Estoy cansado de «en el bar a las 8» si es jueves, de pasarme por «el bar» sin preguntar el viernes por la noche y verlos, de «bar» después del partido de los sábados.
Siempre estamos haciendo lo mismo y, estoy cansado, como dice El Chojin en la canción que estoy escuchando ahora mismo. Por dos motivos: porque son años haciendo lo mismo mes a mes (¿y aún me preguntáis cómo sigo en el Centro Juvenil después de tanto tiempo?) y porque así no voy a encontrar pareja.
En primer lugar, el hastío de hacer siempre lo mismo. Preciado por lo menos alguna vez propone cosas diferentes, pero nunca le hacemos caso. Y cuando yo lo intento, tampoco suele funcionar. Y no es que me haya cansado de la cerveza, pero es que siempre lo mismo es un coñazo, ¿no? Y soy consciente de que parte de la culpa es mía, porque es más cómodo pulsar el botón de «Realizar siempre esta acción» que buscar otras cosas. Porque lo diferente da miedo.
Y lo segundo es bastante sencillo: creo sinceramente que mi vocación es vivir en pareja. Y, de hecho, creo que soy un buen partido: funcionario y esas cosas. Pero en los ambientes en los que me muevo no me quedan muchas posibilidades de encontrar pareja. Y me gustaría encontrarla, tengo mucha envidia de la gente que ya tenéis esto. E incluso a veces pienso (y sé que no es justo, pero me surge) que parte de lo acomodados que estamos en cuanto a ocio se refiere es porque muchos ya tenéis solucionado esto; ya no tenéis que ligar. Y a veces se me hace duro salir y darme cuenta de que somos nueve: cuatro parejas y yo.
En fin, que este acomodarse también lo estoy viendo en la comunidad, y no me gusta. No me gusta, pero tampoco sé muy bien qué hacer para cambiarlo, porque proponer otros planes de ocio no funciona. Pero seguiremos intentándolo, porque aunque esta entrada suene pesimista no es así como me siento, es más bien un desahogo.
Comentarios recientes