciada por ser mujer o extranjera?

RESPUESTA: – Alguna vez, pero la mayoría de nosotras somos mujeres y extranjeras.

PREGUNTA: – Con la crisis, ¿cómo es la situación en la residencia?

RESPUESTA: – Muchas cosas han cambiado, hay mucho estrés, más trabajo, menos personal, la residencia siempre está llena, a veces tenemos que hacer cosas que no es lo nuestro como lavar los platos, que es trabajo de la limpieza, o ayudar a hacer alguna cura al enfermero.

PREGUNTA: – ¿Y cómo son los familiares de los residentes con ustedes? ¿Hacen muchas visitas?

RESPUESTA: – Algunos de ellos son amables, pero otros son desagradables ya que no valoran el trabajo que hacemos con sus familiares. En cuanto a las visitas, hay unos pocos familiares que van todos los días, otros que van de vez en cuando, y otros que ni los conozco.

PEGUNTA: – ¿Cómo es el día a día de los abuelos en la residencia?

RESPUESTA: – Como un día normal y corriente, algunos no se dan cuenta del tiempo, del día en que viven. Los cumpleaños se celebran el último jueves de cada mes de todos los abuelos que cumplieron en ese mes, en la sala de actos. O para navidad vienen abuelos de otras residencias que cantan y bailan.

PREGUNTA: – Por último, en su posición como gerocultora, ¿usted piensa que los abuelos son felices ahí o no del todo?

RESPUESTA: – La mayoría sí, y otros no porque los familiares no quieren verlos u otros presionan a los parientes que tienen en la residencia para quitarles sus bienes inmuebles y llevan abogados para que firmen papeles para que sus bienes pasen a su nombre.