Leo en Halón Disparado y en Las inquietudes del agente Smith (¿dónde si no?) que es hoy el Día de la blasfemia.
Como creyente no voy a unirme a esta iniciativa, pero me parece que es algo necesario. Todo el mundo (óigase con la voz de Piter De Vries) debería tener derecho a ciscarse en la divinidad que prefiera sin tener que temer por su vida o su integridad física. Es evidente. Que ningún dios sale perjudicado por unas palabras. O eso creo.
Y si crees en un Dios vengativo, déjale a él que se encargue, hombre, que lo hará mucho mejor que tú, ¿no crees?
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