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Privilegiado

Yo me siento un privilegiado. La vida, en general, me sonríe y me encanta mi trabajo. Hago lo que me gusta y me pagan por ello. Y las personas que me rodean suelen estar de acuerdo conmigo.

Y es curioso, porque aunque sea un privilegiado, no hay mucha gente que envidie mi situación. Porque todas esas conversaciones de barra de bar acaban en los mismos tópicos, básicamente el salario (me lo han bajado dos veces [una congelacion es una bajada en términos reales]), las vacaciones (qué hijoputas los niños, que pretenden descansar, y en España tenemos menos vacaciones escolares) y mi condición de funcionario (est0y peor que cuando era interino).

Pero en este país parece que la igualdad es solo para el 99% y tirando hacia abajo. Así nos va y así nos va a ir.

1 comentario

  1. Pero la gente sigue desprestigiando al profesor. Seguimos siendo unos vagos con trabajo fijo.

    Además debemos de ser idiotas porque dedicamos horas y horas, porque nos gusta hacer bien nuestro trabajo, sin contabilizar las horas extra, como en las demás empresas hacen; seguimos formándonos continuamente porque nos gusta ser buenos profesionales…

    Somos unos privilegiados idiotas, porque no informamos al pueblo de todo lo que nuestro trabajo conlleva, porque creíamos que no hacía falta…y actualmente, las declaraciones de Doña Esperanza son más creíbles para los que nos rodean que el relato de nuestras experiencias.

    Qué triste.

    Saludos de una profesora indignada.

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