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El sistema educativo en España. Una visión desde el cristianismo

Yo llevo relativamente poco tiempo en la enseñanza, tres años y pico, y siempre en la pública, pero en este tiempo me ha dado tiempo a ver bastantes cosas. La ventaja de los interinos es que vemos mundo, como si nos alistáramos en la Marina: Pacífico, Carabanchel, Parla, La Cabrera, Villalba… Y creo que hay varias causa de la (evidente) crisis educativa que sufrimos.

  • En primer lugar, las leyes educativas en general. La LOGSE podría haber funcionado si se hubiera invertido un puñetero pastón, cosa que no se hizo. Con los medios adecuados, se podría haber hecho más, pero no se hizo. Además, para los que hemos estudiado el CAP, los principios teóricos son demasiado optimistas, parten de la idea de unos alumnos que quieren aprender, y eso nunca ha sido cierto. El constructivismo es, en mi humilde opinión, una chorrada. Luego, la LOCE no hizo nada. Nada. Cambió algunas horas, puteó a algún grupo de profesores y ayudó a otros, pero nada más. Y la LOE, de lo poco que he mirado, me ha parecido una mezcla de LOCE y LOGSE, no tiene casi nada original.
  • En segundo lugar, la formación de los profesores. Nunca ha sido buena, pero cada vez hay una brecha mayor entre alumnos y profesores. El CAP actual es una broma de mal gusto. Debería haber algo como el FIPS de la Autónoma, que viene a ser un máster de año y medio con prácticas y clases teóricas. Aparte, si los que enseñamos no sabemos qué interesa a los alumnos (y no me refiero sólo a las nuevas tecnologías, simplemente a qué les gusta), nos será difícil será motivarlos.
  • Hablando de profesores, también hay que tener en cuenta que, sin estar mal pagados (en la enseñanza pública), llevan 20 años sufriendo pérdidas de poder adquisitivo. Esto quiere decir que la sociedad no considera importante nuestro trabajo, lo cual no es muy motivante.
  • Por no perder la costumbre, hablemos un rato de política: cuando PP y PSOE son incapaces de concertar un pacto educativo, la consecuencia es que la educación depende únicamente de las autonomías, y cada uno hace de su capa un sayo. Pero claro, siempre que se debaten las leyes educativas, parece que lo único importante es la asignatura de Religión y/o/pero/a veces/quizás su alternativa, y olvidamos lo importante.
  • Y la madre del cordero: esta sociedad que nos ha tocado vivir e intentar cambiar. No se puede decir a un tiarrón de casi 16 años que estudiar es importante cuando cada día ve ejemplos de lo contrario. Si el regalo de moda cuando tu hija tiene 18 años es el aumento de pecho, ¿para qué estudiar? Y ahora me voy a poner un poco filosófico, si me lo permitís: estoy en contra del relativismo. Vivimos la cultura del todo vale, del «qué más da». Y no, no da igual. El problema no es que haya escalas de valores diferentes a la moral católica. Es bueno que las haya, la nuestra es una ética de máximos. El problema es que no hay escala de valores o, si la hay, está compuesta de contravalores. El egoísmo, el materialismo… es lo que viven nuestros alumnos. Yo me quedo frío cada vez que saco estos temas en clase: en un grupo de 18 alumnos de 12 años, 17 creían que lo normal es pensar primero en uno mismo y, si eso, luego en los demás.
  • ¿Qué tiene que ver este último punto con los demás? Los primeros tratan de «enseñanza», de transmisión de conocimientos, y el último va de «educación», de transmisión de valores. Y el sistema educativo debe hacer las dos cosas, ambas son importantes. Y el problema es que, al menos en la pública, depende mucho de cada profesor. Con un porcentaje de interinos cercano al 30%, es muy difícil hacer un proyecto de centro coherente y aplicarlo. En la privada puede ser más fácil, pero no sé cómo estará el tema.

    En fin, que es un rollo muy largo, pero es algo que me preocupa desde hace tiempo.

    P.D.- ¿En serio has leído hasta aquí?

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