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Donde habite el olvido

He leído en el blog de Toni Solano (@tonisolano) una curiosa propuesta para este fin de semana: aprovechar una actividad del Ateneo de Sevilla para acercar la poesía del 27 a Internet, escogiendo un poema y señalándolo en Twitter con el hashtag #poema27.

Ahí va mi elección, un poema de Cernuda intertextualizado por Sabina años depués.

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

1 comentario

  1. Es evidente que no se puede hacer una lista de los mejores poemas (tengan los adjetivos que tengan: españoles, románticos, del siglo XX, etc.). Ahora bien, los que aparecen en el libro Los placeres prohibidos de Luis Cernuda me parecen, en mi humilde opinión de lector de poesía, de lo más sobresaliente que ha dado la poesía de nuestro país, razón por la cual alabo el gusto de Paúl escogiendo el poema Donde habite el olvido. Personalmente yo hubiera escogido Si el hombre pudiera decir».
    Claro que si nos ponemos, habría que seleccionar algunos de La voz a ti debida o Razón de amor de Pedro Salinas. YA sé que no son del 27, pero cómo olvidar «Si yo fuera Dios» de Ángel Gonzalez (bueno, yo propondría también varios de este poeta, que encanta a los alumnos también, por cierto). Además añadiría alguno de José Hierro, de Claudio Rodríguez ( y sé que no es plato de gusto para muchos colegas, pero eso no me importa a estas alturas de mivida), de Luis Rosales (especialmente de La casa encendida).
    Volviendo al 27 no pasaría por alto alguno de Manuel Altolaguirre ()»La roca», por ejemplo) o de Emilio Prados, y por supuesto de Vicente Aleixandre ( «Pisada humana», «Se querían»…). No quiero olvidar a Lorca, porque alguno me lo reprochará, pero tampoco a Bergamín o al Gerando Diego más vanguardista. Y es imposible no tener encuenta a Rafael Alberti: mis favoritos son los de los primeros libros y los de Poemas de Paraná (¿era así el título?, porque de memoria no me acuerdo con exactitud).
    En fin, que empiezas y no acabas con esta selección. Yo tenía una para mis clase de Primer ciclo y ahí incluía a un «primo del 27» como es Pablo Neruda, uno de los grandes, pero también a un «hermano» como es Miguel Hernández y a un «pariente próximo» como es Octavio Paz. Y podríamos seguir hasta el infinito. Y es que la poesía en español del siglo XX es una mina sin fin y, por tanto, merece la pena hacer que los chicos la lleguen a apreciar.

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